29 - Destino

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Ingresaron al salón del trono. Alli, Gurú Clef las esperaba, junto a Caldina, Presea y Himeko. La pequeña de cabellos dorados corrió al encuentro de Fuu apenas las vio entrar.

-¡Mamá! - grito, abrazándola con sus ojos llenos de lágrimas. Fuu se agachó para poder abrazarla también.- Me da tanto gusto que estés bien. Tenía mucho miedo de que algo te pase.

Presea y Caldina también corrieron al encuentro de las Guerreras y las abrazaron con fuerza. Gurú Clef apenas se acercó a ellas, pero no quiso interrumpirlas. La observó con una gran sonrisa en su rostro. Umi logro "escaparse" se los efusivos abrazos y besos de Caldina y se acercó a él. Se miraron fijamente a los ojos. Clef sonrió.

-Sabía que lo lograrían. - dijo. Umi se abalanzó sobre él y lo abrazó con fuerza. De sus ojos cayeron lágrimas de felicidad. Él también la abrazó. Ella entonces, separo su torso apenas y le dio un apasionado beso. Gurú Clef se sonrojo, pero, aun así, respondió a él. Umi no quería ni imaginar que les deparaba el futuro, pero ellas aún seguían allí y eso era lo importante.

-¡Uy! Vaya tortolitos... dejen algo para más tarde.- comento Caldina. Entonces Umi y Clef se separaron, sus rostros estaban rojos como tomate. Las demás rieron.

-¿Dónde está Latis? – pregunto Hikaru a un, aún, abochornado Gurú Clef.

-Latis, Ráfaga y Ferio salieron a asistir a la gente de las aldeas. Deben estar por llegar...

-Mamá. - dijo Himeko, tomando la mano de Fuu.- Entonces, ¿ya podemos volver a casa? - Fuu no supo que contestar. Habían acabado con la amenaza de Céfiro, pero aún seguían allí. Recordó la última vez que salvaron a Céfiro, no habían tenido ni tiempo de despedirse, porque antes de volver al palacio ya habían sido transportadas de nuevo a la Tierra.

Pero, esta vez, era diferente. Aún estaban allí. Sabía que, aquella vez, ellas mismas habían sido las que abrieron el portal. Sus deseos de volver a Céfiro para hacer algo por ellos, las transportó allí y, quizás, sus deseos de regresar a casa las llevó de nuevo. Pero, ¿cómo abrir el portal esta vez? Estaba segura que para poder abrir el portal debían desearlo las tres. Aun cuando Hikaru logró abrir el portal, después de 10 años, sus deseos de volver y los de Umi, permitieron el viaje. Sus deseos, esos deseos que habían estado reprimiendo durante tanto tiempo. Ahora, estaba segura que la única que tenía deseos de volver era ella. Y no podía culparlas. Observó a Umi, hablando animadamente con su mago. Lucía tan radiante, ¡ella estaba feliz! Ya ni siquiera mencionaba a su amado Brandon, ¡claro que ella no quería volver! Y Hikaru, 10 años había soñado con ese momento, poder estar con su espadachín. Ni siquiera había podido entregarse por completo a ningún hombre, por vivir eternamente con su recuerdo. ¿Cómo podía pedirle que deseara volver a la Tierra cuándo por fin su sueño se hecho realidad?

-¿Y ahora que va a pasar, Gurú Clef?- preguntó Hikaru, como si hubiera leído su mente. Gurú Clef negó con su cabeza.

-No lo sé... Él portal está cerrado... Y no estoy seguro de que podamos volver a abrirlo. - En ese momento los ojos de Fuu se llenaron de lágrimas.

-Clef... ¿pero cómo?

-El medallón... Ni siquiera sabía que tú lo tenías...- Umi abrió los ojos con sorpresa.

-¿A qué te refieres?

-El medallón, fue un obsequio de Zhapiro a Kotaro. Se lo dio cuando supo que su padre quería cortar todo contacto con la Tierra. El medallón conectaba ambos mundos. Zaphiro se lo dio para que la Tierra y Céfiro no se desconecten para siempre. Así lograría que el portal, que su padre quería cerrar para siempre, pudiera volver a abrirse, si tan sólo una persona de corazón fuerte lo deseara con todas sus fuerzas. Ella lo amo incondicionalmente a pesar de su traición...

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