FÓLLAME ©

Capítulo 60: Directo

No sabía qué responder.

Me sobresalté al sentir la mano de Mark tocar con suavidad mi mejilla y acariciar mi cabello en el proceso.

—No fue un impulso, porque si lo fuera no tuviera estas ganas de besarte cada vez que te veo.

Un leve sonrojo cubrió mis mejillas.

—Sólo quería disculparme por besarte tan repentinamente y sin tu consentimiento —dijo con una sonrisa triste—. En verdad lo siento, Leo.

—Y-yo... —si no sabía qué decir antes mucho menos ahora.

—Me gustas, Leo.

Abrí los ojos sorprendido.

Ay Dios.

—Me la paso muy bien contigo y hoy no es la excepción, incluso les agradas a mis amigos, pero yo no te veo como uno. Quiero algo más que una simple amistad, no soy capaz de verte como un amigo. Me gustas muchísimo, me he estado reprimiendo todo este tiempo y hoy no pude resistir más —cerró los ojos con fuerza para luego abrirlos y mirarme con una sonrisa—. Sé que te gusta otro chico, y créeme que me hizo una gran ilusión cuando me contaste que te gustaba un hombre, y pensé en que tendría una oportunidad —su expresión cambió a una triste—. Pero supongo que no puedo entrar en un corazón ocupado.

Me mordí el labio.

Esto sin duda es una gran confesión. Ahora entiendo sus múltiples coqueteos y sus intentos por llamar mi atención.

Le gusto a Mark... Vaya, jamás pensé que le llegaría a gustar a un hombre, mucho menos a alguien tan guapo y popular como él.

Pero supongo que los caminos de la vida no son como uno piensa.

Siento una rara presión en mi estómago mientras Mark me ve fijamente, esperando una respuesta.

—No... completamente —susurré.

Esta vez le haría caso al consejo de Michelle.

Iba a olvidar a un hombre con otro hombre.

—¿Qué? —se veía confundido inclinando su cabeza de lado putamente tierno.

—Mi corazón... no está completamente ocupado —susurré apartando la mirada.

De reojo pude ver su amplia sonrisa.

—Leo —llamó.

—¿Mm?

—Quiero besarte.

Dejé de respirar.

¡¿Qué?!

Se acercó lentamente a mi rostro, lo miré completamente perplejo mientras empezaba a entrar en pánico.

—Y-yo ah, em...

—¿Puedo besarte?

Su mirada se veía salvaje, relamió sus labios viendo los míos. Miró mis ojos suplicante, rogando que lo dejara besarme.

Joder.

—E-em... —aclaré mi voz— Sí.

Ni yo me creía lo seguro que había respondido.

¿Acaso estoy loco?

A estas alturas ni yo lo sé, tal vez heredé un poco de la locura de mi tío Ale.

Jadeaba por lo bajo nervioso. Mark sonrió acercándose lentamente, sentía su respiración en mis labios. Era fría.

Y unió sus labios con los míos. Estaba sonrojado, casi no podía respirar, el beso era tierno y suave. Pero por alguna extraña razón mi pecho dolía.