Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta

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-SI!! -se empezó reír descontroladamente- Y cuando....cuando le encogimos tanto la varita que se le metió en la nariz y se pasó toda una semana estornudando patos!!!! -dijo limpiandose una lágrima de la risa

-No, definitivamente la mejor broma fue cuando le teñimos de rosa el pelo a Filch y a su gata!! -dijo el oji-gris abrazandose su estómago

-¡O cuando le rizamos el pelo a Quejicus!

-Por Merlín, James!! Ya no me acordaba de esa. Sin duda, ese nuevo estilo causó tendéncia.

-Y un enfado por parte de la peliroja.

-Si, pero ella es así de sosa, ya le ayudaremos a recapacitar. -dijo tumbandose en su cama

-Me acuerdo de la primera vez que la vi.-comentó el chico de lentes- Fué en el expreso, te acuerdas? Tu tambien estabas. Y por desgracia Quejicus también.

FLASHBAAAAAAAAACK!!! (Narra James)

Estabamos yo y Sirius conversando animadamente sobre nuestras vidas, en un compartimento en el que ya habia una niña peliroja de nuestra edad. Se encontraba encogida en un asiento de la esquina, junto a la ventana, con su cara apretada contra el cristal de la ventana.

Un niño de pelo grasiento abrió la puerta del compartimiento y se sentó frente a la niña sin ni siquiera dirijirnos una mirada. Ella lo obsevó y luego volvió la vista hacia la ventana. ¿Había estado llorando?

- No quiero hablar contigo – dijo con la voz contraída.

- ¿Por qué no?

- Tuney m-me odia.

- ¿Y qué?

La peliroja le lanzó una mirada de profundo desprecio.

- ¡Que es mi hermana!

- Ella es sólo una... - el del pelo grasiento se contuvo rápidamente, pero la chica, demasiado ocupada en secarse las lágrimas sin que nadie se diera cuenta, no lo escuchó.

- ¡Pero nosotros nos vamos! – dijo él, sin poder contener la emoción en su voz - ¡Este es el gran momento! ¡Nos vamos a Hogwarts!

Ella asintió, restregándose los ojos, pero muy a su pesar, sonrió ligeramente.

- Más te vale estar en Slytherin – dijo el niño, envalentonado por el hecho de que se hubiese alegrado un poco.

- ¿Slytherin? -pregunté sin creer lo que oía. -¿Quién quiere estar en Slytherin? Creo que si me tocara me iría, ¿tu no? – le dije a Sirius que no sonreía.

-Toda mi familia ha estado en Slytherin – dijo.

-Rayos – dije – Y yo que te tenia por buena persona

Sirius sonrió.

-Tal vez rompa la tradición. ¿A dónde irías, si pudieras elegir?

Levanté una espada invisible.

-¡Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón! Igual que mi padre.

El del pelo negro grasiento hizo un ruidito de disgusto. Me giré hacia él.

-¿Tienes algún problema con eso?

-No – dijo, aunque el desprecio en su voz daba a entender otra cosa – Si prefieres tener músculos a tener cerebro...

-¿A dónde esperas ir, viendo que no tienes ninguna de las dos cosas? – interrumpió Sirius.

Me eché a reír. La peliroja de ojos verdes se puso de pie, un tanto sonrojada, mirandome a mi y a Sirius con desagrado.

Te amo, Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora