One shots [Harry Potter]

30. Remus Lupin.

Dedicado a: AntoVargas6

"¿A las once en la sala de menesteres
-Remus"

"Dalo por hecho.
-Anto"

Una sonrisa tonta se ubicó en los labios de Remus.

- ¿Por qué tan feliz Lunático?- Sirius hizo el amago de quitarle el papel de las manos, Remus se lo impidió.- Eh, interesante ¿Qué escondes ahí?

- Nada, sólo son notas para historia de la magia.-habló rápidamente.

- Si fueran eso no me los esconderias.- contraataco el pelinegro.

Remus enarco una ceja.

- Bueno, tienes razón...- soltó una carcajada y al segundo su atención se desvió al ver una cabellera pelinegra cerca de ellos.- ¡Hermanita!

Anto levantó la mirada y le sonrió a Sirius.

- Hey.- se acercó a ambos.- Hola Sirius, Hola Remus.

- Hola Anto.- Remus y ella se vieron por unos segundos pero lo disimularon muy bien.

- ¿Qué me cuentas pequeñaja?- Sirius pasó su brazo por los hombros de Anto.

- No mucho, debo terminar algún que otro ensayo para pociones... y no me vuelvas a llamar pequeñaja.

Ninguno de los tres contuvo su risa antes ese comentario.

Cuando llegó la noche (específicamente las once) Remus se escabullo hasta la sala de menesteres para poder tener una linda velada con su novia, sin embargo el reloj dio las doce y ella nunca llegó, Remus estaba seguro de que ya no llegaría así que algo decepcionado con un sigilo extremo se devolvió a su habitación.

Aproximadamente a las cuatro de la mañana la puerta de la sala común de Gryffindor se abrió y dio paso a una Slytherin que con sumo cuidado y con ayuda de algún o otro encantamiento llegó a los dormitorios de los chicos.

- Hey, Remus.- Anto sacudió suavemente el cuerpo de su novio.- Amor...

- ¿Mhm?

- Remus, Soy yo...

- ¿Anto?- el chico se incorporó en la cama.- ¿Qué haces aquí?

- Yo... Bueno, venía a disculparme por no ir y..- Remus la corto.

- Linda, son las cuatro de la madrugada, podrías haberte disculpado en el desayuno y...- se quedó callado al ver la cara fe su novia.- No es eso lo que sucede.

Anto negó.- Siento que explotaré.

Remus se movió dejándole un espacio en la cama, luego hizo el encantamiento silenciador.

Anto comenzó a contarle lo estresada que estaba y la razón por la cual no pudo ir, se había quedado haciendo trabajos y había peleado con algunos de sus compañeros de casa y símplemente no podia más.

Remus sin dudarlo la tranquilizó con palabras dulces y caricias hasta que logró que la chica olvidará todo.

Ambos se quedaron dormidos muy cómodamente, abrazados y felices, hasta que la mañana llegó.

- ¡REMUS JONH LUPIN! ¡QUITA LAS MANOS DE MI HERMANITA!