IV.- Sospecha

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El día aparecía finalmente acabar, mientras el sol poco a poco bajaba y un tono anaranjado comenzaba a cubrir el suelo.

 -- Bien está encendido -- decía un chico de cabellos negros al igual que su vestidura, luego de encender la fogata y levantarse y mirar a su grupo.
 -- Gracias – respondió una de las tres chicas que se encontraban sentadas en aquel lugar – por cierto ¿tu nombre dijiste era? –
 -- Se llama Francisco – respondió otra de las chicas, mientras miraba a la primera algo molesta – y el mío es Mihaela –
 -- Lo siento soy algo distraída – sonreía algo incómoda por aquel regaño de Mihaela.
 -- No te preocupes, Ivalu, no es nada tan grave ¿cierto Camile? – decía Francisco mientras se sentaba al lado de Mihaela, mientras intentaba incluir en la conversación a la chica restante.
 -- ¡Si! – Camile sonreía mirando a Ivalu buscando que se tranquilizara.

El grupo conversaba, mientras el día continuaba oscureciendo y la fogata tomaba más fuerza, hasta que su charla se vio interrumpida por la aparición de cuatro criaturas que se acercaban a ellos energéticamente.

 -- ¡Hemos llegado! – decía uno de ellos con fuerza, cuya apariencia blanquecina, así como alas parecidas a un ángel le daba un aire de inocencia y puro.
 -- Genial que trajeron Cupimon – Francisco se alegraba al ver grupo llegar.
 -- Trajimos mucha fruta – decía aquella criatura cuadrúpeda y con unas enormes alas en la zona que deberían ir sus oídos, a la vez que dejaba caer la fruta que cargaba en su espalda frente al grupo.

Aquel gesto era repetido por el resto para luego irse cada uno de ellos específicamente con uno de los miembros del grupo.

Cupimon se sentó al lado de Francisco mientras este último tomaba una fruta y degustaba viendo lo dulce que era a pesar de su apariencia, aquella criatura cuadrúpeda busco ubicarse en las piernas de Ivalu, un ser que era solamente una cabeza de color verdoso con una cola anillada del mismo color se asentó al lado de Camile mientras se sonreían mutuamente. Finalmente, un ser grisáceo similar a un ser acuático se ubicaba delante de las piernas de Mihaela, cada uno de los chicos junto con sus Digimon se disponían a comer.

 -- Creo que fuimos elegidos por alguna razón – dijo Francisco repentinamente rompiendo el silencio que había en el grupo.
 -- ¿A qué te refieres con eso? – Camile preguntaba
 --- Fuimos enviados hacer algo grande – Francisco sonreía mientras Cupimon a su lado lo miraba maravillado.

Todos habían dejado de comer, no entendían con certeza a qué cosa se refería Francisco con tales palabras, pero tanto a Ivalu como Camile, aquella sonrisa, por alguna razón, la sonrisa del chico no les brindaba confianza.

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