Te amo, Lily Evans

El ciervo que escucha.

(Foto multimedia: Remus Lupin)

Lily siempre había considerado a James como alguien fastidioso.

Siempre se pavoneaba por la Sala Común, gritando y queriendo ser el centro de atención. Siempre acababa organizando molestas guerras de comida en la mesa Gryffindor en el Gran Comedor. Siempre hacía ruido en la biblioteca mientras visitaba a Remus. Siempre le pedía salir, ganándose con ello el odio de muchas chicas del colegio.

Aún recordaba el día que lo conoció en el Expreso de Hogwarts, mientras discutía con Severus sobre qué casa era mejor, Gryffindor o Slytherin. Ya en ese momento le pareció un chico inmaduro, opinión que se fue afianzando con los años.

Sin embargo, Lily no se podía librar de él ni un momento. Ya que iban al mismo curso y permanecían a la misma casa, coincidían en casi todas las clases, se veían por los pasillos, en la Sala Común, en el Gran Comedor, en la biblioteca... incluso en Hogsmeade. Por no nombrar, por supuesto, el maldito Quidditch. Además, a todo esto había que sumar que Lily era buena amiga de Remus, amigo en común para los dos. Aún no podía explicarse cómo alguien tan agradable, inteligente y maduro como Remus podía ser amigo de alguien tan molesto como Potter.

Sin embargo, eso era lo que ella se repetía siempre, como auto convenciéndose de que era esa la realidad. Pero la realidad era diferente: ya desde hacía meses que ese pensamiento iba cambiando. Ella quería detener esa sensación pero no podía. Le superaba.

Lily iba caminando por los pasillos de Hogwarts, que estaban desiertos a esa hora. Todos estarían aprovechando para tomar el escaso sol de diciembre. Pronto llegarían las vacaciones y con ellas aquel frío helador que les obligaba a recluirse ante las chimeneas de las salas comunes.

Estaba pensando en los patronus de la anterior clase... ¿De verdad sería una cierva su patronus? ¿Por qué? Podría haber sido cualquier otro animal ya que no se apreciaba bien... Además eso significaría que su patronus era pareja de el de James y, ¿cómo iba a tener ella algo en común con Potter?

Decidió salir del castillo para ir a dar una vuelta al rededor del lago o por los bosques. Aunque hiciera frío pensó que eso le ayudaría a despejar la mente.

Vio la casa de Hagrid a lo lejos y pensó que sería buena idea hacerle una visita, que para un momento en el que ella no estaba estudiando... Pero Hagrid no estaba. O almenos eso parecía porque cuando llegó a la puerta dio varios golpes pero nadie respondía. No le parecía bien mirar por la ventana para ver si había alguien porque eso ya lo hizo una vez con Marlene y le supo mal. Ella era así. Si fuera uno de los Merodeadores, claro, no se lo hubieran pensado y ya estarían dentro mirando las cosas de Hagrid.

Bajó entonces hasta el lago, que ya estaba helado. Así congelado parecía incluso pequeño, ya que los laterales se camuflaba por la nieve que había caído los últimos días. La nieve también había cubierto parte de los tejados de Hogwarts, el imponente castillo. No pudo evitar repasar cada torre, cada ventana... Este año era su último curso y estaba pasando muy deprisa. No pudo evitar ponerse nostálgica y volver a pensar en todo lo que estaba pasando. En sus sentimientos. Pero ¿qué sentimientos? Si no lo tenía claro ni ella... Siempre que pensaba le daba vueltas a lo mismo y ni siquiera sabía en lo qué pensaba. Solamente negaba y negaba las cosas.

Lily salió de su mente cuando unos pequeños Slytherin aparecieron por allí. Decidió irse porque sabía que si estaban fuera del castillo con este frío era porque algo tramaban, y no quería quedarse ahí para comprobarlo.

Volvió a pensar, e iba tan inmersa en sus pensamientos, que llegó hasta la entrada del bosque. Normalmente le hubiera dado mala espina e hubiera dado media vuelta, pero de día a las afueras del bosque no había tanta oscuridad sino que estaba algo iluminado, y necesitaba estar sola totalmente ni que fuera un momento.