Básicamente el plan de Tori era buscarle una pareja a Dio de forma discreta y para eso estaba contando con la ayuda de Meguri que era amiga de muchas chicas en el instituto.
La primera de ellas fue la opción que menos le gustó a Tori.
Meguri había hablado con la estrella del equipo de básket, Moeka quien desde el principio estuvo de acuerdo en acercarse a Dio.
En sí, Moeka no era una mala chica, pero también era muy conocida por tener un récord de novios que ha estado teniendo a lo largo de estos años.
No era precisamente el tipo de chica que un hombre buscaría para una relación seria y estable y Tori pensó que Meguri empezó por atinarle mal.
- ¿No crees que esto sería un poco...
- Tranquila, el objetivo de esto es hacer que Dio se olvide de ti y Moeka es mejor que emborracharte, no por nada es conocida como la más atractiva.
- A-Aún así...
- Eres demasiado complicada- suspiró Meguri al ver las dudas que la maestra demostraba- ¿Por qué no eres más sincera y di que lo quieres?
- No soy un buen futuro para él y ya te he dicho que no pienso discutir esto contigo.
- Como quieras...
***
- ¡Aquí, pásala!
- ¡Bien! ¡Ahora vuelvan a la defensa! ¡Rápido!
- ¡Lyth, bloquea a Moeka!
Era primera vez que Dio observaba de cerca el entrenamiento de las chicas del equipo de baloncesto. Ninguna parecía molestarse por la presencia de él, ni siquiera la entrenadora que incluso estaba sentada a su lado.
- ¿Qué te parecen mis niñas? ¿cómo es que te llamabas?
- D-Dio...entrenadora.
- Jujuju, llámame Abelion, eres lindo por cierto, dime ¿no quieres ser parte de nuestro equipo como preparador físico?
- ¿Ehh?
- Vamos, di que sí y te prometo que te trataremos bien~
La entrenadora hablaba en un tono tan seductor que Dio se sintió abrumado.
Tan sólo conocía a su vecina Seira que actuaba de esta manera, pero ya estaba acostumbrado a sus acosos. Con esta mujer era totalmente diferente ya que era una desconocida y de haber sido otro tipo de persona, Dio fácilmente se hubiera dejado llevar porque la carne es débil...pero Tori era su impedimento mental. Aunque ella no era su novia, él sentía que no debía traicionarla por ningún motivo.
- Y-Yo n-...
- ¡Oigaaan chicas! ¡Ya tenemos a nuestro nuevo integrante~!- exclamó la entrenadora Abelion que impulsivamente abrazaba al chico cuya mitad de su rostro era succionado por esos senos de ensueño.
- ¿Ehhh?
Las demás, atraídas por la atención de su entrenadora se acercaron hasta rodearlos a ambos. En total, el equipo femenino constaba de nueve jugadoras de los distintos cursos, aunque en su mayoría eran de tercero y actualmente estaban en su época dorada tras ganar el campeonato de invierno el año pasado, el campeonato regional y el campeonato nacional. Básicamente ellas eran la sensación de todos y el orgullo del instituto que por primera vez conseguían un triplete, una hazaña que rara vez un equipo alcanzaba, incluso entre los mejores equipos masculinos. Prácticamente ya no tenían nada que pedir, el equipo titular pronto ya no estarían y luego de la copa de invierno que estaba a la vuelta de la esquina, si pasaban a las nacionales con el nuevo equipo titular conformadas por las de segundo y primer año definitivamente ya no sería lo mismo.