Ya ha pasado más de un día...
Y Zindel no me ha hablado desde entonces.
Moeka me había dicho que era por la vergüenza de haber reconocido su amor delante de mí sin confesarse directamente.
Quisiera ir y decirle algo, pero siento que sólo complicaría más las cosas, sobretodo porque yo ya tengo novia y me dolería mucho tener que rechazar a una chica que ha estado conmigo desde primer año.
¿Qué debería hacer?
Realmente odio tener problemas de este tipo.
¿Y cómo se le ocurre reconocer a sí por así que yo le gustaba? Se supone que cualquier chica lo negaría, sobretodo si esa persona estaba presente ¿Qué clase de persona es Zindel?
- En verdad, nunca imaginé que tu comida fuera tan buena, creo que ya no volveré a desayunar en restaurantes.
Moeka que siempre se quedaba a dormir se había acostumbrado ya a mi comida. La verdad es que me siento feliz de que otra persona lo disfrutara. Últimamente se le veía más tranquila que de costumbre, de manera sútil había dejado de ser coqueta con los demás chicos, incluso ya no mostraba el sesenta por ciento de sus tetas en el uniforme...aunque de todos modos de nada le servía ya que los pobres botones de su camisa amenazaban con sacarle los ojos a cualquiera de un disparo...y el sostén se le nota mucho a través de la delgada tela blanca, sobretodo en estos tiempos de verano cuando es normal sudar y muchas veces de manera inevitable la tela se le pega a uno en la piel...y también es mil veces inevitable para un chico ver ese sostén de color rojo carmesí que pertenece a una línea de lencería exclusiva y limitada.
Claro, no era una prenda que una chica de instituto debería estar usando ya que eso la hacía ver demasiado erótica y una maestra la regañó por eso.
- Ara, entonces me lo quitaré...
- ¡E-Espera! ¡Ten algo de vergüenza!
Bueno...el cambio no va a ser de la noche a la mañana después de todo.
Al menos estaba haciendo el intento.
- ¡Mira lo que tengo para ti~!
- ¿Eh? Pero yo ya...
Este día en el almuerzo, ella me trajo comida que definitivamente no fue hecha con sus manos.
- Vamos, vamos, comer una segunda ración no te hará daño.
- Engordaré...
- ¿Acaso crees que eso me importa? Si te vuelves gordo, me dará más ganas de abrazarte.
- ...
Siempre que Moeka me abrazaba en público, sentimientos de vergüenza pero a la vez felicidad se hacían presente...y miedo también, ya que cada vez que ella me restriega sus pechos siento el odio de los demás hacia mí...
Quisiera burlarme arrogantemente ante ellos, pero no dejaré que mi lado malvado me domine de nuevo como sucedió antes en el apartamento, así que amablemente aparté a Moeka agarrándola suavemente de sus pechos...su sostén es tan suave que parece como si estuviera tocando sus tetas.
De pronto sentía que ambos éramos lo únicos en este mundo, yo siendo odiado injustamente por mis compañero y Moeka siendo detestada por las chicas por alguna razón.
Nada me importa si las tengo a las dos de mi lado...
En mi mente apareció Zindel y entonces me
preocupé por ella.
Luego de comer me dediqué a buscarla con Moeka hasta que la encontré en la colina que se había vuelto su lugar favorito.
Moeka se quedó atrás y Zindel al percatarse de mí parece tener la intención de huir...y lo hace, pero enseguida la alcancé agarrándole de la mano.- ¿Por qué corres?
- ...No lo sé, no quiero verte- me dice ella notando cierto dolor en su tono.
- Me duele el hecho de que me ignores.
- A mí me dolerá más verte con una persona...que no sea yo.
- ...
No supe qué decir sinceramente...¿Debería dejarla ir? Si lo hago, siempre me sentiré mal por ella. ¡Maldición! ¿Por qué esto es tan complicado?
- M-Moeka me agrada mucho, es la primera amiga que tengo, pero...aún así...nunca imaginé que otra chica pudiera hacerte caso ¡Qué tonta fui!
- ¿Eh?
- Siempre pensé que me enamoraría de un chico serio y con un buen futuro, pero me hice amigo tuyo, me hiciste ver las cosas de otro modo y en algún momento, terminé enamorándome de la persona que menos esperaba...lo mantuve en secreto, quería que te enamoraras de mí también, pero ¿A ti no te gustan las chicas serias verdad? Mi mamá siempre me decía que un chico siempre debe ser el que se le confiese a una chica, pero yo me estaba dando por vencida y cuando supe que tenías novia, fue el final para mí, yo ya no podía tener un lugar en tu corazón y sólo me tuve que conformar con ser tu amiga, ya nada me importaba. Y relevarte mis sentimientos...fue un error, ahora ya ni siquiera soy capaz de verte a la cara.
No sabía qué hacer o decir...me sentía mal por Zindel. Recuerdo que me acerqué a ella porque me gustaba, pero desde el principio supe que ella ni en sueños andaría con un vago como yo, así que lo olvidé y la traté más como una hermana que un amor platónico que dejé en el olvido.
Tal vez lo mejor sea dejarla ir y que haga una nueva vida...ella no merece sufrir con alguien como yo. Moeka quizás se aburra de mí y me deje por otro hombre, mi destino siempre fue ser un don nadie que sólo le gusta el ocio.
Súbitamente siento un empujón en mi espalda y debido a la fuerza caigo de bruces llevándome a Zindel conmigo. Para no hacerle daño puse mis manos enfrente...quedamos cara a cara, ella quería llorar, parecía realmente afectada con todo esto...era primera ve que veía esa faceta en ella, tan frágil y vulnerable. Nadie creería que sería la misma Zindel seria que todos conocían.
Mis sentimientos eran claros, aunque quería mucho a Zindel, no podía engañar a Moeka.
- ...Yo...lo siento, pero yo amo a-
- A mí, realmente no me molestaría tener que compartir a Dio, sé que tú también la quieres y sólo quieres escogerme para no dejarme de lado, pero ¿Por qué sufren tanto si hay una solución para todos?
Moeka estaba al lado nuestro, nos quedamos viéndola por un momento.
¿Qué demonios estaba diciendo?
Pero envés de mirarme a mí, estaba viendo a Zindel como si esperara una respuesta.
- Tú no eres el tipo de chica que se alteraría moralmente por algo como esto. Aunque los humanos son egoístas por naturaleza, hay personas como tú...¿O me equivoco? Tan sólo hace falta que le eches un vistazo a tu interior...y encontrarás la respuesta.
Tuve una extraña sensación cuando Moeka dijo esas palabras, sentí como si estuviera sugestionando a Zindel que tenía de pronto una expresión de duda hacia sí misma.
Me quité de encima y en un minuto, ella se mostró segura y giró su cabeza para ver a Moeka.
- ¿N-No te molestaría en verdad?
- Es lo menos que puedo hacer cuando le he hecho a Dio esto muchas veces. De todos modos, tú me agradas mucho~
- Oigan ¿D-De qué están hablando?
La pregunta fue un poco tonta, yo sabía lo que estaba pasando aquí. Mi cuerpo comenzó a sentir comenzón y mi instinto me decía que tiempos oscuros se aproximaban para mi existencia.
Zindel me mira en forma de súplica...
- S-Sé que tienes a Moeka y la amas, pero...¡Déjame amarte también! Quiero me que ames aunque sea un poco y por eso, dame una oportunidad ¡Déjame ser también tu novia!
Continuará