Capítulo 11: Explicación

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Ya es domingo bebes

Por lo tanto aquí esta su bella actualizacion 😁 jeje

Disfruten 😗
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Su mirada causaba que mi cuerpo se estremeciera. Sus ojos me desarmaban, me hacían sentir débil.

Maldición, no puedo mentir cuando me mira a los ojos.

Mordí mi labio inferior.

—Yo... En ese momento se podría decir que no estaba consciente —jugueteé con mis dedos.

Él levantó una ceja para que continuara, pero no lo hice. Suspiró.

—¿Qué quieres decir con eso?

No quería decirle, por nada del mundo quería que él lo supiera.

¿En serio le iba a hablar de mi enfermedad para no decirle que me gusta?

Nunca le había contado a alguien de mi enfermedad, solo mamá lo sabe.

Aun no estaba preparado para confesar, no quiero sentir el rechazo que una vez me dieron, y si él lo hace, moriré. Desvié la mirada, pero él hizo que volviera a mirarlo. No me queda mas remedio.

Tragué saliva.

—Yo... Tengo Der Reiz—su rostro se veía confundido—. De pequeño siempre presentaba altas temperaturas y dificultad para respirar, con el tiempo los doctores dijeron que posiblemente en la pubertad los síntomas empeorarían —me miraba atentamente, sin despegar su mirada—. Y lo hicieron, la primera vez que perdí el control pude darme cuenta que mi mente se desconectaba y hacía las cosas por impulso. Que... Repentinamente —mordí mi labio— me excitaba, y tenía ganas incontrolables de tener sexo con la primera persona que tuviera en frente. Pierdo el control tanto de mi cuerpo como de mi cerebro, mi vista se nubla y se llena de lujuria. Resumiendolo todo, sino tomo mis pastillas se podría decir que entro en celo y mi cuerpo sufre reacciones extrañas, digo cosas y hago cosas de las que no soy consciente.

Y revelo secretos íntimos, pero no iba a decirle eso. Sospecharía de inmediato.

No se movía, su rostro estaba inexpresivo. Conozco esa expresión.

No, por favor... Soportaría el rechazo de cualquiera, pero no de ti. Un sollozo escapó de mis labios seguido de una lágrima bajar por mi mejilla.

Desvié la mirada con labios temblorosos. Por favor no me rechaces.

Volví a sollozar. Una mano tomó mi rostro y limpió mi mejilla. Miré a Dan, seguía fuera de sí, pensativo. No quiero que me rechace.

Me lancé a sus brazos hundiendo mi cabeza en su pecho mientras lágrimas mojaban su pecho.

—Dan, n-no quiero que me trates diferente, me basta con lo que me hicieron, pero no lo hagas tú. Eres muy importante para mí —mi voz se quebró.

Y con eso rompí en llanto.

Dan reaccionó y me cubrió en sus brazos acariciando mi espalda. Apoyó su barbilla en mi cabeza.

—¿Por qué piensas que yo sería capaz de rechazarte? —su voz sonaba calmada y lenta.

—E-es que... —sollocé—. En mi antiguo colegio tenía un mejor amigo, eramos inseparables y decidí contarle de mi enfermedad —jadeé—, cuando terminé de contarle no pasó ni una semana cuando todo el instituto sabía de mi enfermedad. Empezaron a hacerme bullying y quitarme las pastillas para aprovecharse de mí, pero siempre traía otro frasco. Viví un infierno hasta que mamá me cambió a otro instituto. Y no quiero que la persona más importante para mí me trate diferente, co-como lo hicieron ellos —mis labios temblaron.

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