Buscando alternativa

874 73 0
                                    

-Ahora vuelvo-. Anuncio mientras me levanto de la mesa. Me dirijo al baño, pero no al de mujeres específicamente. Recorro el salón esquivando las mesas hasta que llego a mi destino

-¡Me la has robado para fastidiarme!-. Grito furiosa irrumpiendo en el baño de hombres. Sé que no debería estar ahí, pero necesito decirle unas cuantas cosas para quedarme a gusto.

-Para empezar, yo no he robado nada, habló con un antiguo cliente y me llamó, enserio-. Me suelta con toda la calma del mundo, me desespera este hombre y su tranquilidad para zanjar estos asuntos

-No creo que tú digas nada en serio

-Pues me temo que tienes un problema porque yo no miento, no soporto la mentira, ¿desde cuándo te he mentido?-. Abro la boca para responder, pero la cierro, tiene razón, puede que sea un arrogante, un egocéntrico y muchas cosas más que me podría tirar días diciendo, pero algo que no es, es un mentiroso.

-Bueno... Tienes razón, pero déjame decirte una cosa, guapo, si lo que pretendes es desafiarme, las cosas se van a poner muy feas-. Le amenazo

-¿Me has dicho guapo?-. Pregunta sonriendo

-No me cambies de tema-. Le advierto con paciencia. Ahora se acerca a mí, estamos tan juntos que podría contar los centímetros que nos separan. Me enderezo, le acabo de amenazar, ahora no puedo parecer débil.

-Pues déjame decirte otra cosa, nena, si consiguiesesbajar tu nivel de paranoia al mínimo por un momento, quizás podrías dartecuenta de que podríamos convivir perfectamente. Y no me refiero solo profesionalmente...-. Me quedo sin saber que decir, ¿me ha mandado una indirecta de que le intereso como relación romántica?

-Tienes novia-. Le replico

-Que tenga novia no significa que no me puedas gustar-. Ahora ya sí que me ha dejado en shock completamente, ¿Le gusto a Mr. Arrogante? Esto supuestamente tendría que ser al revés, es decir, él tendría que estar callado y yo acribillándole a gritos e insultos. Me ruborizo y lo nota. Mierda. Malditos sentimientos y pensamientos. Me doy la vuelta y salgo de ahí lo más rápido que puedo, no puedo estar cerca de él sin pensar y repensar en la remota posibilidad de que le gusto y le intereso y de que quiere que estemos juntos. Nunca me lo había planteado, pero ahora imágenes surgen en mi cabeza y no están nada mal. ¡Hermione para ya! Me regaño, ¡no puedo tener estos pensamientos! ¡Le odio y él a mí, somos enemigos! Aunque me acaba de demostrar que por lo menos no me odia tanto como yo pensaba....

Termina la noche y me voy a casa, pero por el camino me encuentro con un montón de gente gritando y chillando. Me estiro un poco para ver porque hay tanto barullo y me encuentro justamente con lo mejor que me podía haber encontrado. Me quedo mirándole y por los gritos, especialmente de chicas, sé de quién se trata. Todo el mundo se hace a un lado y me deja paso, se quedan mirándome y preguntando quien soy, el cantante se queda confuso y me mira, ahora me está sonriendo con su bonita sonrisa.

-¿Has visto Harry? Tengo fans con clase... y que clase...-. Se va a acercando a mí y yo le devuelvo la sonrisa, ahora se quita sus gafas de sol de marca y me mira con atención.- ¿Y qué es lo que quieres tú?-. Me pregunta seductor

-Te quiero a ti

-Um empezamos bien, me gusta, directa sin rodeos, como a mí me gustan-. Me da un repaso con la mirada que no me gusta nada, si hace eso conmigo no quiero saber que hará con todas sus fans. Si fuera Pansy yo también me divorciaría de él.- Esta bien, dime con que vamos a trabajar muñeca

-De acuerdo, te diré con que vamos a trabajar, muñeco, tienes a una esposa fiel y trabajadora, con muy mal humor por cierto, y tú la engañas, la mientes, no la valoras y te gastas todo tu dinero en cosas insignificantes con un valor descomunal. La has abandonado y a ella no le queda más opción que pedir el divorcio, esa será la introducción del abogado contrario; directa, sin rodeos justo como a ti te gusta, el segundo abogado más exitoso de Nueva York. Bien, tú necesitas a alguien, es decir, la mejor abogada de Nueva York, para que cuente la versión de tu historia, por muy increíble y fantástica que sea para que te haga parecer un pastelito de fresa a ojos de todo el mundo-. Se queda en silencio, creo que esta asimilando toda la información que le he proporcionado, lo sé es mucha información en tan poco tiempo y es normal que aún no se lo crea, pero por fin responde.

-Me gustan los pastelitos de fresa... Y me encanta tu estilo. Creo que podemos seguir esta conversación en mi casa y...

-Sabes lo que creo yo, que me dejes pensar a mí-. Le digo con una sonrisa antes de darme la vuelta e irme a casa, ha sido una noche larga y por fin tengo lo que quería, nuevo cliente de un gran caso, otra vez de cabeza al trabajo. Y este sí que no lo pienso perder, me ha robado a mi cliente y ahora me toca defender a un cantante mujeriego, lo único bueno, que es muy atractivo, ya sé porque tiene locas a tantas chicas, es todo un sex symbol. 

Me despierto nuevamente por la mañana, hoy tendría que hablar con Draco para aclarar los bienes que mi cliente desea conservar para poder tener un tratado prenupcial, parece ser, por raro que parezca, que no quiere dinero, sino una propiedad con un nombre muy raro, pero lo que tengo entendido es que es un casoplón que tienen ambos en Las Vegas.

Llego a mi cita con Malfoy, pero una cita de negocios. Le espero y por fin llega, me saluda y espera a que comience, parece que quiere ir directo al asunto.

-Bueno, parece que finalmente esto acabará de modo amistoso

-Sí, corremos el riesgo de que acabe pronto el asunto y no vaya a haber más discusiones ni peleas por parte nuestra.

-Querrás decir hasta el siguiente caso-. Río

-No, este va a ser mi último caso en Nueva York, después me marcharé a Londres para seguir ejerciendo de abogado, así que estarás contenta, por fin me perderás de vista y te dejaré en paz, justo lo que querías-. Me quedo mirándole, debería estar dando palmas y haciendo una fiesta porque por fin le perderé de vista, pero una parte de mí se entristece, no quiere que se vaya, a pesar de que le odie con toda mi alma...

-Vaya... Pues, espero que te vaya bien...-. Digo un poco apenada

-Sí, por una parte me alegro

-Y yo también-. Bajo la mirada, por una parte decepcionada. No lo entiendo, tendría que estar contenta, pero no es así, sé que voy a echar de menos aquellos juicios en los que nos hemos enfrentado, nunca había tratado con un abogado que me pusiera al límite.

-En fin, he hablado con mi cliente y...

-Yo también-. Le interrumpo

-Y solo quiere la-. Decimos al unísono, pero antes de acabar la frase nos callamos, por favor que no sea lo que voy a decir.-Mansión -. Terminamos la frase, nos miramos, parece ser que no va a ver tregua... Aún queda toda una guerra por delante...


Amor a JuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora