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El jardín trasero de los Bang estaba repleto de personas, aún así se sumia en un completo silencio, apenas se podía escuchar las pesadas respiraciones atravez del micrófono.
Todos estaban atentos a lo que Christopher Bang, heredero de una gran fortuna y primogénito de los dueños de una gran cadena de hoteles, estaba apunto de decir.

Jeongin no podía mirarlo, tenía a Felix tomando su mano derecha y a Changbin tomando su izquierda, no quería mirar la cara del chico que amaba, pero algo en él le impedía salir de ahí, tenía que escucharlo.

— es un gusto tenerlos aquí hoy — la alegría en su voz sonó tan real que destruyó el pequeño corazón del niño — a lo largo de mi vida he conocido a muchas personas, he convivido con chicas y con chicos, no me considero alguien caprichoso pero aún así, incluso rodeado de buenos amigos, me sentía vacío, mi corazón siempre estaba buscando de algo que le diera color a mi vida.

Chan, quien había estaba hablando todo ese tiempo con la vista fija en el suelo, levantó la cabeza y sus ojos automáticamente fueron en busca de un chico en específico. Lo encontró, Jeongin alzó la cabeza justo a tiempo y tembló al notar su mirada, Chan sonrió.

— pero resulta que no era algo, sino alguien lo que vino a dar color a mi vida. Su pequeña y adorable figura llegó a mi vida justo en el momento indicado, justo cuando estaba perdiendo la esperanza, su sonrisa me mantuvo vivo. Al principio no quería aceptar que me había enamorado, yo mismo me lo negaba frente al espejo pero de nada servía porque al día siguiente le veía en la escuela y mi corazón saltaba de la emoción.

Jisung sabía que Chan no estaba hablando de Jennie, había dejado de hablar de ella hace tiempo, miró a Jeongin quien tenía los ojos cristalizados y no apartaba la mirada de él, el chico que antes tomaba de las manos a dos chicos más ahora estaba solo, Jisung al no ver a sus acompañantes se preocupó.
Minho, quien había estado a su lado toda la ceremonia, rodeó sus hombros con su brazo y le dió un beso en la mejilla.

— no te preocupes por ellos, Chan sabe lo que hace — aquel susurro hizo que un escalofrío recorriese su espalda, pero no podía no preocuparse, sobre todo porque él más que nadie sabía lo que Chan era capaz de hacer.
— le amo — el mayor siguió hablando — le amo como no he amado a nadie en mi asquerosa vida, y daría lo que fuese por pasar toda mi vida a su lado, incluso si apenas tengo 19 años.

Todos los presentes rompieron en un aplauso cuando Jennie se acercó a él y le plantó un apasionado beso, todos menos 8 chicos en primera fila, el menor de ellos rompió en llanto y salió corriendo hacía dentro de la casa.
Las lágrimas recorrían libremente el camino por sus mejillas, parecía ser el único de los chicos que no notaba que las palabras de Chan no iban dirigidas específicamente a una chica. La casa era muy grande, Jeongin tenía espacio hacia donde correr, comenzó a recordar todos los lugares en los cuales se escondía cuando jugaba con Chan al gato y el ratón, la multitud ya no se escuchaba a medida que él iba avanzando por la casa, eso le reconfortaba.

Tenía demasiadas emociones mezcladas, se había creído capaz de enfrentar todo lo que la noche conllevaba pero no, no estaba listo para ver al chico que amaba irse con alguien más. Jeongin estaba jodido hasta el cuello, el llanto no paraba, en efecto contrario parecía ser aún más y más fuerte.

Llegó a la habitación más apartada de la casa, hace tiempo no visitaba la mansión pero estaba seguro de que aquello era la biblioteca. Tomó la perilla y se dispuso a entrar, todo estaba oscuro, no hizo ruido alguno a pesar de saber que estaba solo. O al menos eso creía él.
El cuarto era enorme, y tenía una gran colección de libros, la mayoría muy antiguos y llenos de polvo, el lugar era muy tranquilo, entonces adentrarse allí era la mejor opción.

Un ruido lo alarmó y giró rápidamente su cabeza encontrándose con una escena que lo confundió completamente, Felix estaba sentado sobre un escritorio y Changbin lo sostenía de la cadera mientras ambos miraban alarmados como el niño se acercaba a ellos.

— ¿h-hyungs?... ¿Qué hacen aquí?
— Jeongin-ah ¡puedo explicarlo! — el pecoso bajó rápidamente de donde estaba y movió las manos en el aire con nerviosismo.

Jeongin se alejó de la escena sin quitar su cara de asombro, él no era estúpido y sabía lo que sus mayores estaban apunto de hacer, no le importaba realmente, eran sus amigos y eran libres pero ahora hablar con ellos sobre lo que había visto no era su prioridad. No es como si tuviese una, solo quería distraerse a sí mismo de su inminente dolor.

— Jeonginnie.

Aquella voz era un infierno, su nombre salía como fuego y quemaba el delicado corazón del chico.

— Chris, no tengo nada que hablar contigo.
— sabes que no hablaba de ella ¿verdad? Aquellas palabras solo pudieron salir de mis labios porque te estaba mirando a ti, tú eres el dueño de mi vida.

Jeongin era un niño nada más, un niño que no sabía lo que era el amor, un niño que se dejaba llevar por sus sentimientos, un niño al cual podías manipular. Un niño, y Chan lo sabía.

El mayor se fue acercando lentamente hasta dejarlo acorralado contra la pared, sus ojos se conectaron y ninguno fue capaz de pronunciar una sola palabra, ambos estaban hartos. Hartos del otro, hartos de si mismo, hartos de fingir, hartos de esconderse, pero más que todo hartos por saber que no tienen otra opción.
Jeongin dejó escapar un suspiro cuando Chan apretó posesivamente su cintura y pegó sus cuerpos.

— Jeongin-ah sólo di que sí.
— haz lo que quieras conmigo Chan, realmente nada me puede importar menos.

El mayor sonrió ampliamente y unió sus labios en un dulce pero necesitado beso. Los labios de Chan sabían a alcohol pero los de Jeongin sabían a fresas, una mezcla que provocó más sentimientos de los que alguno de ellos pudiese imaginar. El menor estaba experimentado lo que tanto había soñado, y se sentía igual o incluso mejor, Chan lo estaba besando, definitivamente esto era mucho mejor que el mismísimo cielo.

Chan ágilmente abrió la puerta detrás suyo y metió a Jeongin adentro, aún con sus labios unidos, para después cerrarla con el pie.

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n/a: perdón si es una mierda, no sabía cómo narrar el beso y tampoco como expresar bien los sentimientos de mi bebe ¡y tengo sueño! Mañana tengo que ir a la universidad todaaaaa la tarde y ni siquiera tendré tiempo para almorzar entonces pasaré en ayunas ahre Jeongin le decían. Solo espero que les guste, y lo siento

a little bit cute ↝bc + yji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora