Capítulo 38 (editado)

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Jayden

Conduzco hasta el lugar en el que Mónica me ha citado para hablar, una antigua cafetería que se encuentra frente a su casa.

El semáforo frente a mí cambia de color a rojo y piso el freno al tiempo que pienso en lo que le voy a decir. No deseo hacerle daño a Mónica, sigue siendo alguien especial para mí y creo firmemente que lo será toda mi vida. Sin ella no estaría vivo, pero amo demasiado a Kate como para permitir que alguien la lastime. Eso jamás lo voy a poder consentir. Pase lo que pase.

Una marea de pitidos me hace salir del ensimismamiento en el que me había adentrado y veo que el semáforo ha vuelto a cambiar, así que retomo mi camino, haciendo que se detenga el mar de los insolentes pitidos de los otros vehículos.

Llego hasta la cafetería Lux y aparco en frente del coqueto lugar. Bajo del coche y me coloco bien la ropa antes de cruzar la calle. Nada más abrir la gruesa puerta de madera, veo a la rubia que me espera sonriente, vestida con una blusa clara y una falda negra que se ajusta a sus curvas.

Tuerzo el gesto con la certeza de que se ha puesto tan hermosa para mí y, a pesar de que ciertamente lo está, encontraría mil veces más guapa a Kate vistiendo un simple chándal.

—     Jay, qué alegría verte. Quería decirte algo que seguramente te gustará escuchar, si tanto amas a tu Katy —pronuncia su nombre con burla y algo me dice que esto no va a salir bien.

—     Esta va a ser la última vez que nos veamos —le informo para que no se lleve una sorpresa cuando no reciba más llamadas suyas. Sin embargo, algo en su respuesta facial me sorprende, no es para nada lo que me esperaba. Sus ojos verdes se oscurecen, llegando a ser casi tan negros como el ébano y me mira con algo que, hasta el momento, me parecía impensable ver en ella. Odio.

—     Me temo que no va a ser posible, Jayden. Así que hazme el favor de tomar asiento, si no quieres que monte una escenita —suelta con aire amenazador y la ira que veo en su gesto me hace obedecer sin lugar a dudas. Si en un inicio pensaba que esto podía salir mal, ahora en mi pecho no habitaba ninguna duda.

Katherine

Horas han pasado desde que Jay se fue con Mónica y no he recibido respuestas de él. Me es imposible estar en calma cuando no recibo noticias de él. Tan nerviosa me encuentro que mi mirada no para de ir una y otra vez a mi móvil para en caso de que reciba una llamada, atenderlo inmediatamente.

Sin embargo, estaba total y completamente a oscuras, no había ni rastro de él.

El teléfono suena de pronto y como si contase con un resorte natural, en apenas dos segundos estoy respondiendo a la llamada.

—     Jayden, dime que no ha pasado... —hablo nada más respondo la llamada, sin siquiera ver quien la ha realizado, pero en seguida me veo cortada por la voz llena de preocupación de mamma.

—     Cariño, soy mamá, ¿qué pasa con Jayden?

—     Nada, mami, todo bien... ehm, solo que está en algo de trabajo y quería saber qué tal le había ido —me invento de manera rápida para no preocuparla.

—     Ah... perfecto —dice irónica y le frunzo el ceño al teléfono, a pesar de que sé muy bien que mamma no me puede ver—. Bueno, a lo que iba... He hablado con Susan y aún no tienes concretado nada para la boda. ¡Eso no puede ser así, ni siquiera tenéis fecha!

Se me escapa una risa y mi madre comienza a regañarme de una manera que hacía demasiados años que no utilizaba conmigo, cosa que lograba que riera más y desquiciar aún más a mi querida y perfeccionista madre.

Te necesito Saga Necesidad #1 #wattys2023 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora