Pasó una semana y no he vuelto a saber nada de Malfoy, me llamaba al principio pero nunca se lo conteste, simplemente me negaba a hacerlo, el único trato que tendría conmigo después de que ocurrió aquello sería estrictamente profesional y en un juzgado.
En cuanto a mi trabajo no me ha salido ningún caso del calibre del de los Longbottom, sino casos más pequeños y menos conocidos y por suerte no he tenido que lidiar con Draco en ninguno de ellos. Hoy vuelvo a casa tras un largo día en el juzgado, y cuando pienso que no puedo tener más sorpresas en el día de hoy, veo en mi casa a una chica con la melena pelirroja. Reconocería esa melena en cualquier parte...
-¿Ginny?
-¡Hola Hermione! -. Viene corriendo a abrazarme y yo me quedo sin saber qué hacer. Normal, estoy en shock al verla, no me esperaba que viniese a Nueva York, y menos encontrármela en la puerta de mi casa.
-Ginny, ¿qué haces aquí?
-Vaya, acabo de llegar y me recibes con un ¿qué haces aquí? Yo esperaba un, me alegro de verte Ginny o un cuanto tiempo sin verte amiga-. Me replica un poco molesta. Sé que debería haberla recibido con un gran abrazo o algo por el estilo, pero simplemente me ha sorprendido que viniese. Como buena anfitriona la dejo pasar a mi casa, y ella como si estuviera en su propia casa, se sirve una copa.
-Perdón, pero es que no me esperaba verte por aquí-. Dejo mi bolso y me siento a su lado. Me mira con sus bonitos ojos verdes que expresan emoción, se alegra de verme y yo también. No la veía ni llamaba desde lo de Florida, y de eso ya hace bastante tiempo, hemos perdido completamente el contacto, una gran parte de la culpa es que he estado demasiado ocupada en el caso e intentando recuperar mi dignidad. Ambos perdidos completamente, y todo por mi culpa... Si lo hubiera sabido, no habría intentado vengarme con una disculpa falsa y a lo mejor hubiera ganado.
-Lo sé, esa era la idea-. Me sirve una copa a mí también y me la tiende, pero la rechazo, no quiero volver a ver el alcohol por una larga temporada, y más aún por lo que pasó aquella noche...
-Bueno, ¿Cómo tu por aquí?
-Pues como no me llamabas... He decidido que era hora de salir de Florida venir a vivir a la gran ciudad-. Me contesta sonriente
-¿Te has mudado?
-¡Sí! Me ha salido un trabajo aquí y como no aceptarlo
-Guau, eso es genial, me alegro mucho Ginny.
-Lo sé, es lo mejor...
-¿Y cómo has sabido mi dirección?
-Enserio me lo preguntas, ¡eres la abogada más famosa de este sitio! Pero si te digo la verdad, he llegado por otra forma. Tú madre es muy cool, le pregunte que si conocía a Hermione Granger y me trae directamente a tu casa.
-Así que mi madre te ha traído aquí...
-Sí, pero dejemos de hablar de mí... ¿Qué tal tú?-. Me cambia de tema, por un momento no sé que contarle, si lo de mi caso o que me he acostado con el abogado contrario al cual odio, son tantas cosas que tengo que contar...
-Bueno... Ya sabes, la vida de una abogada de éxito es muy estresante, poco tiempo para la vida personal...
-¡No me digas que no has salido durante todo este tiempo!-. Esta vez respondo que sí he salido, pero por mucho que ha insistido solo la he dicho que salí a tomar una copa.- Así me gusta, saliendo a despejarse, pero tu ropa sigue siendo la misma desde la última vez que te vi...
-Acabo de venir del juzgado, pero no me vendría nada mal algo de ropa nueva
-¡Pues levanta el culo que nos vamos de compras!-. Se levanta con ímpetu y coge su bolso decidida, yo niego con la cabeza ante su energía, pero antes de salir la aviso que voy a cambiarme. Subo a mi habitación, y me cambio completamente, me pongo unos vaqueros ceñidos y una camiseta color beige, esta vez me suelto el pelo, y harta de mis tacones me pongo un zapato plano. Ahora están llamando a la puerta, doy permiso a que pase y mi madre asoma su cabeza por ella.
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Amor a Juicio
RomanceDos abogados que se odian, ambos con carreras impecables, un caso definitivo al que enfrenarse, y la pequeña posibilidad de que ambos se enamoren perdidamente el uno del otro...