XXXI.- Trabajo En Equipo, Primera Parte

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V-mon saco su mano del hombro de la chica y se colocó en frente de ella dándole la espalda, con la intención de mantenerla calmada le hacía leves señas de que se moviera con cuidado y se apartara de allí, la chica captó de inmediato la señales y se dispuso a alejarse del lugar y no alertar a nadie, sin embargo, los nervios de la chica le jugaron en contra, provocando que esta se tropezara y soltara un grito de dolor, ante tal evento V-mon se volteo asustado para ver a su tamer, pero él no fue el único que se alarmó el suceso. Aquel ser que los observaba del otro lado del río se salió de su escondite demostrando así su figura.

Aquel vigilante se trabaja de un digimon, de apariencia cuadrúpeda y una tonalidad amarilla por todo su cuerpo, sin mencionar los diferentes picos que sobresalian de todo su cuerpo y aquella enorme bola que decoraba su cola, la cual movía de un lado a otro como una amenaza visual.

 -- Demonios… -- V-mon volteo su cabeza al ver como ese digimon mantenía su vista sobre ellos.
 -- V-mon… -- Valentina habló levemente mientras el miedo comenzaba a crecer en su interior.
 -- Tranquila… -- El digimon azulado busco calmarla -- debemos irnos de aqui con calma, seguramente entramos en el territorio de Ankylomon y se está asegurando que si somos una amenaza -- explicó.
 -- ¿Nos va… atacar? -- la chica preguntó con aún más miedo que antes.
 -- No lo creo, pero asegurémonos de irnos con calma -- V-mon ayudó a la chica a levantarse del suelo.

El digimon de Valentina busco mantener la compostura, él sabía que debía mantenerse tranquilo si no quería inquietar a la chica y mucho menos inquietar a Ankylomon quien se veía bastante inquieto.

 --  No me gusta este lugar -- Valentina se mostraba cada vez más frustrada y nerviosa.
 -- Valentina -- V-mon intentó calmar a la chica.
 -- No me gusta… -- la chica ignoraba a su compañero y se ahogaba aún más en sus pensamientos -- lo odio… lo odio… ¡lo odio! --

Aquel grito alertó a Ankylomon, el cual creyó que había sido una amenaza y señal de una batalla, sin pensarlo el digimon acorazado lanzó un crujido con fuerza el cual se hizo escuchar a la distancia sin problemas, V-mon sabía que eso no era buena señal, con un esfuerzo único buscó tranquilizar a Valentina antes que la situación se pusiera peor, pero cada intento era en vano, ya que la chica se sumergia aún más en su lamento y desgracia.

De pronto el digimon azulado sintió como el suelo comenzó a temblar levemente, un leve escalofrio recorrio su espalda ya que se imaginaba lo peor, al voltear su cabeza pudo confirmarlo, cuatro Ankylomon hacían acto de presencia del lugar, el primero los reconoció como una posible amenaza al territorio y decido llamar al resto de su manada para poder hacerles frente, V-mon sabía que él no podía retenerlos, pero de todas formas iba a dar la batalla, con la intención de salvar a Valentina.

En Ankylomon principal rugió una vez más, dando el inicio a la batalla, con fuerza el grupo comenzó a correr y cruzó el río, su objetivo era claro, acabar con la posible amenaza, destruirlo desde raíz, V-mon se paró con firmeza a la vez su mirada se endureció. Repentinamente sobre la cabeza del digimon azulado, tres ataques de fuego aparecieron impactando justo al frente de los Ankylomon deteniendo su carrera.

Aquel suceso no podía alegrar a más a V-mon, quien sin voltear ya sabía de quién se trataba.

 -- ¡V-mon! -- se oyó la voz de Daniel.
 -- ¡Vale! -- la voz de Isis se hizo aún más notoria.

La pelinegra corrio hacia su amiga para asegurarse que esta se encontraba bien, al mismo tiempo Agumon, Gabumon y Guilmon se ubicaban a cada lado de V-mon demostrandole así su apoyo en la circunstancia.

 -- ¿Cómo es que supieron lo que sucedía? -- V-mon pregunto.
 -- El grito de Ankylomon fue demasiado fácil de oír -- Guilmon respondió.
 -- Así que Daniel nos hizo venir a todos por preocupación -- Gabumon se sumó a explicación.

En ese momentos, los Ankylomon observaban todo lo que ocurría, aquel posible peligro para su territorio pasaba a ser una realidad evidente, los cinco digimon acorazados dieron un rugido al unísono y tomaban una postura de batalla.

 -- ¡Isis! -- la voz de Daniel se escuchó detrás de los digimon -- tu y Valentina salgan de aquí, regresen a la cueva -- ordenó com firmeza -- V-mon acompañalas, el resto quedense aqui los retendremos y evitaremos que sigan a las chicas --
 -- Pero… -- V-mom quiso debatir la orden.
 -- Ve… -- Daniel lo interrumpió -- Valentina te necesita --

El chico sabía que eso motivaría al digimon, el cual abandonó su posición para dirigirse hacia tu tamer y ayudar a Isis para llevarse a Valentina del lugar.

 -- Isis… -- Guilmon se preocupó al saber que la pelinegra se alejaba.
 -- Guilmon -- Daniel hizo reaccionar al digimon rojizo -- mantén a esos tipos aquí y ella estará bien --
 -- De acuerdo... -- confirmó el digimon con energía.

En ese instante, los Ankylomon comenzaron a correr otra vez, los cuatro restantes esperaron se mantuvieron expectantes de lo que podía ocurrir.

 -- Agumon, Gabumon, Guilmon... -- Daniel se hizo notar nuevamente -- relantizenlos, lancen sus ataques a sus pies, rompan su ritmo -- ordenó con firmeza.

Los tres digimon siguieron las instrucciones y lanzaron sus ataques de forma consecutivas, los cuales como el chico había ordenado, iban dirigidos hacia los pies de los digimon, los cuales al intentar evitarlos tropezaban entre ellos mismos, entorpeciendo su camino, debido a eso los Ankylomon torpemente cayeron al suelo.

Tanto Daniel como los digimon mostraron un sentimiento de orgullo en sus rostros, todos ellos sabían que si no podían hacerles frente a los Ankylomon en fuerza, al menos lo harían con estrategia.

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