Leyendas

XLIII.- El Templo De Dios, Segunda Parte

Aquella esfinge alada de color blanco se veía imponente, afirmando con fuerza sus patas delanteras en el suelo, demostraba su convicción de atacar a cualquiera que se atreviera a ignorar su advertencia.

Por su parte, el grupo se mostro inquieto y un poco intimidado por la presencia de aquella guardiana del templo, a su vez Dracomon, Guilmon, Peti Meramon y el V-mon de Ethan se ubicaron al frente del resto, con la intención de proteger a sus Tamer y amigos en caso de ser necesario.

 – Espere – Klaus hablaba mientas poseía las manos en alto, gesto que Adara y Valentina habían imitado por reflejo – no venimos aquí con la intención de querer hacer daño –
 – Es cierto, solo queremos hablar – Isis agregaba a la vez que caminaba lentamente hacia el Digimon reptil y acariciar su lomo para calmarlo.
 – Pues aquí no encontraran a nadie con quien hablar – el Digimon les respondió sin perder su postura desafiante y dominante.
 – Es verdad, no queremos pelear, queremos respuestas – esta vez era Ethan quien intentaba convencerla.
 – Aquí no la encontraran ¡largo! – insistió subiendo el tono de su voz a la par que extendía sus alas para verse más grande y más amenazante.
 – No es necesario que te alteres Nefertimon – se escucho repentinamente entre los miembros de grupo.

Ryu y Sebastián al ser los que se mantenían al frente además de Isis, voltearon su cabeza hacia atrás para poder ver quien fue el que identifico al Digimon enemigo, dándose cuenta que de que trataba del V-mon de Valentina, el cual después de hablar comenzó a caminar al frente, siendo seguido por su Tamer, quien temerosa de lo que pudiese suceder le tomo la mano para detenerlo, aun así, con delicadeza el Digimon pequeño dragón se soltó del agarre de su mano y continuo su camino.

Nefertimon se mantuvo con sus alas extendidas, mientras veía como V-mon llegaba al frente de todos acompañado por Valentina donde una vez lo alcanzo termino abrazándolo, solo para después, en un acto de valentía se paró de frente entre la Digimon bestia santa y su compañero.

 – No te preocupes – V-mon le decía tomando su mano para darle tranquilidad y se ubicaba a su lado para ver nuevamente a Nefertimon.
 – ¿Quién eres? – le pregunto la guardiana del templo mientras bajaba sus alas al no detectar ningún tipo de indicio de maldad por parte del Digimon pequeño dragón.
 – La verdad no lo se – le respondió inmediatamente con una sonrisa – solo se que me llamo V-mon y tu eres Nefertimon – agrego a su respuesta.

Repentinamente, la Digimon bestia santa comenzó a caminar hacia Valentina y V-mon, suceso que genero la alerta y temer de todos los que estaban presentes, incluso Ethan, Klaus, Pawel y Sebastián habían tomado su Digivice para estar preparados en caso de ser necesarios, pero su impulso fue detenido cuando vieron como Isis había levantado su mano hacia atrás para indicarles que se detuvieran, ella quería observar que es lo que sucedería, y no cometer un error irreparable.

Luego de unos pasos Nefertimon quedo al frente de V-mon y su Tamer, mirando fijamente al Digimon pequeño dragón, recibiendo como respuesta la sonrisa de amabilidad de esto, de pronto, ante la sorpresa de todos, la Digimon bestia santa se inclino como si estuviera haciendo una reverencia.

 – Mi señor, me alegro de volverlo a ver – menciono Nefertimon mientras su mirada solo daba al suelo.

Tanto los Digimon como humanos presentes no pudieron soportar su la sorpresa cuando escucharon las palabras de Nefertimon, pero la mas sorprendida de todos era la misma Valentina, que en un estado de shock no lograba procesar con exactitud las palabras de la Digimon bestia santa.

 – Lamento la forma en que lo trate recién – Nefertimon mencionaba a la vez que levantaba su cabeza.
 – No te preocupes por ello – V-mon le respondía levantando su mano indicándole que estaba todo bien.
 – Por favor pasen, estoy segura que estará más cómodo en el interior que aquí – Nefertimon le decía, para después girar hacia el templo y caminar con calma.