Viviendo juntos

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Ya es por la mañana. Los rayos de sol entran por la ventana y yo estoy cómodamente dormida, todo estaba en paz y tranquilidad hasta que el infernal ruido del teléfono me despierta. ¿¡Quién demonios llama a estas horas de la mañana?! Me revuelvo entre las sábanas y lo contesto.

-¿Diga?-. Respondo adormilada

-Más vale que leas el New York Times antes de solicitar el divorcio, página seis

-¿Qué?-. Salto de la cama, y aún en pijama bajo las escaleras en camino a la puerta para comprar un ejemplar del periódico que me había dicho mi madre, da igual si hago el ridículo, necesito enterarme qué demonios ha pasado...

Abro la puerta y me choco con algo. Alzo la vista, es Draco, que está en el descansillo con periódico en mano enseñando su gran portada.

-¿Salías a comprar uno?-. Me fijo en la portada, oh no, somos nosotros, la boda del siglo, ¿¡En serio?! La prensa y su imaginación para poner títulos originales...

Le invito a entrar. Me voy a poner a gritar histérica y no quiero despertar a los vecinos con mi voz de verdulera.

Se toma su tiempo para pasearse por la casa en lo que tardo en cerrar la puerta.

-¿¡Porque se lo has dicho a la prensa, te has vuelto loco?!-.Le suelto gritando

-¿Crees acaso que he sido yo?

-¿¡Quién si no va a ser?!

-¿Porqué iba a hacerlo? Me dejaste bien claro que lo último que querías en esta vida era estar casada y mucho menos conmigo, así que no tengo motivo para haberlo hecho

-Sabes lo que pienso del matrimonio...-. Añado con paciencia

-¡Pues no entiendo porque tanto odio!

-Es una larga historia...

-Tengo todo el tiempo del mundo-. Me siento en el sofá, dispuesta a contarle mis penas, no puedo creer que esté haciendo esto... y mucho menos contárselo a él.

-Era joven, acababa de cumplir los veinte años y conocí al que pensé que era el hombre de mi vida. Me dejé cegar por el amor y me pidió matrimonio. Todo fue bien, la vida de color rosa, hasta que desapareció completamente durante meses, no sabía ni donde, ni cuando iba a volver. Simplemente me dediqué a esperarle, y cuando cumplíamos un año de casados, me llegó una orden de divorcio por parte suya. Fuimos a los tribunales y perdí el caso, allí fue cuando descubrí que se fugó con mi dinero a Jamaica y que me engañaba con una jamaicana que vivía con él desde hace un año. Ese es uno de los motivos por los que declaro el matrimonio una pérdida de tiempo y uno de los grandes porqués por el cual empecé mi carrera.-. Me llevo las manos a la cara al recordarlo, ¿tan mala mujer fui en aquel pasado? Tan solo soñaba en aquella época con tener hijos y formar una familia. Le preparaba la cena, le daba todo mi cariño y amor y parece que para él nunca fue suficiente como para quedarse a mi lado y amarme el resto de mi vida.

Ahora Draco sale de su pequeño shock, seguramente le ha impactado mi triste historia, no se la esperaría para nada.

-Ya sabes el porqué no quiero estar casada-. Se queda pensativo, creo que está pensando que hacer. Ahora se dirige con paso firme a donde tengo el teléfono. Lo toma y empieza a marcar un número

-¿Qué haces ahora?-. Le pregunto confusa

-Voy a llamar, a decir que esto es un error

-Oh Draco, por favor, deja el teléfono anda. No pretendo hacerte daño ni nada por el estilo, sé lo que dije de que lo último que quería en vida era estar casada contigo, pero ya sabes el porqué no me gusta el matrimonio... Saldremos de esta...simplemente confía en mí.

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora