Flores

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Después de ese encuentro con Kirishima, Katsuki siguió con lo suyo, su trabajo de fotógrafo no era tan exigente y menos si le apasionaba.

Suspiro llegando a su hogar, estaba cansado y quería dormir.

Abrió la puerta, entro y encendió la luz.

— ¡SORPRESA! — gritaron varias personas dentro, el rubio se sorprendió.

— ¿Qué hacen? — los miro extrañado.

— Hoy cumples un mes — Izuku se acerco a colocar un gorrito pero fue rechazado.

— No me pongas esas mierdas — aplasto el gorrito.

— Si, futura mamá — se burlo y huyo por su vida.

Su noche tranquila se arruino, suspiro dejando sus cosas en su lugar, se acerco a la mesa de comida deleitándose con los alimentos que hizo la señora Inco, conocía ese sabor.

Vio a varios conocidos, no sabía porque tanto alboroto, la noche fue tranquila, recibió regalos que obvio no eran para él, cuando todo acabo él se fue a dormir.

Por el trabajo de Eijirō lo miraba muy poco, sólo fines de semana, cuando lo hacía sólo hablaban normalmente, Eiji en alguna ocasión se pregunto si es que eso funcionaría.

El tiempo paso y con ellos Katsuki cumplía cinco meses, había ganado peso gracias al bebé y a los antojos, sus amigos se los cumplían.

— Te traje galletas rellenas de nieve — Eiji le entrego una bolsa.

— Gracias — dijo el rubio mientras empezaba a comerlas.

— Y ¿Cómo estás? — pregunto viendo el abultado vientre.

— Bien, la doctora dice que el bebé va bien — dijo sin verlo.

— ¿Cuándo sabrás que es? — quizo saber.

— En una semana, ¿Por qué?, ¿Vas a ir a la cita? — volteo a verlo.

— Si — contesto poniéndose de pie — nos vemos — se fue.

Katsuki suspiro, aunque dijo de tratar de enamorarlo no hacía nada para lograrlo, cuando lo conoció se enamoro a primera vista, lo siguió varias veces hasta que tuvo su oportunidad.

Cerro sus ojos y acaricio su pancita mientras le hablaba al bebé.

Los días pasaban y Eijirō se comporto diferente con él, después de saber que el bebé era varoncito empezaron a comprar sus cosas, Katsuki y el pelirrojo se hicieron amigos, algo es algo pero el rubio quería más.

Cuando Katsuki cumplio los ocho meses Eijirō le regalo un ramo de flores rojas junto con un pastel de chocolate relleno de cajeta y decorado con varias frutas.

KiriBaku MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora