La Torre Tokio estaba repleta de curiosos y fanáticos que deseaban ver actuar en vivo a la Diva Japonesa. Era un gran revuelo. El sector destinado a las grabaciones estaba todo vallado y repleto de cámaras y luces y los policías japoneses hacían un esfuerzo sobrehumano para mantener a los fanáticos en sus lugares, mientras que el director de la película hacía malabares para evitar filmar a la gente que observaba, Umi estaba inusualmente nerviosa, como nunca lo había estado, ni siquiera la primera vez que había actuado en vivo en el teatro más importante de Inglaterra. Ese lugar la ponía nervosa, la gente la ponía nerviosa. Pensar que entre la multitud podrían estar ellas. Equivocó su letra un par de veces, a la vez que jugaba nerviosamente con sus dedos.
Después de varios intentos de grabar una escena completa, el director perdió la paciencia.
-¡Corten! ¡Corten!... Umi, es la décima vez que olvidas tus líneas.
-Yo... lo siento...
-¡Tómense un descanso! Continuaremos luego.- dijo al resto del elenco. Luego se acercó a Umi y se dirigió a ella con cierto tono paternal. Ya la había dirigido en varias películas y la quería casi como a una hija.- ¿Qué ocurre contigo? No eres de las que se ponen nerviosas ante la multitud.
-Lo siento... Es este lugar...
-Sé que estar en Tokio no es fácil para ti... ¿Temes encontrarte con tus padres?
-No es eso... No te preocupes, lo haré mejor la próxima vez.
-No me caben dudas.- dijo con una sonrisa.- Ve a comer algo y relájate.- Umi sonrió y luego se dirigió hacia una mesa en la que había algunos aperitivos para los actores.
No tenía hambre, así que tomó un vaso con agua. Miró a la multitud. No podía creer que su presencia provoque tanto revuelo. Hacía años que no visitaba Japón y aun así era tan conocida allí como en Inglaterra. Tomó su celular y miró la hora. Suspiró. La grabación apenas comenzaba. Entonces levanto la cabeza y observó como una mujer de cabellos color fuego se hacía paso entre la multitud. Estaba lejos, y el sol que entraba por los ventanales de la torre le daba de frente, así que sólo pudo ver su silueta. Pelorroja, cabello atado en una cola baja, cintura marcada y algo baja de estatura.
-Hikaru.- dijo, para luego darse cuenta de la estupidez que había dicho. ¿Qué iba a hacer Hikaru allí? Ella no era de las personas que siguen a una estrella, ni siquiera disfrutaba de ver televisión o películas. Tampoco iría para verla a ella, pues ya no eran amigas, hacía años que ni se hablaban ni tenían ningún tipo de contacto.
Vio como la mujer volvía a alejarse de la multitud, iba hacia donde no había nadie. Sintió el impulso de seguirla, sin saber por que. Pasó por un restaurante que permanecía cerrado. Allí no había gente ni policías, así que pudo pasar desapercibida. La siguió de lejos, pero sin perderle el rastro. Más bien parecía que ella hacía todo para que la siguiera. La mujer se detuvo cerca del mirador de la Torre. El mirador en que habían sido transportado a Céfiro en ambas oportunidades. Allí no había gente, toda la torre estaba cerrada al público en general y sólo permanecían en ella aquellos que habían ido a presenciar la grabación. Se detuvo cuando la alcanzo. Estaba de espaldas. Llevaba un suéter de lana blanco, unos jeans azules, gastados y unas zapatillas deportivas. Cargaba un morral color suela.
-¿Hikaru?- preguntó sorprendida. La joven volteó para que ella pudiera confirmar sus sospechas. Se quedó sin palabras al verla. Hikaru sonrió dulcemente. Aún conservaba un toque de inocencia, aunque sus ojos lucían tristes. Ella la observó con sus ojos llenos de lágrimas. Umi llevaba una minifalda negra, hasta la cintura, camisa blanca con Chabot y unas botas negras de punta y tacón fino que le llegaban por debajo de las rodillas. Estaba muy bien maquillaba y llevaba un fino reloj de pulsera.

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Destino
Fanfiction💖' *•.¸♥¸.•** 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬𝓽𝓲𝓸𝓷 - 𝓖𝓾𝓮𝓻𝓻𝓮𝓻𝓪𝓼 𝓜𝓪́𝓰𝓲𝓬𝓪𝓼 **•.¸♥¸.•*'💖 ¿Qué tanto pueden cambiar las cosas en 10 largos años? ¿En verdad el tiempo cura las heridas? ¿La distancia mata el amor? Un regreso inesperado, sentimientos enc...