Capítulo 7.

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El cielo era completamente nublado a la hora en que el timbre sonó anunciando el final de las clases de ese día y por alguna razón que no se explicaba, no se había logrado concentrar por completo porque ese niño rico con su cara de terror no dejaba de pasar por su mente.

Sabía que había sido demasiado duro con él al hablarle de esa manera y claramente lo había asustado, pero ya eran dos semanas desde que no lo veía a pesar de que era consciente de su asistencia diaria al pequeño refugio de animales, era obvio porque de repente habían aparecido cosas nuevas y bolsas de alimento para los animales.

Era completamente consciente de que Louis lo estaba evitando, respetando su espacio, teniendo sus horarios en el refugio distintos a los de Harry. Incluso en una ocasión simplemente había alcanzado a ver cómo se subía a su auto dispuesto a irse cuando él estaba apenas llegando. Lo miró dudar un momento antes de encender el motor y alejarse de ahí.

Samantha le había contado en más de una ocasión acerca de la amabilidad del de ojos azules y mierda… nunca se arrepentía de nada, no era una costumbre suya, pero empezaba a sentir arrepentimiento por su mal actuar con el de ojos azules. Tal vez lo estaba juzgando mal y aquel sentimiento no lo dejaba en paz.

Ese día los habían retirado un par de horas antes porque el sistema en las escuelas públicas era una completa basura, pero Harry agradeció internamente que eso sucediera así que sin más, tomó sus cosas a toda prisa y se dirigió a la salida.

– ¡Harry! – el grito de una voz conocida logró que detuviera su andar al cruzar apenas la puerta de la entrada y volteara para encontrarse con Zayn, quien corría hacia él con una sonrisa en los labios – ¿Tienes algo que hacer ahora? – preguntó curioso mientras se inclinaba hacia adelante para poder recuperar el aire que había perdido en su carrera.

En realidad, lo único que el rizado quería era irse al refugio para ver si ese era su día de suerte y de repente se encontraba con el de ojos azules, pero al ver la esperanza en los ojos de su amigo, simplemente suspiró y negó con la cabeza.

– Genial – dijo Zayn sonriendo  –  ¿Podrías ir conmigo al centro?

Esa pregunta realmente había tomado a Harry por sorpresa ya que normalmente él era el que tenía que llevar a Zayn casi arrastrado al centro por lo cual no pudo evitar fruncir el entrecejo.

– ¿Para qué quieres ir al centro? – preguntó curioso  –  ¿Ya no tienes dinero? Sabes que sólo tienes que pedírmelo. En realidad Gemma y yo no hemos hecho demasiados gastos, solamente en los recibos que no llegan demasiado altos y en nuestra alimentación – empezó a rebuscar en sus bolsillos – no me molestaría…
– Harry – lo llamó y no tuvo más opción que detener su búsqueda para mirar de nuevo a su amigo – no es eso…

Harry se paró derecho y miró a su amigo amenazadoramente mientras cruzaba los brazos sobre su pecho. Lo conocía demasiado bien y sabía que algo estaba pasando por la cabeza de Zayn.

– ¿Qué traes entre manos, Zayn? – preguntó levantando una ceja.
– Yo sólo…
– Qué casualidad – exclamó una tercera voz.

Un estremecimiento recorrió su cuerpo sabiendo a quién pertenecía ese tono, así que cuando con pesar volteó y se topó con Nick, no se sorprendió y mucho menos le asustó notar que lo veía con una sonrisa arrogante, como si fuera menos que él y en un momento lo creyó.

– Harry y su protegido – soltó una risa.
– Has usado tantas veces eso que ya empezó a perder sentido, Nick – aseguró su amigo.
– ¡Oh! Es verdad, disculpa – los movimientos de Nick eran exagerados y eso le dio una pista a Harry de que algo no andaba bien con él – ahora él protege a personas que llevan relojes caros y ropa de marca.
– Ellos no vienen al tema – defendió el de cabello oscuros.

Nick frunció el entrecejo y apretó los puños en el momento en el que Harry se dio cuenta de sus pupilas dilatadas.

– Te has vuelto muy valiente, ¿eh? – metió una mano en el bolsillo y rápidamente se lanzó contra Zayn sacando una navaja – Harry te enseñó bien.

El rizado tomó a Zayn del brazo para que se moviera y Nick fallara en su intento de cortarlo.

– Corre – dijo tirando del de cabello oscuro que se limitó a seguirlo mientras escuchaban los gritos del mal nacido de Nick a lo lejos.

Cuando estuvieron realmente lejos del lugar, empezaron a caminar pero Harry no pudo evitar notar la seriedad en el rostro de su mejor amigo. Sabía que el de cabello oscuro se encontraba realmente asustado, Nick jamás se les había ido encima de aquella manera, él era de hablar, le encantaba ir por la vida diciendo cosas molestas, pero jamás pasaba a las acciones violentas en plena luz del día, en esa ocasión su atacante había estado absolutamente drogado.

Al llegar al centro de Londres, Harry supo que a pesar del susto, Zayn seguía aferrado a hacer lo que tenía que hacer en aquel lugar y él se limitó a seguirlo sin siquiera preguntarle a dónde se dirigían. Sentía vergüenza puesto que delante de Nick se había quedado callado, pero al notar su estado, muchos recuerdos desagradables de ese año en el que estuvieron juntos llegaron a su mente y se había quedado sin nada que decir, justo como antes…

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando notó que se habían detenido. Levantó la vista y se topó con la enorme entrada de aquel colegio privado al cual estaba seguro que Louis asistía por el escudo que había visto perfectamente bordado en su uniforme.

– ¿Qué hacemos aquí? – preguntó, curioso y asustado.

Zayn movió la cabeza apuntando al frente y cuando vio la entrada notó que Liam salía con una enorme sonrisa en su rostro a la que su mejor amigo respondió al instante. El castaño vestía el mismo uniforme que le había visto a Louis en aquella ocasión.

El castaño se acercó a ellos y Zayn se lanzó a sus brazos como si en eso se le fuera a escapar todo el miedo que había sentido cuando se toparon con Nick. Realmente Harry empezaba a pensar que se estaba perdiendo de algo sumamente importante ahí.

– ¡Wow! – exclamó Liam al responder el abrazo – yo también me alegro de verte – comenzó a reír un poco.
– ¿Cómo estás? – preguntó el de cabello oscuro con entusiasmo al separarse de Liam.
– Bastante bien. Ya quería salir de ahí – confeso  –  ¡oh! Hola, Harry – saludó al notar su presencia.

Por la mente del rizado pasaron demasiadas cosas y una de ellas fue que Liam le podía decir dónde se encontraba Louis, a pesar de todo, seguía con la idea de que le debía una disculpa por su comportamiento ya que se había basado en sus tontos ideales, pero quien era bueno con los animales no podía ser mala persona aun teniendo mucho dinero, ¿cierto?

– Hola – se forzó a sonreír  –  ¿Y tus amigos? – fingió desinterés.

Liam miró hacia atrás como si apenas en ese momento recordara que tenía a dos amigos dentro de la escuela y después de pensar por un momento, volvió a mirarlos.

– A Louis lo dejé en la cafetería y en ese mismo lugar debe de estar Niall – dijo encogiéndose de hombros – Es la hora del descanso, así que creo que se están ocupando de sus estómagos.
– ¿Se puede entrar? – cuestionó rápidamente.
Zayn y Liam lo miraron sorprendidos y después de unos segundos, el castaño se apresuró a responder.
– Sí, si no eres visto por los encargados – explicó – pero aún puedes decir que vas a preguntar algunas cosas o yo que sé.
– ¿Cómo llego a la cafetería? – quería al menos estar en paz con Louis ya que el resto de su vida seguía siendo un completo caos.
– ¿Piensas entrar a ese lugar? – preguntó sorprendido su mejor amigo a lo que él simplemente asintió.
– Eh… sólo debes de seguir derecho por el pasillo. La reconocerás rápidamente porque tiene las puertas más grandes del lugar, aunque irónicamente son las más livianas – divagó un poco y Harry quiso reírse de eso, pero aún no tenía la confianza suficiente con aquel chico como para hacerlo, así que apretó los labios para contenerse – aparte, hay un letrero que dice “cafetería” y creo que igual hay unas flechas, las cuales no tienen demasiado sentido ya que es un pasillo sin desviación alguna…
– Ya entendí – dijo divertido, interrumpiéndolo porque estaba seguro que el chico seguiría hablando.

Liam se sonrojó al darse cuenta de todos los comentarios innecesarios que había soltado mientras Harry y Zayn no pudieron evitar reír un poco.

– Entonces, ¿en la cafetería? – preguntó el rizado con una gran sonrisa que marcaba sus hoyuelos
.
Cuando el castaño asintió, Harry empezó a caminar hacia el interior de aquel lugar y, como Liam había mencionado, unas flechas le indicaron el camino a la cafetería donde se suponía que Louis se encontraba.

Por la mente del rizado no dejaba de rondar la idea de que tal vez los ricos no eran todos malos como él había concluido, el castaño hasta lo había hecho reír, cosa que era realmente difícil ya que normalmente se la pasaba enfrascado en sus malditos problemas diarios referentes al dinero.

Un hombre lo miró atentamente, él parecía un maestro más ya que iba de traje y usaba unos lentes que dejaban mucho que desear, pero no le hizo ninguna pregunta y eso lo hizo sentirse más seguro a la hora de empujar una de las enormes puertas de la cafetería.

A pesar de que no era un horario normal de clases, había bastantes chicos hablando de cosas sin sentido alguno, pero decidió que lo mejor era ignorarlos y continuar con la búsqueda de aquel chico de ojos azules.

En la fila de la comida miró a Niall que platicaba animadamente con otro chico que simplemente sonreía alegre. Era como si el rubio contagiara con su energía a su acompañante y Harry no dudó que el rubio fuera igual de amigable que Liam.

Paseó la mirada por el lugar nuevamente hasta que se topó con el chico de cabello revuelto. Su codo descansaba sobre la mesa que tenía enfrente mientras su cabeza se apoyaba en la palma de su mano con una expresión aburrida. Miraba en dirección a una chica que Harry reconoció al instante, casi diario veía su fotografía en el cajón de su casa.

Dudó un momento y los nervios empezaron a apoderarse de su cuerpo, pero cuando quiso darse la vuelta y escapar del lugar, una mano se posó en su hombro.

– Harry, amigo – dijo la voz alegre de Niall quien se encontraba ahora a su lado sosteniendo una bandeja repleta de comida con una sola mano con total facilidad como si hiciera aquello diario – qué sorpresa tenerte por aquí.
– Eh… sí – no supo que más decir.
– Acompáñame – pidió emocionado mientras empezaba a caminar incitando a Harry a seguirlo – creo que no te agradecimos como era debido…

No quería ser grosero con el chico rubio que hablaba sin parar, pero realmente no le estaba prestando ni siquiera un poco de atención a las palabras que salían de su boca desde el momento en el que se había dado cuenta del lugar hacia el que estaban caminando.

Su mente no solía bloquearse, pero cuando el de ojos azules volteó hacia su dirección y se dio cuenta de su presencia, todo tipo de escapatoria posible se borró de su mente mientras unos nervios incontrolables (peores que los que había sentido al principio) se apoderaban de él sin piedad alguna.

El rubio dejó la charola de comida en la mesa donde se encontraba Louis con aquella chica “Eleanor Calder” y señaló una silla a lado de la que él iba a ocupar, ofreciéndosela al rizado amablemente.

– Louis, mira a quien encontré casi en la puerta de la cafetería – oh… eso sí  que lo había escuchado – Lo invité a venir con nosotros – dijo Niall mientras se dejaba caer en su silla.

Los ojos azules de Louis lo analizaron de pies a cabeza y Harry simplemente no podía leer en ellos lo que pasaba por la mente de aquel castaño.

– Oh…  –  soltó la única chica con ellos  –  ¿Es amigo suyo?

El tono de la chica al hacer esa pregunta fue algo que realmente le desagradó al rizado, así que sin más, frunció el entrecejo y se topó con esos ojos analíticos.

Ella sostenía en la mano derecha ese mismo celular que había estado utilizando el día en que le había robado y se preguntó, ¿Qué hubiera sido de ella si en lugar de perder su dinero, hubiera perdido su móvil?

La pantalla del aparato se iluminó y ella en seguida desvió su atención hacia él dejándole claro a Harry que ella en verdad hubiera muerto.

– Sí, es un chico muy valiente – aseguró el rubio tomando una hamburguesa de su plato para darle el primer bocado – nos salvó de una grande – dijo con trabajo al intentar masticar y hablar al mismo tiempo.

La atención de Eleanor estaba en otro lugar al momento en el que el rubio había formulado su respuesta así que simplemente la dejó pasar.

– ¿Cómo entraste aquí? – preguntó Louis de repente.

Niall miró a su amigo castaño con el entrecejo fruncido en total desacuerdo por aquella pregunta o tal vez porque no esperaba que el chico recibiera al rizado de esa manera después de que prácticamente los había salvado.

– Yo… eh… fue fácil – se encogió de hombros.
– Mierda – soltó Niall sin parar de comer – insisto en que eres como un héroe… eres muy valiente hermano.
– Sólo seguí las flechas – le restó importancia.
– Malditas flechas sin sentido…
– Rayos… cierra la boca, Niall – le interrumpió Eleanor después de soltar un bufido desaprobatorio por su forma de comer.

El rubio puso los ojos en blanco de fastidio y de todas maneras no obedeció aquella petición, así que sin más, Eleanor tomó sus cosas con prisa y se alejó del lugar sin despedirse dejando entre ellos un silencio demasiado tenso.

– ¿A qué viniste?

Aquella pregunta que Louis había lanzado realmente no se la había esperado, no sabía cómo explicar de la manera correcta que le molestaba el hecho de que lo haya evitado dos semanas, que se sentía culpable por el mal trato que le había dado en las dos ocasiones en las que habían interactuado de una manera real.

– Yo… quiero hablar contigo. – aquello realmente le había costado trabajo, pero ahí estaba, ya las palabras habían abandonado sus labios.

Era claro que Niall se había dado cuenta de que las cosas entre ellos no eran las mejores, pero no había dicho nada al respecto, simplemente se había levantado de su asiento disculpándose porque de repente le habían entrado ganas de ir al baño, pero Harry descubrió que era una total mentira cuando el rubio tomó su bandeja antes de retirarse, es decir, nadie en su sano juicio se va a comer al baño.

– ¿De qué? – preguntó el de ojos azules ignorando el movimiento de su amigo.
– Samantha – empezó – ella me dijo que has ido estas dos semanas al refugio de mascotas.
– Me comprometí a hacerlo – se encogió de hombros. – Además ella necesita la ayuda.

Aquel chico de ojos azules no lo miraba como en aquellas dos ocasiones anteriores en las que habían logrado hablar y eso hacía que sus nervios aumentaran a pesar de que sabía que aquella no era la razón por la que se encontraba ahí, no había encontrado otra manera de comenzar una plática decente con aquel chico que él mismo había alejado.

– Cierto…
– ¿Y bien…?

Realmente lamentaba su falta de habilidad con las palabras en ese instante.

– Lo siento – dijo con dificultad.
– ¿Por qué? – Louis realmente lucía sorprendido.
– Por… por todo.

Louis se puso de pie rápidamente y después de dirigirle una mirada molesta, se retiró dejándolo solo en ese lugar en el que no encajaba…

R O Y A L S [Larry Stylinson] Wattys 2020 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora