Memorias de un caballero, parte 4

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[Intermedio]

La habitación estaba totalmente a oscuras, pero no era ningún problema para sus ojos que podían ver perfectamente en la oscuridad. En sus brazos cargaba un bebé que dormía plácidamente, sin el menor indicio de despertarse aunque hubiera un escándalo repentino.

La mujer que lo sostenía una vez más comenzaba a imaginar cosas y preguntarse...si alguna vez tuviera un bebé propio ¿Cuál sería la mejor manera de criarlo? ¿Qué tipo de comida le daría? ¿Qué tipo de educación sería la adecuada? ¿Cómo podría comportarse en cada situación?

Ella sonrió, como burlándose de sí misma...en este mundo no había ningún hombre que le interesara, aunque recientemente su hermana le había presentado a alguien interesante, alguien con quien tal vez podría experimentar más tarde...si es que ella se lo permitiría, pues a veces su querida hermana podía ser un tanto posesiva.

Como ya no valía la pena resguardar su castidad desde que su amo ya no estaba más, podría tener un bebé con ese mocoso y si consideraba que éste bebé no valía la pena, se desharía de él y abandonaría la idea de procrear a alguien que estuviera a la altura. Era una verdadera lástima que sólo tuviera un hermano varón...y ni siquiera sabía en dónde estaba metido. Bueno, su amo lo había asignado como protector de aquella niña y ambos habían congeniando bastante bien, así que no le extrañaría que estuviera todavía con ella.

Mientras pensaba en eso y varias cosas más, un leve sonido alertó sus oídos y al levantar la mirada vio una silueta en la ventana.

— ...¿Es tu bebé?

Rinoa se encoge de hombros.

— ¿Tú qué crees?

— Una mujer tan fría como tú nunca sostendría a un bebé así si no fuera tuyo o por otra razón que preferiría no conocer.

— Una de las hembras de mi granja lo dio a luz hace mas de dos años, es un producto de alta calidad, pero lo aparté ya que su destino no será en la cocina. Es un espécimen raro, he estado estudiándolo por tres semanas y ya sabe cuatrocientas treinta y cinco palabras, además que ya forma oraciones que a un niño de cinco le costaría. Si todo sale bien, será un buen elemento para los planes de mi hermana...Por cierto ¿Eres Hitomi o Reine?

La mujer sonríe y se sienta sobre el marco de la ventana de forma relajada.

— Dime como quieras. He estado buscando a mis vástagos para recuperar mi poder y sólo me he encontrado con quince. Me falta un largo camino...es divertido, no me había dado cuenta que uno de mis clones era madre de tu querido amo y al mismo tiempo era una diosa demonio que decidió vivir como una simple humana en el otro mundo y todo este tiempo ella estuvo enfrente de mis narices. Cuando absorbí a Reine no pude parar de reír, toda su vida había sido un fracaso, mira que acabar siendo derrotada por su propio hijo y no tener de otra que convertirse en esclava de otro de sus hijos.

A Rinoa nunca le había gustado nada Hitomi...Reine era mucho mejor, por un momento se había dejado engañar por su apariencia...aunque fueran en esencia la misma persona, el respeto se lo debía a la madre de su amo, no a esta bruja escalofriante.

— ¿Y qué te trae por aquí, Hitomi?— le preguntó Rinoa ocultando su desdén, aunque ella lo notó de todos modos y luego esbozó esa sonrisa suya desagradable.

— Mi hijo debería estar en esta ciudad...

Casi de inmediato, Rinoa abrió los ojos con sorpresa y se irguió, casi deja caer al bebé que sostenía.

— Acaso ese...—

Rinoa se calló de inmediato...fue demasiado tarde.

— ¿Así que sabes de él, eh?

— ...

— No te preocupes, no te obligaré a decírmelo, ahora sé que está aquí...y no será difícil encontrarlo.

— ...¿Qué piensas hacer con él?

— Antes de que yo absorbiera a Reine, tuvo mucho tiempo para andar de aventuras y no pudo evitar su costumbre de dejar hijos allá por donde va... técnicamente no son parte de mí, pero ¿Qué pasaría si yo absorbiera a un hijo de mi vástago?

— Seira se molestará contigo...

— Oh ¿Está con ella? Eso es raro. Esa mujer debe estar muy desesperada, puede que se le parezca un poco a él, pero incluso tú sabes que eso sólo la dañará si trata de mantenerlo. No te preocupes, yo haré que vuelva a poner los pies en la tierra, su plan marcha a la perfección, no puede deprimirse a estas alturas ¿Sabes? después de todo, yo estoy involucrada en esto. Hacer que Moltánika haga un movimiento en contra del Imperio será demasiado difícil, desde que Artorias murió, ya no tenemos con qué.

"..Artorias..."

Tal vez, si las cosas hubieran sido distintas, Seira y él hubieran hecho una buena pareja...pero eso ya es pasado, Rinoa pensó con nostalgia por un momento...últimamente se había sentido demasiado nostálgica ya que miraba atrás a menudo...aquellos días en que todos estaban juntos...

— Si mi hermana mayor decide dejar de lado sus planes, yo la apoyaré, después de todo, los resultados finales tienen malas probabilidades. Aunque sólo esté deprimida, quiero que olvide su dolor, de esta manera, todo será más tranquilo y me dedicaré a mis cultivos sin preocuparme.

— Es curioso que un demonio como tú desee la paz.

— Es lo que él hubiese querido...Seira nunca quiso oírme, pero a este paso, gradualmente se olvidará del plan y viviremos tranquilos todos mientras tú recuperas el infierno y te pudres allí.

Hitomi soltó una risita.

— No deseo conquistar una dimensión en declive, las responsabilidades no van conmigo. Así que me tendrás deambulando por allí  y te vendré a visitar de vez en cuando ¿No te alegra eso?

— Hmp, sólo haz lo que tengas que hacer y deja de molestarme, si ese chico te interesa tanto, tendrás que enfrentarte a Seira. No podrás vencerla tan fácilmente.

— Lo sé, pero será divertido, tengo algunas medidas ante eso aunque...creo que no es el mejor momento para retarla a duelo.

— ¿A qué te refieres?

Durante la conversación, en algún momento Hitomi se había tapado uno de sus ojos...parecía estar viendo algo más allá con él.

— Digamos que tu querida hermana...está ocupada.



Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora