Con las manos en la masa

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Me despierto por los rayos de sol, es lunes por la mañana y me acabo de dar cuenta de que tengo que ir a mi oficina a resolver unos asuntos para el gran caso que tengo dentro de tres semanas, y esta vez no lo puedo perder, si no será otro agujero en mi carrera, y con uno ya tengo más que suficiente.

Me levanto y como de costumbre me dirijo instintivamente a la cocina. Cojo un bollo de chocolate, mis favoritos, sé que tengo una extraña adicción a estos bollos, pero es que están demasiado buenos...

Cuando estoy tomando el café, llaman a mi puerta con tres suaves golpes, ¿Quién es tan temprano? "¡Mamá abre!" grito desde la cocina, pero no recibo respuesta, me acabo de acordar que hoy tenía su clase de gimnasia y que seguramente no la veré hasta dentro de unas horas. Me levanto de la silla resoplando y voy hacia la puerta, seguramente sea algún vecino pesado pidiendo azúcar o algo por el estilo. Río ante tal ocurrencia. Para quitarme las dudas abro la puerta y un rubio de ojos verdes aparece tras ella.

-¿Theo?-. Pregunto confusa

-Buenos días Hermione

-No es por ser maleducada, pero, ¿qué haces aquí?

-Oh, venía a traerte la chaqueta, te la dejaste ayer en el coche de Ginny-. Me tiende mi americana negra, la tomo, así que no me la había dejado en el coche de Draco... Por una parte me tranquiliza, así no tendré que volver a verle.

-Gracias Theo es todo un detalle por tu parte, algunas veces soy muy despistada-. Río

-No ha sido nada, la próxima vez estate pendiente de donde dejas las cosas-. Se da la vuelta dispuesto a irse, pero le detengo, ha sido un detalle que haya venido hasta aquí solo para devolverme la chaqueta, y me sabe mal no agradecérselo como es debido.

-Oh em... ¿Quieres tomar un café o algo?

-No quiero ser una molestia

-¡No, no lo eres!, además es una forma de agradecerte que me hayas traído la chaqueta

-De acuerdo, un café pues

-Vale, vámonos-. Voy a salir de casa cuando me doy cuenta de que estoy totalmente despeinada y en pijama, Theo me mira y se ríe disimuladamente, que bonita sonrisa tiene...- Primero, será mejor que me cambie...

-Sí mejor-. Me aparto y le dejo pasar al interior

-Tienes una casa grande-. Me dice observando cada rincón de la casa

-Gracias, estaba en oferta cuando vine a vivir aquí-. Le grito desde arriba mientras me cambio. Me pongo un vestido veraniego que mi madre me obligó a comprarme porque me hacía buena figura, me dejo el pelo suelto y en los pies llevo unas sandalias con un poco de tacón.

Bajo las escaleras, y Theo se queda asombrado al verme, le he impresionado, lo sé, nunca llevo de ropa otra cosa que no sean trajes, blusas y faldas de tubo, pero me siento bien al cambiar de vez en cuando.- ¿Nos vamos?

-Por supuesto-. Tomo mi bolso y nos montamos en elcoche de Theo, no es lujoso como el de Ginny pero está bien para moverse por laciudad.- ¿A dónde vamos?-. Me pregunta mirándome con sus ojos verdes. Me quedopensativa, quería ir a un buen sitio para comer pero enseguida me acuerdo deque tenía que ir a por la información de mi nuevo caso. 

Resoplo con resignación, encima no podía atrasarlo más, si quería ganar tenía que empezar ya.

-¿Podemos primero ir a mi bufete?, tengo que organizar unas cuantas cosas antes de irnos

-Claro, ¿Dónde es?-. Le digo la dirección y en unos minutos ya estamos dentro buscando mi despacho. Al fin lo encontramos y le pido a Theo que me espere al lado del ascensor.

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora