Engañada otra vez...

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Después del encontronazo con Theo mi vida se ha normalizado un poco. Cada día al juzgado y del juzgado ¡a dios sabe dónde!. Así es, desde que me casé con Draco por accidente estoy que no paro, pasamos muchísimo tiempo juntos y yo disfruto de su compañía, una tarde me lleva a cenar, otra a pasear por el parque ¡y otra me llevó incluso al cine!. Cualquiera diría que somos un matrimonio normal y corriente.

La verdad es que él pone mucho esfuerzo de su parte para parecer que todo esto sea real, tanto delante de la gente como en casa. ¡Eh pero yo también pongo de mi parte!. Por las mañanas le preparo el café, recojo su desorden y muchas cosas más... La verdad es que nuestra relación de odio se ha ido disipando poco a poco. Al pasar tanto tiempo juntos me he dado cuenta de que debajo de la apariencia de egocéntrico y mr. Arrogante que conocí, también es una persona muy divertida, simpática y cariñosa. Podría decir que incluso le he tomado cariño, ¿quién no querría a un hombre que te ayude a hacer la comida, saca la basura y te prepara el desayuno todas las mañanas? Yo no soy la excepción. Cada día que paso con él nos llevamos aún mejor, me hace reír a todas horas, cosa que no hacía antes muy a menudo y por primera vez en mi vida pienso que tengo delante al hombre de mis sueños.

Ahora justamente estoy como todas las noches, con portátil en mano, y viendo el canal del tiempo mientras me relajo tomando una copa de vino. Cierro el ordenador, ya he trabajado mucho por hoy.

Me doy cuenta de que todo está en silencio, abro la puerta y voy al salón. Allí, me encuentro a Draco durmiendo plácidamente en el sofá, sonrío, está muy gracioso dormido.

Me siento a su lado y le observo, trato de encontrarle alguna imperfección pero parece que no puedo, es simplemente perfecto, parece un angelito durmiendo. Paso mi mano suavemente por su mejilla, en forma de caricia, con cuidado de no despertarle por supuesto, despertarle es lo que menos quiero en este momento. Y ahora me quedo pensativa preguntándome como he podido pasar de aborrecerle, a amarle a más no poder, un momento... ¿He dicho amarle? ¿Le amo? Esa es la pregunta que rebota en estos momentos en mi cabeza y creo que mi subconsciente me está gritando la respuesta, y por raro que parezca estoy de acuerdo con él, no puedo llamarlo amar, pero sí querer.

Me acerco a él lentamente, y rozo mis labios con los suyos. Lo necesitaba, necesitaba sentir sus labios sobre los míos, nunca me canso de esa sensación que me recorre el cuerpo cada vez que le beso, simplemente es única. Me alejo de él y vuelvo a mi habitación, no sin antes robarme un brownie de chocolate que tenía en la mesa del salón... Sí, sé que he dejado el dulce, pero en mi defensa diré que estaban pidiéndome a gritos que me lo comiera.

Llega la mañana y estamos metidos de lleno en el caso. La juez escucha cansada nuestros argumentos, pero yo sé que voy a ganarlo, a pesar de tener un cliente con un historial muy interesante...

-Pansy no solo lo renovó, si no que se molestó en decorarlo, salvó la mansión. Ella recuperó todo el esplendor de la mansión al renovarlo y ella sola consiguió renovar la industria textil de la zona, levantando la economía del matrimonio.

-Y levantándosela también al jardinero-. Espeta mi cliente

-Vete a cagar

-Señoría, mi cliente simplemente quería aclarar que mientras estaba trabajando mucho para pagar la mansión, las actividades de su esposa no eran del todo altruistas-. Interrumpo, no quiero que se pongan a insultarse, la última sesión se tiraron media hora llamándose de todo y Draco y yo sin saber qué hacer ni reaccionar, fue la sesión más larga de mi vida... Ahora me levanto con orgullo, una prueba más que pone la victoria de mi parte.

-Si vamos a hablar de fidelidad, podemos presentar facturas que documentan la gira del Señor Zabini por los burdeles de todo el mundo-. Todo el mundo comienza a farfullar y gritar, yo ruedo los ojos, no podía haberse estado quietecito...

Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora