Una semana estaba construida por más cosas de las que podía razonar. Principalmente el hecho de tener seguidamente a la hermana de Harry continuamente por su casa era demasiado nuevo para su persona, no estaba acostumbrado a la presencia de la chica, pero cuando ella le sonreía era como si el mismo Harry lo hiciera.
Era claro que el rizado no quería tener nada que ver con él desde el momento en el que había decidido que la mejor manera de tener diversión era drogándose y drogando a su pareja, pero lo peor de todo, había preferido quedar bien con sus amigos hablando de Harry como si fuera un juguete, todo para no perder aquella fama que lo caracterizaba… no quería parecer débil.
La vida estaba llena de ironías y se había dado cuenta de que con ese sentimiento que Harry le ocasionaba en el centro del pecho no se volvía débil, era la ausencia del rizado la que lo debilitaba día con día.
Si ponía las cartas sobre la mesa, se empezaba a desesperar, más porque cuando había ido a buscarlo al taller donde sabía que el de ojos verdes trabajaba, el hombre gordo que se hacía llamar “jefe” se había parado frente a él con los brazos cruzados sobre su pecho mientras se negaba a dejarle hablar con Harry.
Gemma por su parte, de tantas visitas a sus padres por el tratamiento que debía de llevar, se empezó a hacer muy cercana a ellos y al final le habían ofrecido un empleo siendo su secretaria, el cual ella aceptó sin dudarlo, pero cuando él se acercaba a preguntarle, ella simplemente sonreía débilmente y decía “está bien”.
Todo era desesperante para él y quería resolverlo lo más pronto posible, así que esa tarde, al salir de la escuela, vio a Zayn platicando animadamente con Liam como dos tontos enamorados, iguales a como él hablaba con Harry cuando todo era perfecto.
– Li…
Eso fue lo único que pudo pronunciar antes de sentirse derrumbado por un peso que había provocado un fuerte dolor en su espalda por la caída. Abrió los ojos y se topó con la mirada furiosa de Zayn quien en ese momento tenía presionando algo metálico ligeramente en su cuello… una maldita navaja.
– Puede ser que esté con Liam – aseguró, con una voz amenazadora que Louis jamás le había escuchado – pero Harry es mi amigo y si vuelves a intentar buscarlo, te cortaré en pedazos y te daré de comer a los perros de ese refugio al que mi amigo va.
– Zayn, por favor – escuchó la voz de Liam llamándolo y lo miró aparecer por las espaldas del chico que tenía encima para poner una mano en su hombro – déjalo.
Miró a Zayn pensárselo por unos segundos antes de quitarse de encima de él, dejándolo libre por fin sin ese objeto punzocortante en su cuello.
Liam tomó la mano de su novio y empezó a arrastrarlo para alejarlo del lugar, pero Louis sentía como si tuviera demasiadas cosas atoradas en la garganta.
– ¡Lo voy a recuperar, Zayn! – le gritó, logrando que el chico lo mirara por unos segundos – si no lo recupero te dejaré cortarme en pedazos y darme de comer a los perros – prometió.
A pesar de que no había tenido ninguna respuesta por parte de aquel chico, amigo de Harry, sabía que lo había escuchado y mierda, en verdad no pensaba darse por vencido.
Subió a su auto y condujo en dirección a su casa con Harry en su mente como cada uno de los días que habían pasado desde que se habían alejado. Al llegar, estacionó el auto en su lugar dentro del gran garaje y cuando iba a atravesar por la puerta principal de su casa, se topó con él.
Estaba ahí, frente a sus ojos, con una expresión que quería aparentar neutralidad, pero sabía que al igual que él, estaba completamente sorprendido de habérselo encontrado.
– Harry…
El rizado tardó en reaccionar, pero al hacerlo, simplemente asintió levemente antes de moverse a un lado para esquivarlo y seguir su camino.
– Espera – dijo, apresurándose para tomarlo del brazo – necesito hablar contigo.
Sintió el cuerpo del rizado tenso ante su tacto, pero estaba seguro de que no por esa razón lo iba a dejar ir. Frente a sus ojos tenía la oportunidad de volver a besarlo y no iba a desaprovecharla para nada.
– Tengo prisa – aseguró, el rizado, antes de soltarse de su agarre con un movimiento brusco.
Louis sabía que Harry estaba sintiendo algo, algo realmente parecido a lo que él mismo sentía, pero de nuevo tenía a ese Harry de hielo que no iba a dejar que hablara tan fácil.
– Serán unos segundos.
– Se nota que los ricos no tienen en qué perder su tiempo – dijo, en tono de burla.
– Yo quiero perderlo contigo – confesó pues estaba dispuesto a volverlo a tener para él a pesar de todas las cosas.
La risa de Harry se hizo presente de una forma cruel que casi lo había hecho dudar de su decisión de recuperarlo.
– ¿A cuántas ya les dijiste eso? ¿Es fácil conquistar niñas ricas? – lo volteó a ver levemente.
– Tú eres el único por el que he sentido esto – insistió – por favor, escúchame.
Notó como el cuerpo del rizado se tensaba y entendió las razones, pero es que a pesar de que Harry no quisiera, él estaba dispuesto a dar pelea por recuperarlo.
– ¿Es uno más de tus caprichos? – preguntó, con voz ahogada.
– Creí que con la droga sería más divertido, que te relajarías y empezarías a disfrutar por completo la fiesta – empezó a explicar sin recibir una mirada a cambio – los efectos de la droga me empujaron a hacer esas cosas – soltó desesperado – he estado acostumbrado a ser un idiota toda mi vida, Harry, por favor. Esto es demasiado nuevo para mí.
El cuerpo de Harry se fue relajando lentamente y Louis sabía que eso era una buena señal, no sabía exactamente qué significaba, pero definitivamente no era algo malo o lamentable. Al final de cuentas, él conocía a Harry sin esa mascara que insistía en ponerse ante el mundo para que no notaran quien era en realidad. Conocía a ese Harry dulce y protector que poseía una sonrisa de en sueño que lograba quitarle el aliento y de ninguna manera se rendiría. Era consciente de que personas como el rizado, no habían muchas en el mundo, es decir, las personas como él no corrían con la suerte de toparse con seres humanos como Harry en cada esquina.
– Al principio intenté ignorar nuestras diferencias – empezó el rizado – pero son demasiado grandes y… con esas actitudes me recuerdas que sólo eres un niño rico más con problemas de comportamiento.
Harry empezó a girarse hasta quedar mirándolo directamente a los ojos.
– ¿Por qué te cuesta tanto trabajo darte cuenta de lo afortunado que eres? – reclamó, con el entrecejo fruncido – Tus padres puede que estén ocupados la mayor parte del tiempo, pero son grandes personas, ¿Por qué les pagas drogándote en fiestas estúpidas? Tienes una gran casa, lujos, alimento, estudios… ¿Qué más quieres de la vida?
Se esperaba todo realmente, menos aquella respuesta. En realidad su plan consistía en que Harry corriera a sus brazos de un momento a otro por las palabras que tenía planeadas.
– Te quiero a ti, Harry.
Los ojos del rizado se abrieron con sorpresa y lo recorrieron atentamente por unos segundos.
– ¿Por qué soy algo que el dinero no puede comprar? – cuestionó - Perdí tiempo de mi vida estando con un maldito maleante que se dedicaba a hacerle la vida imposible a las personas que lo rodeaban, incluyéndome a mí en esa lista – continuó sin esperar respuesta de su parte – pero cuando intentó inducirme en ese mundo tan asqueroso, me di cuenta de que aquel no era el lugar al que pertenecía, que lo que sentía hacia él ya no era amor. Cuando el amor se transforma en miedo, todo pierde sentido pues el miedo va consumiendo el alma.
No entendía la razón por la que Harry le estaba diciendo aquellas palabras, sabía que tenían que ver con su pasado, pero no sabía la razón por la que en ese momento había decidido contarlo, aun así, decidió que lo mejor era callar y escuchar todo lo que Harry tenía que decir.
– Mis padres murieron cuando Gemma y yo éramos demasiado pequeños – explicó – ni siquiera puedo recordar sus voces ni sus rostros; todo se borró – cayó unos segundos – Desde muy pequeños, Gemma tuvo que ver la salida para mantenerme con vida sin que nos separaran mandándonos a malditas casas hogar; ella luchaba por mí cada día que pasaba y cuando crecí decidí que decepcionarla no era una opción, pero la necesidad me llevó a robar; era una manera demasiado fácil de conseguir dinero. Conocí el amor de una manera equivocada, pero eso me ayudó a conocer mis límites. Sabía de las adicciones y peligros que habían fuera y decidí nunca caer, a pesar de que estuviera perdidamente enamorado.
Harry se detuvo respirando profundamente, evitando llorar, lo notaba en su mirada tan brillante.
– Cuando te conocí te odié por no valorar lo que tenías, pero después me demostraste que eras una gran persona al asistir a cuidar a los animales y no darte por vencido a pesar de mi pésima actitud – bajó la mirada – me cuesta tanto confiar… pero confié en ti y me decepcionaste. En esa fiesta me mostraste que eres el maldito que me imaginé que eras desde el principio.
Por una razón u otra, las palabras que Harry había soltado, le habían dolido en el fondo del corazón. No quería que el rizado pensara aquello de él, por supuesto que no y el saber que por un momento Harry había considerado que era una buena persona para después descartar la idea, le dejaba un enorme hueco en el estómago.
– Tu eres un ángel – soltó, de repente – a pesar de todo, Harry.
Los ojos verdes no pudieron aguantar más y dejaron que un par de lágrimas se les escaparan, las cuales él se apresuró a limpiar.
– Eres un ser humano maravilloso – continuó – a pesar de todo lo que hayas hecho mal, no hay ni un solo gramo de maldad en ti y eres una lección de vida para mí. Hay que estar completamente ciego para no valorarte y cuidarte como si fueras lo más valioso.
Dio un paso hacia adelante, sabiendo que el rizado no lo alejaría y cuando terminó de acercarse, lo abrazó fuertemente para empezar a sentir las lágrimas de Harry mojando su hombro.
– Quiero cambiar… ayúdame a hacerlo – suplicó, apretándolo con más fuerza – déjame demostrarte que puedo lograrlo.
Sintió que por primera vez en su vida hablaba con el corazón en la mano pues era ese chico que se encontraba entre sus brazos el único al que no podía mentirle.
Al darse cuenta de que Harry movía sus brazos para rodearlo de igual manera, correspondiendo el abrazo sintió como el alma le volvía al cuerpo, logrando que se diera cuenta de que todo ese tiempo sin Harry había estado ausente. Su corazón latió con fuerza y quiso llorar cuando sintió al rizado asintiendo antes de esconder el rostro en el hueco de su cuello.
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R O Y A L S [Larry Stylinson] Wattys 2020
Genç Kurgu- No les importamos Zayn - susurró el rizado - somos escoria. Historia participante en los Wattys 2020. Editada por @Always_you_LS28. #316 in Fanfic 22/Feb/2015. Gracias. #270 in Fanfic 23/Feb/2015. Gracias. #230 in Fanfic 24/Feb/2015. Gracias.