El consejo decide desoficializar a Fairy Tail por su grave comportamiento, para evitar eso, deberá una hada llevar a cabo una unión forzadamente con algún maestro de cualquier gremio, para que este con su cargo traiga de vuelta a Fairy Tail.
¿Cual h...
Estaba en la oficina, pensando y pensando en que estarán hablando la rubia y Gray.
Pero sinceramente ella no debe ni puede decir que tipo de chico soy, eso arruinaría nuestro matrimonio y su gremio se iría a la mierda.
__ Joder, esto me inquieta de todos modos. Necesito salir de aquí.
Tome mi cartera y una paleta como siempre para quitar este estrés, obviamente salí por la puerta, ya que si no me ven salir por aquí saben que me voy con alguna chica y claramente hoy no iré con ninguna.
En el pasillo me topé con Yukino.
__ Linda, cubreme unas horas porfavor.
— ¿Irás con la chica?
__ Que no iré con nadie, por favor ya no preguntes —Rodé los ojos—
Pase por el pasillo de la entrada, todos, absolutamente todos me miraban con cara de enojo, era obvio que por la rubia.
__ Chicos, no me pongan esas caras. —Rodé los ojos—
—Ya nos enteramos que a venido Gray —Se cruzó de brazos Rufus— por un insignificante insidente hiciste que don hielos viniera hasta acá.
— Seras luz congelada en cuanto te vea —Reía Orga—
Les saque el dedo a todos y salí del gremio.
Se que me tachan como una persona asquerosa, pero sólo yo se porque soy así.
Camine hacia mi destino, hasta que llegue y entre. Me senté en la barra y pedí lo de siempre
__Vino blanco porfavor.
La chica sonrió y fue a prepararlo. Tome un cigarrillo de ahí, para luego encenderlo y fumarlo rápido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tranquilidad total... El sabor y el humo me ponía relajado y tranquilo. Tanto que sonreí de lado a lado.
— ¿Y esa sonrisita Sting? —Pregunto la mesera—
__ Oh pues nada en especial Romina
— No me llamo Romina —Frunció el cceño— soy Meredy
__ Como te llames —Sacudí mi mando indicándole que no me importa en lo más mínimo— No recuerdo el nombre de mi madre, menos el tuyo —Bufe—
¿Un hombre recuerda el nombre de todas las chicas del pueblo?
— Oh, ¿hermano que haces aquí tan temprano?
Apareció cobra y se sentó a mi lado, riendo de oreja a oreja, tomando mi cigarrillo, adueñandose totalmente de el.
