Después de la muerte

Capitulo XIII

Desperté de mi profundo sueño, hace mucho que no dormía tan bien. Bostece y estire mi pequeño cuerpecito de bebe, de pronto supe que algo no andaba bien.

Me eleve hasta el techo y me gire recargando mi espalda en el techo y así pude ver mi pequeño cuerpecito en la hermosa cuna blanca de encino. ¿Que estaba pasando? Mi piel comenzaba a tornarse color morado. Estaba muriendo, una vez más... Intentaba respirar pero algo no me lo permitía, comencé a sentir una enorme presión en la cabeza, de la misma forma cuando estas en una piscina e intentas tocar el fondo de ella, pero se te acaba el oxígeno y solo lo que quieres es salir rápido del agua. Pero yo no podía escapar de esto... En eso entro Henric a la habitación.

-¡Buenos días a la bebé más hermosa del universo!- Se asomó en la cuna y me vio morada.- ¡Ah!- gritó.- ¡Karen, Carol no esta respirando!

Karen entró corriendo a la habitación para ver que estaba sucediendo. Henric me tenía acostada boca abajo en sus piernas mientras me daba unas palmaditas en la espalda.

-¡¿Que pasó?!- Grito Karen asustada.

-¡No se! ¡Cuando llegue ya estaba así! Aun tiene pulso.

-¡Revisa su boca! ¿No tiene algo adentro?- Karen se desesperó.- A ver Henric, préstame a la niña, yo la examino.

Me acostó boca arriba y me abrió la boca. Introdujo su dedo índice en mi boca haciendo un gancho con el. Saco una pelota de juguete que tenía atorada en la garganta y después de eso comenzó a hacerme RCP (Resucitación Cardio Pulmunar) hasta que me regresó a la vida y yo volví a mi cuerpo.

Me abrazaron entre los dos mientras lloraban angustiados, y yo lloraba por el susto de que estuve a punto de morir, otra vez.

-Por poco te perdemos princesa.- Me dijo Henric mientras me daba un húmedo beso en la frente.

Desde ese día me quitaron todo objeto pequeño y peligroso que estaba a mi alcance. Ellos me querían de verdad, y yo ya les había agarrado cariño a ellos también.

***

Mi primer cumpleaños esta por llegar. Henric y Karen están organizando todo para mi primer fiesta para que todo salga de maravilla.

Ya camino sola por los largos pasillos de la casa, amo cada centímetro, cada detalle del lugar en donde vivo. En especial el hermoso jardín en primavera.

Mañana es mi cumpleaños -o aniversario de mi muerte -pero han organizado la fiesta para el día de hoy no se porque razón, y en día martes. Los invitados comienzan a llegar y poco a poco se van llenando las mesas que están en el jardín. De centro de mesa hay unas bellas rosas color rosa pastel dentro de un jarrón blanco con perlas en las orilla, no dudo que sean reales, y al rededor del jarrón hay cupcakes y muchos dulces.

A un lado de los jardines hay un área para niños, lleno de niños de todas edades jugando y corriendo como si en su casa estuvieran encarcelados. También al rededor estaban algunos papás cuidando a sus hijos, pero entre ellos destacaba una mujer, alguien que conocía muy bien: mi verdadera madre.

Camine lo más rápido posible para alcanzarla, pero cuando llegué ya se había ido. Estaba parada sobre la arena del área de juegos buscándola y observe a una señora que estaba cuidando a su bebé que al momento de agacharse para llevar a su hijo en sus brazos, se le callo un anillo que llevaba puesto, pero ella no se dio cuenta y se fue.

Me acerque para buscar el anillo, pero no me di cuenta en donde cayo exactamente así que estaba teniendo problemas para encontrarlo. Como era una bebé, parecía que estaba jugando en la arena, y los adultos me veían con cara de ternura.