15 - El lado oscuro del corazón

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Caminaba por el pasillo de un lado para el otro. Estaba impaciente. Parecía que los minutos se le hacían eternos, quería saber de ella, quería saber si estaba bien. La puerta que observó en silencio durante un largo tiempo, se abrió. La miró como un niño impaciente esperando un regalo muy esperado.

-Acaba de quedarse dormida. Esas hierbas que me diste son muy buenas, lograron tranquilizarla bastante... Creo que dormirá un par de horas, ahora que logró relajarse. Esta agotada...- Latis no dijo nada, sólo bajó la mirada.- Tal vez debas quedarte con ella. A Hikaru le agradará verte cuando despierte.

-Bueno... yo...

-Eres el único que puede hacer que ella olvide todo esto... Ella sigue insistiendo en que debería asumir sus responsabilidades... No quiero que sufra lo mismo que sufrió Esmeralda.

-Jamás lo permitiré... No cometeré los mismos errores que mi hermano.

-Ustedes se aman, y no es justo que deban renunciar a ese amor por una estúpida regla.

-Haré hasta lo imposible porque ella no tenga que asumir la corona. Durante estos años hemos hecho muchos esfuerzos porque Ferio no fracase en su reinado. Sé que él no es perfecto y suele cometer muchos errores, pero tiene muy buenas intenciones... Saldremos adelante.

-Esta batalla entre hermanos no le hace bien a nadie, no quiero que Céfiro acabe como mi mundo, resolviendo sus problemas a fuerza de cruentas batallas.

-Lo último que seseo es otra guerra, pero ellos no nos dejan alternativas.

-Seguro debe haber otra solución, pero el muy obstinado mago supremo no quiere dar el brazo a torcer.

-No hables así de Clef. Él ha hecho un gran esfuerzo por mantener todo esto a flote, él ha luchado porque Céfiro ya no necesite de ella... Está agotado, ya no encuentra salida.

-Tal vez sería más fácil si acepta de una vez que estamos para luchar y deja de ocultarnos cosas.

-Tampoco estoy de acuerdo con sus decisiones, pero él ya no me escucha. Ustedes deberían hablar, sin peleas, si reproches. Créeme, si hay alguien en el universo que puede hacerlo recapacitar, esa eres tú.

-Aja... Mejor ve con Hikaru... quédate con ella. Asegúrate de que tenga al menos un momento feliz en este mundo.... - Latis se sonrojó.- Sé que la amas y deseas su felicidad tanto como yo. Este mundo sólo significa sufrimientos y sueños rotos para nosotras. Ella merece tener, aunque sea, un recuerdo feliz de Céfiro...- Umi volteó y caminó por el pasillo, sin decir más, dejando a Latis pesando en soledad. Ella tenía razón. Aunque Hikaru volviera a su mundo, aunque su destino sea no estar juntos, sólo quería que ella supiera cuanto la amaba.

Despertó sobresaltada después de varias horas de pesadillas. Latis estaba en una silla junto a su cama, con la mitad del torso sobre ella. Dormía plácidamente. ¿Se había quedado para cuidarla? No pudo evitar sonreír, a pesar del sentimiento de tristeza que había en su corazón, a pesar de las preocupaciones. Acarició su cabello suavemente. Era lo que tantas veces había soñado. El despertó, la miró confundido, como si no supiera donde estaba.

-¡Lo siento! ¡No quería despertarte!

-No tienes nada que sentir... No debí quedarme dormido, se supone que me quedé para cuidarte.

-¿Dormí mucho?

-Un par de horas... ¿Cómo te sientes?

-Siento... que mi corazón ya no puede con tanto dolor. Voy a asumir mis responsabilidades.

-Jamás lo permitiré.

-Soy el pilar.

-¡No eres el pilar! Céfiro ya no tiene pilar... No quiero que repitas la historia de Esmeralda...

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