Tragué saliva. ¿Estará pensando lo que creo que es? O tal vez y se refiere a otra cosa... Entre abrí mis labios y la miraba fijamente pensando en que respuesta darle. Desvié mi mirada al suelo y me abrace mientras daba un gran suspiro.
-No sé a que te refieres.- Respondí finalmente.
-Es obvio que me reconoces, ¿eres Rosalynd, cierto?
Jamás había estado tan nerviosa en esta vida, poco a poco me recorría por la frente el sudor por mis nervios. Me mordí el labio inferior en busca de una respuesta, y finalmente respondí.
-¿Me crees?
-Bueno... Tu padre me contó algo. Cuando dijiste que te habían dicho que soy buena enfermera, pude dar por hecho que era cierto lo que el Sr. Henric me había dicho.
-Fuiste mi enfermera cuando aun ibas a prácticas de la universidad.- Sonreí, y al segundo suspire.- No se si alegrarme o no, pero ahorita yo debería de tener 34 años y una carrera terminada.
-Yo pienso que eres afortunada de tener ese privilegio de ser joven por más tiempo.- Bromeó y me guiño el ojo.- Todos quisiéramos eso.
-Pues tal vez no es tan divertido como tu lo piensas. Extraño mucho mi vida pasada, aunque fue muy dura... igual que esta.
-Dios, lo siento mucho Ross.
-Extrañaba que me llamaran por ese nombre.
Ali entra a la habitación a toda prisa con una bolsa en la mano.
-¡Encontré las gasas!
-Perfecto, terminemos esto.
Ambas enfermeras continuaron limpiando la herida en total silencio. Me quede pensando por un segundo en quien habrá sido la persona que me desconecto de todos los aparatos para quitarme la vida, pero no creo que haya sido alguna de ellas, se ve que son personas muy agradables y honestas. Cierro mis ojos para relajarme por unos minutos, pero estos se convirtieron en horas y caí rendida en un profundo sueño.
***
-Buenos días Rosalynd, ¿Descansaste?- Me pregunta Leah mientras me da la espalda haciendo unos análisis.
-¿Eh? ¿Cuanto tiempo dormí?
-Toda la noche, y al parecer dormiste muy bien, tan bien que ni sentiste que te he sacado una muestra de sangre.
-¿Qué?- Mire mi brazo izquierdo y tenia un algodón con alcohol. Lo levante y tenía un pequeño punto rojo.- No sentí nada. Y...¿para que es la muestra?
-Curiosidad.
-¿Curiosidad de que?
-Para ver si tienes el mismo ADN que en tu vida pasada.
Wow, si no fuera por ella, jamás me hubiera pasado por la mente esa asombrosa idea. Ya moría por saber los resultados.
-Bueno, llevare esta muestra al laboratorio y buscare en los archivos del hospital tu expediente, para poder compararlos.
-Mi expediente de Rosalynd o de Carol...
-Rosalynd, tu ahorita eres Carol, ¿Ok? Se que es algo complicado, pero así son las cosas.
-Si, si. Entiendo.
-Mas tarde regreso.- Cambió su mirada a Ali, que ha estado todo el tiempo ahí, fingiendo que estaba en su celular, cuando en realidad todo el tiempo ha estado escuchando la conversación.- Tu te quedas con Ro...Carol.
-Si.-Respondió bajando la cabeza.
Leah salió de prisa y en seguida entro Henric a la habitación, o mejor dicho, al sótano. Bajó corriendo los escalones hasta llegar a mi con una sonrisa muy brillante.
-¿Por que tan feliz?- Pregunté al notar que su sonrisa no se desvanecía.
-¿Que te imaginas?- Alza su ceja derecha para darle mas emoción al momento.
Sólo una cosa pude imaginar: contactó a mi verdadera madre. Respondí al instante.
-Es... ¿Es lo que creo que es?
-Mmm... tal vez.
-¡Ya detén tu suspenso y dime de que estas hablando!- Dije dando pequeños brinquitos en la camilla.
-¿Estas lista?
-¡Ya dime!
-¿Segura?- Me guiña el ojo y suelta una carcajada. Extrañaba a ese Henric juguetón. Estaba ansiosa de recibir esa noticia, quería escucharla ya.
Fruncí el ceño y me cruce de brazos, tal y como si estuviera haciendo pucheros de niña malcriada. Henric no pudo contener su risa y rió tan fuerte y por tanto tiempo hasta sentir ese dolor en el abdomen.
-Perdón, no puedo evitarlo.- Continua con su risa contagiosa.- La última vez que te vi hacer esa expresión fue aquella vez que fuimos a Walmart y encontraste ese.. ese...
-Ese bello y hermoso gigante peluche de Pepa, papá, en serio lo necesitaba, yo amaba... AMO a Pepa. Es mi infancia. No entiendo por que no querías comprármelo.
-Porque tu mamá se iba a enojar, pero igual terminaste ganando.
-Karen, ella nunca fue mi madre.- Respondí indignada, a demás, ella convirtió mi vida en un infierno. Esta vida pudo haber sido perfecta.
-Lo siento.- Baja la mirada hacia el piso.
-Hey.- Lo animo.- Estábamos en medio de algo. ¿Recuerdas? ¿Ya me dirás por que estabas tan alegre?
Su sonrisa apareció de nuevo y se incorporo a su asiento.
-Tu mamá, tu verdadera madre, llegará en unas horas.
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Después de la muerte
Genç KurguRosalynd es una joven de 17 años que esta pasando por una adolescencia muy difícil en donde a perdido a sus familiares mas cercanos, y ha pasado por varias tragedias en su corto tiempo de vida. Pasa la mayor parte del tiempo sola y su madre decide l...