Arco 7: Tokhs... Parte 4

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No podía ser una mera coincidencia.

Primero Isabell, luego el suicidio de esa chica que tuvo que ver y luego Ceres. Definitivamente alguien lo estaba provocando y Tokhs era la única que lo sospechaba.

Debía de ser una de las chicas del club o alguien exterior que Dio conocía. Por eso ella se empeñó en tener una relación con Dio, de todos modos, ella desde hace mucho sentía algo por él y mientras compartía finalmente su amor con el chico que quería, también estaba muy atenta a sus alrededores, a la espera de cualquier movimiento sospechoso que ella lograra captar.

- ¿Quieres que te ayude a estudiar? Últimamente veo que tus notas son menos del promedio. No quiero que mi novio tenga malas notas.

Tokhs estaba recostada sobre el hombro de su novio que a su vez estaba recostado sobre el tronco de un gran árbol de cerezo.

- Haz lo que quieras- le dice él con desánimo a lo que Tokhs se muestra triste.

Ya llevaban poco más de dos semanas y a diferencia de Isabell o Ceres, Tokhs era una chica más centrada, siempre estaba consciente de lo que hacía y actuaba de forma madura la mayoría de las veces. Tampoco era muy melosa siendo novia y de cariñosa tenía poco. Además, todavía no habían tenido sexo, Dio jamás se lo había pedido y Tokhs pensaba que una relación no debía depender de eso para expresar amor. En pocas palabras, era la chica más seria del círculo de amigas de Dio. Pero eso no quería decir que ella fuese aburrida ni amargada... Tokhs era una chica tranquila y muy bondadosa que intentaba ayudar a otros y le gustaba pasar el tiempo en el club.

Su principal hobbie era la lectura. Siempre se encontraría a Tokhs con un libro en la mano, era por eso que ella era muy inteligente y los maestros estaban encantados con ella. Tanto así que no veían con buenos ojos que ella se desperdiciara en un club que no hacía nada ni muchos menos que estuviera con un tipo con notas bajas como Dio.

Pero lo mismo que con Ceres, a Tokhs no le importaba lo que los demás dijeran, ella a diferencia de la otra, logró equilibrar su vida amorosa con el estudio sin decaer en ninguna.

Todos los domingos (Aunque iban dos apenas) ambos salían en una cita. A pesar de que su novia era pequeña con el cuerpo de una niña, Tokhs era muy hermosa a su manera y Dio, pronto comenzó a ver que ella superaba un poco a las demás por ciertos detalles que a él le gustaron.

Ella era más femenina que las demás.

Se sonrojaba cuando se besaban en público, le gustaban los peluches y desde que Dio logró atrapar uno pequeño que servían como adornos para los teléfonos, ella lo conserva como un tesoro colgando en su móvi que tenía años de no cambiarlo y por eso le funcionaba muy lento. También ella se asustaba mucho cuando veían películas de terror o cuando cruzaron la casa del miedo en la feria.

Pequeña, serena, inteligente y albina ¿había algo más que podría pedir un chico?

Poco a poco, Dio iba despejando ese temor que tenía cuando empezó a salir con Tokhs. Y las chicas del club a pesar de que en un principio se miraban extrañadas, terminaron por apoyar la relación.

- ¿Quieres que te ayude a que te veas mejor para Dio?

La que le hizo la pregunta fue Seira... No sabía por qué, pero Tokhs sospechaba de esta chica en especial. Para empezar, los horarios de la muerte de las tres chicas bien podrían coincidir con las veces que Seira se ausenta, además de que ella estaba en la misma clase que la chica que se mató y por lo tanto estuvo en los hechos.

La policía reportó el caso de Ceres como un lamentable accidente, pero Tokhs se las había arreglado para entrar al gimnasio acuático. Ahí pudo darse cuenta que no había forma de que las lámparas hubiesen caído porque estaban flojas de sus tornillos por el paso de los años. Alguien las había aflojado a propósito y debía de tener ciertos recursos como para lograr montarse a más de seis metros de altura y desarmar cada lámpara que no precisamente estaban una cerca de la otra además de lograr mantenerlas suspendidas y capaces de apagarse y encenderse sin que nadie sospechara durante toda la hora del entrenamiento. Una maniobra que sólo puede haber sido planeado por una maniática y de todas las presentes, sólo Grisell y Seira tendrían los recursos para hacer todo eso. Desde hacer una copia de llaves, hasta tener un conjunto de desarmadores y elementos de seguridad para evitar accidentes en el proceso y lo no menos importante, conocimientos de electricidad.

Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora