Victoria, ¡por fin!

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Pasaron tres intensas semanas de investigación,todos los días de casa a mi despacho y del despacho a casa a buscar más y másinformación. Es un caso grande, del calibre del señor Longbottom y cómo no, elabogado al que me voy a enfrentar es mr. Arrogante, esta vez voy a ganar, novoy a dejar que me la juegue, por lo menos no tan fácilmente.

En mis caminatas a mi despacho, siempre me acompañaba Theo y después nos vamos a comer, a pasar la tarde o a cenar y charlar un rato, ¿Qué si hay algo entre nosotros? Puede ser... Últimamente hemos cogido la costumbre de cuando nos vemos y nos vamos nos damos un corto beso, sí, no suena muy normal pero lo hacemos, es un hábito que hemos cogido desde lo del beso en la puerta de mi casa.

Respecto a mi relación con Draco, se ha vuelto mínima, no hablamos nada más que para aclarar cosas sobre el juicio, así que casi no cruzábamos palabra. En cambio le veía más de lo que me gustaría, siempre me lo encontraba merodeando por mi despacho y fulminando a Theo con la mirada, ¿está celoso? Puede, pero paso de él.

Hoy por fin ha llegado el día del juicio, y tras ver a Theo para que me desease suerte, estoy ahora metida en el tribunal discutiendo acaloradamente con Draco. Tras horas y horas al fin han dado el veredicto final, y adivinad quien ha ganado el caso esta vez...

Salgo del tribunal con mi cliente y nos espera la rueda de prensa, él responde a las preguntas mientras yo estoy orgullosa a su lado y más aún cuando dijo que contaba con la mejor abogada de Nueva York. Ahora me preguntan a mí, ¿cómo lo he hecho? Contesto lo básico, que hay que recopilar información, trabajar hasta altas horas de la noche, estar preparada para todo y sobre todo a no dejarme pillar en bragas en la sala. Hecho una mirada a Draco que está saliendo en ese momento del juzgado, eso último iba por él, y me parece haberle visto una sonrisa cuando he dicho eso. Imbécil...

Tras terminar la agotadora rueda de prensa me voy a celebrar mi victoria con Theo. Una comida por todo lo alto, también se vino Ginny, pero ni rastro de Draco, normal, tiene que estar decepcionado por haber perdido su primer caso en lo que lleva de carrera, ahora sabe lo que sentí cuando lo perdí yo, solo que yo he ganado justamente y jugando limpio.

Se me pasó la tarde volando, y ya a las nueve de la noche me encuentro comiendo unos gusanitos sentada en el sofá viendo el canal del tiempo.

Me interrumpe el teléfono, que está sonando, miro la pantalla, ¿Malfoy? Creía que ya se acabó la temporada de hacer llamaditas...Creo haberle dejado bastante claro hace tiempo que ni aunque estuviera contestaría a sus llamadas. Dejo que salte el contestador, como siempre. Ni loca contestaría.

-Los dos sabemos que eso no es verdad-. Me levanto sobresaltada del sofá, ¿me ha oído? No ¡eso es imposible! ¡No puede leer la mente! Miro alrededor buscando algo, yo que sé una cámara, un micro algo, pero las ideas que se me pasan por la cabeza me parecen cada vez más absurdas, tengo que dejar de ser tan paranoica...- Perdona que te moleste pero aquí está muy nublado y he pensado que a lo mejor en el canal del tiempo dirían algo sobre cuándo va a llover-. Se queda todo en silencio, ¿a qué viene eso ahora?.- Esta bien, si quieres que te deje en paz, lo haré, pero que conste que me parece una verdadera lástima...-. ¿Lástima? Cojo el teléfono antes de que cuelgue. Llegó la hora de decirle que me deje en paz de una maldita vez.

-Hola-. Saludo sin interés alguno

-Ah estas ahí

-Sí, lo he cogido para decirte que me dejes en paz

-Ya te he dicho que te dejaría en paz

-Lo sé y yo te digo que quiero que lo hagas

-No lo dices en serio

-Créeme

-¿La primera o la segunda?

-Ambas

-Me he hecho un lío

-Pues te organizas-. Digo harta

-Ven a cenar conmigo-. Pregunta de repente, ¿a qué viene eso ahora? ¿No decía que me dejaría en paz? ¡Entonces qué demonios hace pidiéndome una cita!

-¿Para qué? ¿Para qué me lleves a la cama con un par de copas? ¡No gracias!

-Para comer...-. Me responde con paciencia, paciencia la que tengo que tener yo cada vez que hablo con él

-No tengo hambre

-No quería decir ahora mismo...

-Yo tampoco

-¿Mañana?

-No, he quedado con Theo-. Miento

-¿Con Theo?

-Sí, ¿algún problema?

-Ninguno... ¿hay algo entre ustedes?

-¿A qué viene preguntarme eso como si fueras un novio celoso?

-Pura curiosidad

-Pues tendrás que investigar un poco Sherlock porque no te lo voy a decir-. Mi madre llega por el salón y rápidamente cuelgo el teléfono.

-¿Así es como vas a pasar la noche del sábado? ¿Comiendo porquerías y viendo el canal del tiempo?

-No hay nada más que hacer-. Se sienta a mi lado, la examino, va vestida de negro, maquillada y con el pelo liso, un look un tanto roquero... ¿se va a alguna parte?

-Tengo dos entradas para ver a Blaise Zabini, ¿te vienes?-. Me muestra dos entradas que tiene en la mano, ¿ir a un concierto, yo? No lo hago desde los dieciocho y tampoco es que me llame volver a repetir la experiencia, y más aún ir a ver a un cantante que ni me gusta ni conozco.

-Mamá, los conciertos y la vida loca es lo tuyo no lo mío

-Bueno, piénsatelo...-. Se levanta dejándome sola enel salón, bueno... Quizá tenga razón y tenga que despejarme, ¡qué demonios, heganado un caso muy importante! ¡Hay que celebrarlo! Puede que no sea la maneramás elegante de hacerlo, pero por lo menos saldré e intentaré divertirme

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora