Epílogo (2/2)

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Decir que Chan estaba pasando por un buen momento era una completa mentira, si somos sinceros su vida era una comedia en estos momentos. Caminaba bajo la lluvia pensando en lo idiota que podía llegar a ser, a veces incluso sin intentarlo, Jeongin había cortado cualquier tipo de contacto con él, y esta vez para siempre.

— hermano, perdí no solo al chico que me gustaba sino a mis mejores amigos — logró articular aquellas palabras en medio de sus sollozos, había estado llorando ya por media hora.
— bueno ¿y qué esperabas? Si eres un idiota — dijo Woojin al otro lado de la línea, su tono expresaba lo molesto que estaba — lo golpeaste, en su propia casa y ¿crees qué no lo sé? Me llamó llorando y el resto de los chicos están furiosos, lo jodiste todo Chan y no hay nada que puedas hacer para remediarlo, ahora por favor no me vuelvas a hablar.
— hyung yo...

Pero antes de que pudiera pronunciar algo más Woojin ya había colgado el teléfono. Oficialmente su vida era una miseria y no daba para menos. Hace unos meses jamás se hubiese imaginado en esa situación, específicamente esa noche debería estar vestido de gala en camino al baile de graduación, en el que horas después él y Jennie serían coronados reyes del baile. Pero a cambio de eso estaba recorriendo las frías calles de Seúl empapado en agua y su propia tristeza. El karma se las estaba cobrando muy caro.

Las personas caminaban a su alrededor pero él se sentía completamente solo, su teléfono sonó, era su madre, pero lo que menos quería él ahora era hablar con alguien que no fuese Jeongin.
Yang Jeongin, ese nombre que no había parado de correr por su mente en los últimos días, ese nombre que en algún momento le había traído tanta felicidad, ese nombre pegado al chico que hacía su corazón latir con fuerza, ese nombre que no daba más pie a otra cosa que no fuese sonreír, ese nombre que lo estaba martillando hasta el sufrimiento.

Chan caminó hasta sentir el palpitar de sus pies, hasta sentir que en cualquier momento sus piernas fallarian pero en realidad no quería parar, quería caminar hasta que sus piernas sufrieran todo lo que Jeongin sufrió por culpa de él.
El tiempo pasaba más lento de lo que él quería y las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.

Oficialmente el señor Bang había explotado, no quería aceptar el hecho de que por primera vez en la vida su hijo no hiciese lo que él quisiera, con el peso de tener que lidiar con toda la presión que estaban ejerciendo los Kim para casar a su hija con Chan y todos los millones que estaba perdiendo gracias a su divorcio, terminó descargando toda su ira en su único hijo, el cual muy lejos de responder a los ataques se dejó golpear hasta terminar con varias marcas por todo el cuerpo, pero realmente a Chan ya nada podía afectarle.
Tomó la decisión de mudarse a Busan con su madre, si todos querían alejarse de él entonces empezar desde cero parecía la mejor de las ideas, se supone que viajaría la mañana siguiente, le había dicho a su madre que quería despedirse esa noche de sus amigos, lo cual era uns gran mentira, no tenía amigos de los cuales despedirse.

Notó como las calles se fueron vaciando, como él iba quedando solo debajo de la tenue luz de las lámparas, era martes y ni siquiera un bar estaba abierto, los enormes establecimientos estaban completamente desiertos.
Pensó en sus opciones y de todas la mejor era volver a casa, caminó por la calle con el objetivo de llegar al otro extremo y poder tomsr el autobús.

Pero Chan no vió el auto que se aproximaba a gran velocidad, ni el semaforo en verde.

✩✩✩

n/a: perdón que el epílogo de Chan sea un mierda.

a little bit cute ↝bc + yji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora