Te amo

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Por fin llego a mi destino, Londres... Es muy diferente de Nueva York y el tiempo parece que no acompaña al gran día que me espera por delante...

Voy a mi hotel, a dejar las cosas y a prepararme para el gran momento. Dejo la maleta encima de la cama y saco la vestimenta que iba a llevar.

Saco el vestido rojo de la maleta y me lo planto encima. Detrás van los tacones negros de diez centímetros y por último me suelto la melena. Me miro antes de salir por la puerta, estoy perfecta, como la vez que nos conocimos...

Ahora me monto en un taxi y le doy la dirección, por favor, que esté allí...

A medida que pasan los kilómetros estoy cada vez más nerviosa, ¿y si me dice que no?, ¿y si ha encontrado a otra? ¿Y si se ha olvidado de mí?... Todas estas dudas y más asaltaban mi cabeza, podría ocurrir de todo y yo esperaba que después de todo esto, acabase trayéndomelo de vuelta a Nueva York.

Al fin llego a su edificio en el mismo centro de Londres, no está tan abarrotado como en Nueva York, pero es impresionante. Subo por el ascensor y por fin llego a mi destino. Ahora solo hay una puerta que nos separa. Suspiro y llamo a la puerta, nunca antes había estado tan nerviosa, pero no me arrepiento de haber venido, simplemente tengo que hacer esto.

Por fin la abre y Draco se queda perplejo al verme en el umbral de su puerta.

-¿Sabes que el ochenta por ciento de las mujeres que dicen estar demasiado ocupadas para tener una relación, están muy solas?-. Le digo mirándole. Él me sigue mirando, sin poder creer que esté allí, delante de su puerta, vestida con un vestido rojo de escándalo que para nada es mi estilo, demostrando todo lo que siento por él.

-¿Lo estás tú?-. Me responde por fin

-Lo estaba... Hasta que conocí al hombre más arrogante, egocéntrico e hipócrita que he visto en mi vida...

-¿Y qué pasó con él?-. Me pregunta serio. Esto va a ser más difícil de lo que pensaba...

-Se fue de mi vida sin saber una cosa antes...

-¿Y cuál era?

-Que le amaba más que cualquier cosa en el mundo-. Sonrío levemente, y Draco se queda en shock, creo que le está costando asimilar el motivo de mi llegada delante de su puerta.

-Él creía que le odiabas...

-Él estaba equivocado... Como yo al no decirle mis verdaderos sentimientos hacia él...

-¿Y por qué no se lo dijiste antes?

-Porque no sabía lo que sentía por él hasta que perdí mi matrimonio. Tenía miedo de que él no me quisiera...

-Ahora la que está equivocada eres tú-. Ríe. Me reconforta saber que yo soy la culpable de esa sonrisa, le echaba de menos...

-Y me alegro de estarlo...-. Le devuelvo la sonrisa. Hace tanto tiempo que no sonreía...- Oyes... Tú eras el que decía que había que pelear por salvar un matrimonio y no rendirse, ¿verdad?

-Sí

-¿Lo crees realmente?-.Le pregunto con voz temblorosa.

-Sí lo creo... Estoy convencido de ello... ¿Por qué?

-Bueno... ¿Quieres pelear?-. No dice nada, y yo me pongo nerviosa, eso tiene pinta de ser un no rotundo, se lo está pensando demasiado y me veo volviendo a Nueva York sola...

Ahora mis pensamientos son interrumpidos por los labios de Draco sobre los míos, ¡Me está besando! No me lo creo. Instintivamente cierro los ojos y me dejo llevar. Creo que me lo tomaré como un sí.

Enrollo mis brazos en su cuello profundizando el beso, por fin, es mío y puedo decirlo con toda libertad, lo amo y no me arrepiento de habérselo dicho y mucho menos de haber venido. Gracias Theo...

Nos separamos por falta de oxígeno, y me quedo anonadada, llevaba demasiado tiempo sin sentir esos labios, y volver a probarlos me hacía sentir viva de nuevo.

Nos quedamos mirando, yo con una sonrisa boba en la cara Al final, a pesar de lo terca que he sido y todo lo que ha ocurrido entre nosotros por fin me he declarado, y jamás me arrepentiré de ello.

-Un momento... No podemos estar juntos-. Le digo con preocupación

-¿¡Y ahora por qué?!

-¿No decías que te iban las pelirrojas perfectas?-. Pregunto sonriendo

-Eso fue antes de conocerte-. Sonríe y me vuelve a besar. Millones de mariposas revolotean en mi estómago, es la mejor sensación del mundo...- Ok, ¿ahora qué haces aquí?-. Lo fulmino con la mirada, ¿en serio nunca se cansaba de tomarme el pelo?

-No estropees el momento cariño-. Le advierto.

-De acuerdo señorita del vestido rojo-. Dice dándome un repaso con la mirada. Un escalofrío me recorre el cuerpo, bueno, por lo menos me agrada saber que me desea.

-¡No me digas eso! ¡Lo odio! ¡Y lo sabes!

-Pues a mí me encanta-. Enarco una ceja. Ya empezamos... Y me encanta que todo vuelva a estar como antes, como añoraba esto... Draco me ha dado la oportunidad de volver a amar y no la volvería a desaprovechar, he luchado demasiado para resistirme a él, pero simplemente no podía resistirme a mis verdaderos sentimientos. Ahora volveríamos a Nueva York y todo volverá a ser como antes, seremos una pareja feliz y esta vez no habrá ningún caso que nos enfrente, y mucho menos mis constantes batallas mentales en si lo amo o no.

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora