Lo siento

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INICIO DEL MARATÓN :D

*Narra Lily*

Han pasado cuatro días desde que admití que me importaba James Potter.

Han pasado cuatro días sin que James Potter me hable.

Han pasado cuatro días en los que James Potter solo se digna a mirarme.

Han pasado cuatro días, y sigo tan mal como el primero.

Han pasado cuatro días, y ya sigo a James Potter por los pasillos

Han pasado cuatro días desde que Sev y yo hemos vuelto a hablarnos.

Han pasado cuatro días y no le he contado a nadie mi pequeña "duda".

Han pasado cuatro días, y muchas cosas han cambiado, ¿no os parece?

Por cierto, hoy es sábado.

El mismo martes, que fue el día que admití que James Potter no me era indiferente, hice algunos deberes pendientes y nada más. Ese día no es que hiciera mucho.

El miércoles, para mi propia sorpresa, fuí a ver el primer entrenamiento de Quidditch del curso: el de Gryffindor. Yo buscaba a McGonagall para comunicarle lo de que Remus y yo nos quedamos para Navidades... y acabé en las gradas del estadio viendo como entrenaban. Bueno, viendo como él entrenaba. Y hablando de eso, llegamos al jueves:

El jueves fué cuando empecé a "acosar" a Potter. Bueno, no es del todo acosar, porque el término "acosar" es muy fuerte. Y no es que lo espíe... Solo es que le sigo por los pasillos aveces cuando me cruzo con él. No me preguntéis el porqué porque no lo sé. Casi me pilla un par de veces, pero el hechizo desilusionador que aprendí funciona bastante bien, así que no acaba viéndome.

Ayer, viernes, hice todos mis deberes para que el fin de semana lo tuviera libre. Me llevó unas seis horas... pero así conseguía no pensar en Potter y quedaba libre de tarea pendiente.

Ahora camino como siempre con un libro en mano y varita en la otra. Me arrepiento enormemente de llevar de cintura para arriba solamente la camisa y el jersey. Tendría que haberme traído también la túnica con el frío que hace!

Me dirijo al Gran Comedor a almorzar. La comida me consuela un poco. Aunque solo eso, un poco. Cuando llego hay alumnos conversando sobre el baile de Navidad. ¡Venga ya, que aún queda prácticamente un mes! Aunque aún he de comprarme un vestido...

—¡Lily, estamos aquí! —me avisa Anna levantando la mano.

Está sentada junto a Marlene. Solo están ellas dos, y me alegro enormemente.

—¿Te has vuelto a dormir? —dice Marlene cuando llego allí

—Qué querías —digo riendo—, ¡si me fuí a dormir a las tantas por los deberes!

—Además, hoy es sábado —dice Anna bostezando—. Ni siquiera sé por qué estoy yo aquí a esta hora.

—Pero si son las diez de la mañana y este sábado, osea hoy, toca horas de estudio.

—¿Y qué? El sábado se hizo para dormir y comer. Por eso está entre el viernes y el domingo.

—Claro que sí, Anna, claro que sí —dice Marlene en broma dandole unas palmaditas de de consolación en la espalda

—A mi no me trates de tonta —le responde bromeando— Que esa es Lily.

—Habló —refunfuño sonriendo— Bueno, ¿y qué tal con Remus, Marlene?

—Bastante bien, la verdad —dice sonriendo y con un brillo en los ojos— Es... genial.

—Lo sabeeemos —dice Anna con voz cansada—, Remus y Frank son geniales, vale. A ver, ¿alguno mas para añadir a la lista, Lily?

Te amo, Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora