Una reunión un tanto bochornosa

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-¿Diga?

-¿Se encuentra Hermione Granger?

-Sí, soy yo

-Señorita Granger, soy del congreso de abogados de divorcios, quería decirle que queda oficialmente invitada a la reunión de mañana a las doce. ¿Podrá asistir?-. Por un momento me quedo en shock, ¿¡yo, en el congreso?! Sabía que era una abogada de éxito y famosa, pero no me creía tan importante como para ir a eventos de ese calibre.

-Señorita Granger, ¿se encuentra ahí?

-Sí sí, no se preocupe no faltaré

-De acuerdo, hasta mañana pues.- Cuelga el teléfono y me pongo a dar saltos de alegría por todo el salón, no puedo creer que el congreso quiera que esté allí, con los mejores abogados, lo mejor de lo mejorcito.

Tras descargar mi felicidad, ahora me encuentro agotada por haber saltado y celebrado tanto, así que me meto en la cama, tengo que estar perfecta para la reunión de mañana.

El despertador suena, y sin pensarlo dos veces me levanto emocionada, hoy era la reunión y tenía que estar presentable. Me pongo mi mejor traje, el blanco... A juego con mis Louis vuitton blancos y en el pelo, mi famoso moño, que me da un aspecto elegante.

Bajo al salón y paso a la cocina, me preparo un desayuno ligero, un muffin y un café de toda la vida. Las once, y tengo que ir al otro lado de la ciudad para ir a la reunión. Con el bollo todavía en la boca, me pongo mi americana blanca, mi pañuelo rosa que le da un poco de color al traje y pido corriendo un taxi.

El trayecto se me hace un poco largo, pero cuando me quiero dar cuenta, ya me encuentro sentada en mi sitio escuchando el discurso de uno de los mejores abogados del estado.

Todos aplaudimos ante las maravillosas palabras del señor Waters, ahora me están presentando, creo que voy a ser la siguiente.

-Ahora una de las abogadas más exitosas de Nueva York y única en su clase, Hermione Granger-. Todos empiezan a aplaudir, y yo empiezo a sentirme nerviosa, "tranquila Hermione" me repito, sonrío para dar fe que estoy de lo más tranquila, aunque por dentro me estén comiendo viva los nervios... Hasta creo que es posible que se me vea el leve color en las mejillas desde la fila de adelante.

Cuando me voy a levantar a dar mi discurso, se abre la puerta principal, y no sé cómo reaccionar al ver quien es...

-Perdón, me he retrasado-. Dice Draco entrando en la sala y sentándose con prisa al lado mía. Yo me dedico a mirarle con asombro y un poco embobada al ver lo bien que le sienta el traje gris.- El mundo es un pañuelo eh

-Ahora otro de los abogados que ha llegado recientemente a la ciudad, ha practicado en Chicago, Boston y Los Ángeles y él nunca ha perdido un caso, el abogado Draco Malfoy-. Todos aplauden mientras yo me quedo asombrada ante la presentación que le han hecho, guau, no sabía que había trabajado allí, bueno eso no venía en internet... Maldita Wikipedia...Tampoco venía que no había perdido ni un solo caso. Éramos bastante parecidos en el aspecto profesional. Pero me preguntaba ahora mismo solo una cosa, ¿qué demonios está haciendo aquí?

-¿Siempre dejas el aspecto personal para lo último?-. Digo seriamente en voz baja

-O simplemente has desarrollado un odio hacia a mí por alguna razón inexplicable o estás coqueteando conmigo, no sé, dímelo tú

-Más bien se acerca a lo primero

-¿Y qué era lo primero?

-¿¡Qué demonios haces aquí?!

-Ya podrías ser un poco más agradecida-. Vaya ya ha vuelto esa actitud arrogante que me saca de quicio.

-¿A ti? ¿¡Agradecerte a ti?!

-Sí, un abogado no pudo venir y al ser viejos amigos me pregunto si conocía a algún abogado interesante para sustituirle y... Yo pienso que eres muy interesante...-. Le miro, y veo que me mira con esa mirada de seductor que deja a cualquiera atontada, pero estos jueguecitos dejaron de afectarme hace mucho tiempo atrás. Además hoy no estoy de humor para tontear.

Miro hacia delante, y acabo de asimilar la información que me ha proporcionado, ¿Sustitución? ¿Yo? ¿Estoy aquí por él? Un momento... ¿Me ha dicho que soy interesante? ¡Espera eso no es importante ahora, deja de pensar en eso Hermione!

-¡Estoy aquí por!...-. No me da tiempo a terminar la frase ya que están anunciando mi nombre para dar el discurso.

-Creo que esa eres tú-. Torpemente me levanto y camino hacia adelante. Empiezo el discurso y creo que me está temblando la voz. Mierda. Ahora no me vendría nada mal algo para picar para quitarme los nervios... Y todo por culpa de Malfoy... En todo el discurso no puedo parar de pensar que este aquí por él y lo más importante de todo, ¿me ha dicho que le parezco interesante? No le entiendo, hace dos días me avergüenza delante de toda Nueva York en televisión, luego se comporta amable conmigo y ahora dice que le parezco interesante, ¿qué cambio de actitud es esta? Al final acabo el discurso, y entre aplausos me voy a mi sitio de nuevo. Draco me echa la silla para atrás educadamente y yo me siento al rodar los ojos, ya que está siendo amable tengo que aceptarlo. A lo mejor no es tan malo y no intenta hacerme quedar mal...

-¿Quieres?-. Le vuelvo a mirar y veo lo que me ofrece, ¡mi bollo!, le fulmino con la mirada y vuelvo a poner toda mi atención- Esta muy bueno, es de chocolate-. Ignoro sus palabras, pero de reojo veo como desaparece mi querida merienda, por un lado me duele al no poder ser yo quien disfrute de aquel manjar, pero soy consciente de que puedo comprarme uno cuando quiera.

-Ahora unas palabras del abogado Malfoy-. Se levanta y con indiferencia le miro, como le pueden sentar tan bien los trajes... ¿¡Me estoy mordiendo el labio?! "¡deja de hacer eso!" me regaño. Simplemente espero que no lo haya visto

-Un bonito discurso abogada Granger, pero, yo pienso el divorcio es el post mortem de un matrimonio muerto, representamos a una serie de personas con un ansía por una lucha que no sabían que poseían, ¿Dónde estaba esa pasión para salvar el matrimonio? Pero no preguntemos, que ese no es nuestro trabajo. Por suerte o por desgracia la tecnología avanza, y ahora gracias a ella somos capaces de pillar al marido mujeriego o a la mujer infiel. Por ejemplo, una cámara así de pequeña, puede Alborotar una imagen así de grande-. De repente en la pantalla aparece una fotografía, la miro detenidamente, es una mujer en un despacho con un montón de papeles en el suelo, pero no le presto la menor importancia...

- Impresionante verdad, seguro que los del fondo pueden ver las flores del pañuelo rosa de nuestra sospechosa-. Miro rápidamente la foto, y la mujer ahora me resulta extremadamente familiar. ¡Soy yo! No puedo creer que me haya pillado con las manos en la masa. Y encima para colmo llevo en este momento el mismo pañuelo que llevaba aquel día.

Draco sigue hablando y pasando más fotos mías rebuscando en su despacho, yo, avergonzada, disimuladamente me quito el pañuelo que llevo puesto, ahora he quedado como una fisgona delante de todo el congreso, me he equivocado al bajar la guardia por un segundo, este hombre siempre busca la más mínima oportunidad para humillarme públicamente y destruir mi reputación de abogada perfecta.

Con cada foto estoy más abochornada, solo faltaba que se me viese la cara y que todo el mundo supiera de una vez que era yo, este me las iba a pagar...

Por fin termina su charla y sin despedirme ni nada salgo de allí cual pájaro que acaban de soltar. Me encierro en el taxi que había pedido y me voy rumbo a casa.

Todavía le sigo dando vueltas a lo de hace un rato. Eso me pasa por meter las narices en documentos que no son los míos, aunque no entiendo porque le ha dado con humillarme públicamente, pero esto se acabó, si quiere guerra, tendrá guerra...

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora