11 - Un enemigo conocido

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💖' *•.¸♥¸.•**Jugando a ser Dios**•.¸♥¸.•*'💖

El salón estaba repleto de gente que ni siquiera conocía. La música estaba demasiado alta para su gusto y la luces de colores le hacían perder la noción de lo que era real y lo que no. Su vestido la incomodaba y el cabello estirado le estaba doliendo demasiado, sin mencionar los zapatos. Ella no acostumbraba a vestir así. Llevaba un hermoso vestido rojo, estallado al cuerpo, estrapless con detalles brillantes, y un poco más ancho en la parte de abajo, le llegaba hasta los tobillos. Zapatos de tacón en el mismo color, que apenas si la dejaban caminar en forma correcta. Llevaba el cabello atado en una cola alta, con sus bucles bien marcados y algunos cabellos sueltos a los costados. Estaba muy bien maquillada y llevaba un collar y unos aros que combinaban el atuendo. Ni siquiera sabía porque se había dejado vestir, ¿cómo la habían convencido sus amigas de ir a esa fiesta?

-¡Anímate Hikaru, es el aniversario de la universidad!

-Chika, sabes que no me agradan estas cosas.

-Pero te ves muy hermosa, de seguro encontrarás novio aquí.

-¡Ya basta! Ya no quiero más fracasos amorosos.

-Si no lo intentas, nunca encontrarás al hombre indicado... Mira ese sujeto de allá, no te ha despegado la vista en toda la noche.

-No exageres.

-Pero, es cierto, yo creo que le gustas...

-¿Hablan de Ryota Takahashi?- preguntó una joven de cabellos negro azabache, largo hasta la cintura, que acababa de llegar. Llevaba dos vasos de saque en sus manos.

-¿Lo conoces, Reiko?

-Ustedes dos son muy despistadas.- respondió una joven rubia de cabellos largos. Ella también llevaba dos vasos con saque.- Todo el mundo lo conoce.

-¿Si? ¿Él es famoso?

-No es que sea famoso, él es el científico más joven y reconocido de todo el Japón.

-¿Ah si?

-Ryota Takahashi se graduó en esta universidad, actualmente dirige el Centro de Investigaciones de ADN de la Facultad de Ciencias Naturales.

-Es una eminencia en el estudio del ADN y es reconocido en todo el mundo.- dijo Michiru, la rubia, mientras extendía su brazo con el vaso de saque hacia Chika. Chika agarró el vaso y se tomó todo el contenido de un trago

-Vaya, pero mira que buen partido Hikaru.

-Él me parece un poco viejo, Chika.

-¿Viejo? Tiene sólo 30 años.

-Son seis años de diferencia, Hikaru, no es tanto.- dijo Reiko, extendiendo el vaso de saque hacia ella.

-A mí si me parece mucho.

-Has salido con chicos de tu edad, cada uno más inmaduro que el anterior, tal vez sea hora de probar con uno más grande.

-¡Oigan! Esperen un momento... Él ni siquiera me ha invitado a salir a bailar y ustedes ya están armando la novela.

-Es cierto, chicas... Él nunca la sacará a bailar si nosotras estamos aquí.

-Si, mejor dejemos sola a Hikaru.- Las amigas de Hikaru comenzaron a retirarse.

-¡No! ¡Esperen! No me dejen sola.- protestó Hikaru, pero fue en vano, ellas ya se habían ido. Hikaru suspiró. Cuando a sus amigas se les ponía algo en la cabeza no había nada que pudiera hacer. Miró a su alrededor. Nuevamente se sintió perdida en ese lugar. Ella no estaba hecha para ese tipo de cosas, prefería estar en el hospital en que llevaba a cabo sus prácticas. Cerró los ojos. - Cómo desearía estar en Céfiro.- pensó. Los abrió de golpe. ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué cada tanto volvía a tener esos pensamientos? ¿Por qué cada tanto volvía a sentir nostalgia por aquel lugar? Estaba pensando en irse a su casa, cuando vio que el joven del que hablaban sus amigas comenzaba a acercarse a ella. ¿Es que estaban en lo cierto? No, claro que no. Un joven tan distinguido jamás se fijaría en una joven tan común como ella. Comenzó a ponerse nerviosa. El joven se acercó hasta ella y haciendo una breve reverencia le extendió su mano.

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