Arco 8: Confesión

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Nunca me cansaré de sentir la suavidad de la piel de Moeka...

- Has mejorado bastante...

Han pasado dos semanas desde entonces...

Ahora estoy en algún salón vacío, presionando a Moeka contra la pared mientras nos besamos intesamente. Ella ya se había quitado toda la ropa, ella no tiene vergüenza, es algo que me gusta un poco de ella que cada vez me parecía más intensa.

Hace mucho dejé de preocuparme porque alguien nos viera, simplemente quería estar con esta mujer y darlo todo a cambio de placer.

Estando de pie ambos, tomé su muslo y lo subí a la altura de mi cadera y ya sin sentir la inseguridad que sentía al principio, entré en ella que dejó escapar un gemido ahogado. Hace ya varios días que había logrado que Moeka se corriera por primera vez y había aprendido que a veces uno tiene que ser un poco creativo para lograr algo y así sucedió con Moeka que esta vez sí parecía disfrutar del sexo conmigo.

Poco a poco iba rompiendo mis récords de aguante, ni siquiera me daba cuenta de esto, no hay nada que pensar en este momento en donde la temperatura aumentaba y nuestro sudor y otros fluídos se mezclaban mientras nos frotábamos, a veces rápida a veces lentamente.

- Dale más, sí, así...

En promedio, lo hacía con Moeka unas dos veces por día, muchas de esas veces fuero en la escuela...incluso en horas de clase, en esa ocasión en la clase de ciencias en donde la maestra apagó las luces para ver un documental largo. Moeka había decidido formar equipo de pareja conmigo en esa ocasión y nos sentamos hasta atrás en donde Moeka hizo de las suyas de muchas maneras...aunque no tuvimos sexo en sí, hicimos algo que me hizo acelerar el corazón bastante ¿Acaso esta chica no sentía vergüenza o miedo?

En público nosotros éramos distantes al principio, pero conforme fue pasando el tiempo...

- Dio~ ¿Quieres ir conmigo a los juegos?

- Dio~ ¡Vamos al karaoke!

- Dio~ ¿Me puedes ayudar con la tarea?

Moeka cada vez más seguido se pegaba a mi brazo frente a los demás. Los rumores volaron como pólvora y como sabrán, muchos chicos incluso dejaron de hablarme por envidia...

La verdad es que nunca me gustó ser el centro de atención, pero me siento feliz ¿Qué clase de chico no querría presumir una chica como Moeka a los demás aunque después te odien?

- Muy pronto son los exámenes, Dio, te ayudaré a estudiar- me dice Zindel que se me acerca a mí después del almuerzo y estar con Moeka que desde que estoy con ella, me hace la comida...o más bien lo manda a hacer.

- ¿Eh? ¿Qué está haciendo Zindel con ese vago?

- Maldito bastardo ¿Incluso ella?

- Oye, que yo recuerde ellos ya eran amigos.

Debido a que Zindel había cosechado una buena reputación en todo el instituto para ganar las elecciones, era inevitable que todos vieran con malos ojos cómo una estudiante brillante y ejemplo para todos se juntara con alguien que falta seguido y saca malas notas como yo.

No sé si sentirme mal conmigo mismo o por ella, últimamente me he distanciado bastante de Zindel, en cierta manera me hace mucha falta.

- Lo siento, he quedado con Moeka para salir- me negé sintiendo un poco de dolor por dejarla de lado.

Zindel me mira fijamente con esa seriedad suave que demostraba preocupación.

- ¿Es así?... Realmente ¿No te interesa pasar con buenas notas? Si sigues así, no llegarás a tercer año...lo lamentarás.

Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora