Destino

19 - Confesiones

Despertó confundida, pero sus energías estaban completamente renovadas. Miró a su alrededor. Reconoció el cuarto, su cuarto. ¿Qué había pasado? Recordó la batalla, injusta por cierto, que había tenido Clef sólo por protegerla. ¿Y Clef? ¿Estaba muerto? ¿Muerto por su culpa, muerto por protegerla? Pudo ver a Hikaru dormida en un sofá que se encontraba en la esquina de la habitación. Se había quedado para velar su sueño, pero el sueño la había vencido. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Cómo había llegado hasta allí? Se levantó de la cama y comprobó que, efectivamente, sus energías habían vuelto. ¿Cuánto tiempo había dormido? Se vistió y luego se acercó a la puerta e intentó salir sin despertar a su amiga. ¡Pero, ¿a quién trataba de engañar?! Jamás en su vida había aprendido el maravilloso don del silencio. La puerta rechino más de lo previsto y Hikaru terminó despertando.

-¡Umi-chan! Despertaste... pero, ¿adónde crees que vas?

-Me siento bien, no creas que puedes tenerme encerrada.

-Sólo quiero evitar que cometas locuras. Nos asustamos mucho Umi, estabas muy mal...- dijo acercándose a ella. Tocó su frente para asegurarse de que no tuviera fiebre y luego revisó sus ojos.

-¡Oye! ¿Qué haces? ¡No soy una de tus pacientes!

-Bueno, tal parece que ya estas mejor, tu mal humor ha vuelto.

-¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Cómo... me encontraron?

-Ascot nos dijo que Gurú Clef sabía dónde estabas y que iría a buscarte. Para Latis no fue problema contactar con él y saber adonde iba. Gurú Clef le dio todos los detalles, tal vez intuía que algo así podía pasar. Así que Latis, Fuu y yo seguimos sus pasos.

-¿Y Clef? ¿Qué paso con él?- Hikaru bajó la mirada, como evitando toparse con sus ojos.- ¿Él está...

-No, no, pero aún no ha despertado. Su herida es demasiado profunda, no he podido hacer mucho. Además, fue hecha por un arma mágica, jamás he tratado con ese tipo de heridas. La magia curativa de Fuu tampoco hizo mucho, ni siquiera los hechizos que él le enseñó a Ascot. Tiene mucha fiebre y no le baja con nada.- Los ojos de Umi se llenaron de lágrimas.

-Todo esto es mi culpa.

-No, Umi, tú no tienes la culpa de lo que está ocurriendo.

-Claro que sí... Fui yo la que se dejó controlar por los sentimientos negativos y dominar por Kasumi. Fui yo quien se metió en su cuarto a mitad de la noche para asesinarlo.

-Umi...

-Quiero verlo.

-Creo que tú debes descansar.

-¡Quiero verlo!

-Bien, él está en su cuarto, Presea cuida de él.

-¿Presea?

-Latis mando por ella. Gurú Clef querrá recuperar sus armas cuando despierte... Vamos, te acompañaré. - Hikaru abrió la puerta y Umi no dijo más, simplemente salió hacia el pasillo, encontrándose con Ascot sentado en el suelo enfrente de su puerta. Al verla salir se puso rápidamente de pie.

-Umi... ¿te encuentras bien?

-Podría decirse que sí. - contestó un poco incómoda. Después de todo lo sucedido no sabía cómo actuar con su amigo.

-Emm... Umi, quizá él deba acompañarte hasta la habitación de Gurú Clef.- dijo Hikaru, pensando en que ellos debían hablar y era mejor dejarlos solos. Así se retiró.

-Entonces... ¿todo está bien entre nosotros?

-Si, entiendo tu decisión Ascot, fue lo mejor que pudiste hacer.