Arco 7: Final

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"¿Por qué está Hitomi aquí?"

Era la primera pregunta que Dio se hizo al ver a su antigua amiga entrar a su propia habitación.

- ¿Te sientes mejor?

Hitomi ahora lucía un poco más adulta, pero su extraña amabilidad con él nunca desaparecía.

En ese momento vino a su mente el empolvado recuerdo que tuvo con ella hacía muchos años.

La consciencia aún le remordía a lo lejos, pero ahora no era el momento.

Hitomi puso la bandeja de sopa de pollo en la mesita de noche y luego se sentó en el borde de la cama para mirar a su viejo amigo como si estuviera esperando algo, y Dio aprovechó para preguntarle:

- ¿Cómo me encontraste?

Ella sonríe como si hubiera esperado exactamente esa pregunta.

- La señora Wesley...es mi abuela.

- ...Ya veo.

Tenía sentido, Dio no se sorprendió como debería, ya que él sabía que Hitomi tenía una abuela, pero nunca llegó a conocerla. Hitomi siempre fue una chica muy misteriosa, nunca dejó que él la fuera a visitar...no, no es que no se lo permitiera, ella casi nunca hablaba de sí misma y siempre evadía ciertos temas...nunca se imaginó que en verdad, la vida era un pañuelo.

- Supe lo de Reika, en verdad, lamento lo que pasó, si crees que puedo ayudar en algo, ni siquiera dudes en perdírmelo. Para eso somos amigos ¿No?

- ...Te lo agradezco, pero...en realidad no hay nada que puedas hacer. Sólo quiero estar con Reika...nada más- le dice Dio con mucho pesar, en ese momento no tenía mucha mente para ponerse a pensar en el regreso de su amiga de infancia.

- Si quieres, puedo llevarte con ella.

- ¿E-En serio?

Cogiendo el plato de sopa, con la cuchara recoge un poco de ella y llevándola cerca de su labios comienza a soplar suavemente y luego responde:

- Sí, tengo un carro, pero primero, tienes que comer, dí "aaah"

Hace mucho a él le hubiera molestado que ella lo tratara como un niño, pero en ese momento se sentía tan débil que no tenía ganas de decirle nada y dejó que ella hiciera lo que quisiera.

Luego de que ella le hubiese dado de comer en la boca como un bebé, Dio se puso en pie apenas, por lo que Hitomi le tuvo que ayudar a caminar hasta el auto que ella tenía.

Él se sienta al lado de Hitomi y emprenden la marcha.

Durante el camino, apenas hablaron, tal vez en otras circunstancias él le habría hecho muchas preguntas, pero ahora su mente estaba centrada en Reika que estaba igual que siempre cuando llegó.

Dio se quedó en el mismo lugar que antes, a su lado, durante todo el día, pero esta vez, con Hitomi cerca él no tenía de otra que comer casi a la fuerza.

El dinero no era un problema, si a él se le acabara podía sacar desde la propia cuenta de Reika a la cual tenía acceso. Tanta era la confianza que ella le tenía que incluso le compartía su contraseña en casos de que necesitara de su dinero que no era poco. El hospital en donde estaban era privado, en un principio a Reika la iban a llevar a uno público tras el accidente, pero Dio les exigió a los socorristas para que se desviaran y la llevaran al mejor hospital de la ciudad.

Esa era una de las razones por la que Reika aún estaba viva, en un público ni habría durado un día, pero los médicos aquí eran de primera.

- Hemos hecho una colecta entre todos los vecinos.

Divergencias del HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora