Adiós Theo...

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Me pase el resto de la tarde en mi habitación, mirando a la nada, buscando información sobre el caso y llegué a un punto en el que me quedé dormida, no sé a qué hora exactamente, pero lo único que sé es que no desperté hasta la mañana siguiente. Estaba agotada, demasiados problemas y estrés en tan poco tiempo... Mi madre se habrá ido a su clase de gimnasia y Draco seguramente este dormido.

Con sigilo recorro el pasillo y las escaleras, con cuidado de no hacer ruido, pero estos tacones hacen que sea un poco misión imposible. Llego abajo y desayuno tranquilamente. Ahora estoy revisando unos papeles del caso, todo parece estar en orden.

Cuando todo está en silencio y en calma, veo de reojo a Draco bajar a la cocina, viste su traje gris y lleva su pelo repeinado. Me gusta más cuando lo lleva revuelto... Me quito de mis pensamientos y sigo a lo mío, como si no me hubiera percatado de su presencia.

-He comprado Brownies-. Me informa. Levanto la vista,y por un momento me parecen apetitosos, me comería uno ahora mismo, pero meprometí dejar de comer porquerías hace tiempo, no es sano comer tantochocolate, y menos sabiendo que cuando estoy estresada es lo único que mecalma.

-Lo siento, he dejado el azúcar... Era un vicio...-. Ahora vuelve a haber un silencio incómodo entre nosotros. Vuelvo a lo mío, necesito hacer algo para no pensar en ello.

-Hermione-. Levanto mi mirada, ¿ahora qué querrá?

-¿Qué?

-¿Vas a ir así?

-¿Así vestida? Sí, ¿qué pasa?-. Pregunto extrañada

-Nada... Solo que te falta... Un detallito-. Saca una cajita de su pantalón y me la planta encima de la mesa. Yo simplemente me dedico a mirar asombrada cada uno de sus movimientos, ¿todo esto a que viene? ¿Y qué es eso?

La miro, y con curiosidad la tomo y la abro. Un anillo de oro y diamantes aparece ante mi vista, esto debe de ser una broma... Despego mi vista del pedazo anillo que me ha regalado y pongo mi mirada en él.

-Estamos casados, debemos aparentar que es verdad... Aunque no lo sea...-. Me quedo asintiendo como una tonta, otra vez estoy embobada. Pongo mi vista de nuevo en el anillo, seguramente le ha costado un pastizal, como el descapotable que le regaló a Ginny... Me quedo pensativa, creo que no voy a aceptarlo. Draco como si me leyese la mente, antes de que le diga que no, lo saca de la caja y me lo pone en el dedo. El suave tacto de sus dedos con mi mano hace que dentro de mí se desplieguen esas mariposas en el estómago que llevaba tanto tiempo sin sentir, por lo menos antes de que apareciese él en mi vida. Ahora estoy mirando el anillo en mi mano y pienso que me queda realmente bien, ¿Cómo ha acertado con mi talla de mano?

-Bueno... Di algo...

-Em... Am...-. Genial, estoy tartamudeando, debo de parecer una idiota en estos momentos, "¡Contesta Hermione!" reclama mi subconsciente.- ¿También has comprado otro para ti?-. Genial, ¡con un simple gracias o no te tendrías que haber molestado valía Hermione! Ahora saca otra caja exactamente igual.

-¿Me lo pongo yo o...?

-¡No! déjame a mí-. Me levanto de mi sitio, con ímpetu, y por poco no me caigo al suelo. Me tiende la caja y saco el anillo. Deslizo el metal por su dedo, y por último le acaricio la mano de forma cariñosa. Ahora nos estamos mirando, aún con las manos agarradas. Me están entrando unas ganas de besarle, pero no puedo, aunque es mi marido... ¡Qué demonios a la mierda contenerme! Pero cuando iba a tomar la iniciativa, me suelta y se aleja un poco.

-Ahora podremos engañar a cualquiera...

-Supongo...-. Digo un poco apenada. Por una parte me alegro de que haya tomado distancia, por un momento casi pierdo la poca coherencia que me quedaba y le iba a besar, seguramente hubiera cometido un error si lo hubiera hecho.

Con la mirada baja me voy a la puerta, ya es hora de irnos al tribunal para acabar con todo esto de una vez.

-Hermione-. Dice Draco una vez que abro la puerta

-¿Qué?-. Respondo dándome la vuelta, pero no me da tiempo a asimilar qué demonios está pasando porque ahora tengo los labios de Draco sobre los míos, me está besando y como no, le respondo al beso. Nuestros labios se mueven suavemente sobre los míos, es un beso lleno de cariño. No sé cuanto duró segundos, minutos... Pero yo no quería separarme de él por nada del mundo.

-Ejem-. Suena la voz de alguien. Me separo de él y miro al dueño de la voz, oh no... ¿¡Porque me pasa esto a mí?!...

-Theo yo...

-No tienes que explicarme nada Hermione, no somos nada, puedes hacer lo que quieras con tu vida-. Se va de allí sin decir nada más, suspiro con resignación y salgo de los brazos de Draco para enfrentarme a la realidad, a Theo. Salgo de mi edificio, gritando su nombre a voces. Por fin le encuentro en la calle. Está delante de su coche con las manos apoyadas en el capó.

-Theo, déjame explicarte...

-¡No quiero explicaciones Hermione! -. Me dice enfadado. Está cabreado, lo sé, me parece normal, no creo que esté contento al encontrar a la chica que te gusta besándose con otro. Le he roto el corazón, y me siento culpable, es un gran chico y está sufriendo por mí.

-Theo sé cómo te tienes que sentir

-¡No tienes ni idea!, ¿¡sabes cómo me he sentido al despertarme por la mañana y verte a él y a ti en la portada del periódico diciendo que se habian casado?!-. Genial, él también lo había leído, y por lo tanto Nueva York entera también, estoy acabada...- ¿Por qué juegas conmigo Hermione?

-¡Es un error! ¡Es todo mentira!

-Entonces el beso de ahora me dirás que también lo es...-. Me quedo callada, me he vuelto a quedar sin saber que decir.

-Es complicado...

-Suficiente-. Intenta irse pero le detengo.

-Theo por favor

- Te he llevado al trabajo, he dejado que me conozcas, quedamos a comer, te expreso mis sentimientos por ti y aún así... ¿Qué he hecho mal?

-Nada

-¡Entonces dime que ha pasado para que me rechaces de esa manera!-. Me quedo callada, no sé por donde empezar a explicarle todo -Hermione Solo dime una cosa. Solo respóndeme a una simple pregunta, ¿Sientes algo por mí?-. Me callo, y me hago la pregunta, ¿siento algo realmente por Theo? La mayor parte de mí dice que es un gran chico, amable, cariñoso, lo que toda mujer desea para ser feliz. Pero una pequeña parte me dice que no es el chico para mí. Con él no siento cosas tan fuertes como para pensar que estoy enamorada de él, simplemente, no.

-Me gustas, pero no estoy preparada para una relación.

-Entonces no hay nada más que hablar...

-Theo...

-Por favor, hazme un favor y no me llames y si me ves no me hables durante una temporada. Tendrás que pedir a otro que te lleve al trabajo porque no voy a ser yo quien lo haga-. Se monta en su coche y se larga de allí. Está dolido y lo peor es que es por mi culpa, he perdido a un gran chico, y a un amigo muy importante, pero no le podía mentir diciéndole que le amaba porque no era así, y yo no soy de mentir. Es mejor dejarlo así de momento, necesita olvidarse y despejarse, y yo no le voy a insistir. Ahora, tengo que centrarme en otras cosas, por ejemplo un caso que llevar y un divorcio que firmar...

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora