Capitulo XVIII

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Los policías subieron al coche en total silencio, como si no quisieran que me diera cuenta de algo. Me quedé quieta observándolos para obtener algo de información de lo que harían conmigo, pero no conseguí nada.

-¿A donde vamos?- Pregunté finalmente fingiendo total inocencia. Ninguno respondió. -¿Ya casi llegamos? -Insistí.

-No. - Contestó el policía que iba conduciendo con un tono amenazador.

Espere dos minutos para continuar fastidiando.

-¿Ahora?

-No.

- Y, ¿Ahora?

-No.

Nos detuvimos en un semáforo en rojo.

-¿Ya llegamos?- Sabía que no, yo solo tenía ganas de provocarlos.- ¿Ahora sí?

-¡No! -gritó el copiloto y me empalidecí del susto.- ¡Y no vuelvas a preguntar! Cuando lleguemos nosotros te diremos.

Woow. Solo Karen me gritaba de esa manera. Decidí ya no molestarlos más y me acurruque en el incómodo asiento, además de que mis manos seguían esposadas, y finalmente logré conciliar el sueño.

El coche se detuvo al frente de un edificio enorme de dos pisos, todo era de ladrillo rojo y tenía enormes ventanas, cada una tenía rejas de seguridad para que nadie se escapara de el lugar. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, no sabía lo que me esperaba. Busqué letras o algo que me dijera en donde nos encontrábamos, pero no había nada.

El policía copiloto revisó unos papeles como para revisar que estábamos en la dirección correcta.

-Ahora si, ya llegamos.

En seguida ambos bajaron del coche, dejándome sola. Uno de ellos tocó el timbre del lugar y al momento salió una pálida señora que usaba un vestido largo hasta los pies color negro. Platicaron con ella unos minutos, pero ella no quitaba la mirada de mi y eso me perturbaba demasiado.

De pronto los tres caminaron hacia el coche donde me encontraba, y la señora se detuvo al frente de mi puerta sin quitar la mirada firme de mi y abrió la puerta.

-Sal del coche.- Dijo con voz firme y obedecí.

Me miró de pies a cabeza inspeccionando cada parte de mi. Caminamos los cuatro en total silencio de regreso al enorme edificio que no tenía cara de ser una cárcel, a mi parecer, se veía peor que una cárcel.

Mis manos seguían esposadas y sólo esperaba que llegara el momento en el que me las quitaran. Llegamos a una enorme puerta de encino vieja, que indicaba ser la puerta de entrada de ese lugar y nos detuvimos ahí.

-Gracias por recibirla Madame, con permiso.- Le besó la mano y se retiraron ambos policías.

La señora cerró la enorme puerta con precaución de no hacer ruido y dirigió su desagradable mirada de párpados caídos a mi. Su mirada era obscura. Opaca. No reflejaba nada. Tenía unos cuantas arrugas en la cara y manchas en la piel por la edad. Su cabello era lacio y le llegaba a los hombros, tenia unas cuantas canas en su cabello negro intenso.

Seguía mirándome sin decir una palabra. Era amenazante.

-Madame.- Interrumpió una niña pelirroja que parecía tener mi edad. Observó que no estaba sola y entre abrió la boca sin saber que decir.- Ohh... Dis-disculpe.- tartamudeo.

-Fuera de aquí.- Gruñó.

-S-si Madame.

La inocente niña huyó corriendo por un pasillo, arrepentida por haber interrumpido.

-Tu debes ser Carol Roberts.- Asentí con la cabeza.- Responde.

-Si.- Dije firme.

-Tienes que responder bien, se educada.

¿Qué? Acabo de responder bien. ¿A qué se refiere? ¿A caso quiere que le diga Madame? Esta loca. No pienso llamarla así.

-¿Hmm?- Gruñó sin despegar su vista de mi.-¡Vamos, responde!

-Si.- Un leve sonido se escapo de mis labios. -Señora.- Dije haciendo énfasis en esta última palabra. La mujer se puso como loca.

-¡Madame! ¡Es Madame!- Perecía que estaba ardiendo en su interior, pero por afuera solo estaba parada en frente de mi, con el ceño fruncido y su voz elevada. Sus manos las tenía en la espalda de manera que impone autoridad, tal cual un militar dardo ordenes a sus reclutas. - Te lo pediré una última ves.

-Si Madame. Esa soy yo.- Dije entre dientes, harta de esta situación.

-Ve a tu habitación.- Antes de que pudiera preguntar en donde estaba apareció la niña pelirroja en el pasillo.- Ella te guiara.

Camine hacia ella, y en cuanto llegue ella caminó hacia el pasillo y yo seguía su camino. En todo el trayecto no me dirigió la palabra y deduje que se lo habían prohibido.

-Hola, me llamo Carol.- Me presente sin obtener respuesta. - ¿No hablas mucho, cierto?

Nos detuvimos al frente de una puerta de encino vieja con olor a humedad. La chica tomó una llave y la abrió.

-Entra, es tu habitación.

La mire con desconfianza y di un paso para entrar al que sería mi nueva habitación.

Era pequeña de 3.50X 2.70 metros, sin ninguna ventana que llenara la habitación de luz natural, solo había un viejo foco que parecía que en cualquier momento se iba a apagar. También había una cama individual con sábanas viejas color cafe camello. Tenía dos mesitas de noche a cada lado de la cama y había un escusado y un lavamanos. Si. Esto era una cárcel.

-Aquí dormirás esta semana.

-¿Sólo una semana?- Pregunte asombrada, la verdad yo imaginaba quedarme más tiempo.

La chica de cabellos rojos iba a cerrar la puerta pero la detuve.

-¿Por qué no me contestas? ¡Responde algo!

-Lo siento, no puedo.

Su expresión... Ella no tenía expresión, tenía miedo a algo, no se a que. Pero esa expresión no la tiene una niña de 5 años, ella debe de estar pasando por algo. Algo demasiado fuerte para que le robaran la sonrisa a una pequeña de 5 años.

-Esta bien. -Dije rendida al darme cuenta de que ella estaba temblando.

La chica cerró la puerta con llave y pude escuchar sus pasos alejarse por el pasillo.

***

¡Hola!

Como ya lo han notado, yo no suelo hacer avisos. Me da penita:3

Solo quiero agradecerles mucho mucho mucho por estas 500 leídas, en serio no saben cuanta emoción me provoca aun que sea 1 visto nuevo.

Poco a poco va creciendo esta historia y espero que les esté gustando, cualquier duda o sugerencia que quieran hacer me mandan un mensajito, tomaré en cuenta sus sugerencias y una cosa más!

¿Recuerdan a la enfermera Leah? Y a su sexy novio que Rosalynd quería conseguir su Facebook haha, pues si te gustaría conocer más de su historia, lean mi otro libro que se llama Pasado Olvidado, igual me gustaría escuchar su opinión!

Muchas gracias por su apoyo y espero que me acompañen hasta el final de la historia:3

Después de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora