Capítulo 4. La Bienvenida

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Aquella tarde parecía que iba a ser en serio una larga tarde y, con Doctor Strange en la sala de estar, Loki seguía prefiriendo estar del lado de los ventanales.

─Mi nombre es Doctor Stephen Strange, soy Maestro de las Artes Místicas ─dijo presentándose con divina formalidad, ignorando por completo la intromisión a un lugar donde, supuestamente, no había sido invitado.

En eso, Natasha se puso de pie para darle una bienvenida más grata al ponerse de su lado.

─Me alegra que vinieras, Stephen ─saludó la pelirroja, dándole una cariñosa sonrisa para después estrechar sus manos y continuar con un cálido abrazo.

─Lamento no haber asistido a tu boda, estuve muy ocupado ─comentó con honestidad, en un bajo volumen de voz para no ser oídos por los demás.

Sin embargo, los demás estaban demasiado atentos. ¿Cómo que ya se conocían? ¡Claro, es una agente espía! De haberlo sabido antes.

─¿Ella le habló por su nombre y no por su apellido? ─musitó Tony hacia Steve, quien de inmediato se acercó a quien planteó la pregunta para responderle de la misma manera.

─No es algo que me incumba pero me parece que sí ─respondió, y Tony llevó su mano a la boca con tal dramático asombro mientras que Steve se dedicaba a observar.

Loki rodó sus ojos por tremenda deducción tonta, mientras que Bruce le miraba con una mezcla de confusión y emoción por haberlo salvado, así también, Thor se asombraba por las reacciones de sus amigos mortales.

El balbuceo entre Strange y Romanoff terminó cuando por fin estaban en el centro de la sala de estar, junto con los demás.

─Cuando Bruce me contó de sus pesadillas supuse que podría ser algo paranormal y, como no puedo ayudar con esa clase de cosas, decidí pedir la ayuda de alguien que sí sabe del tema ─decía la Agente Romanoff, entre que tomaba cercanía hacia su marido para abrazarlo y dirigirse a él de manera enternecedora que avergonzaba a Banner, erizando su piel y revolviendo su estómago como un niño infante enamorado.

─Oh, mi amor. No tuviste que hacerlo ─respondió Bruce, correspondiendo el abrazo.

─Por supuesto que sí, Brucie ─Nat seguía viéndolo; a este punto la pareja se olvidó por completo de que estaban haciendo una escena muy romántica con un aire dramático en frente de todos.

Misma escena que disfrutaban ver tanto el hechicero como el súpersoldado, a Tony le incomodaba por ciertos aspectos de su vida amorosa y Thor y Loki cruzaron sus miradas de manera silenciosa, recordándose que meramente por el afecto estaban allí: Loki estaba en sus aposentos tras su pesadilla, cuando de pronto al despertar, se topó con un Thor al lado de su cama con tal preocupación por su hermano de crianza. Después, Laufeyson le contó todo al dios del trueno, y este mismo dios no dudó en salir para investigar y derrocar al enemigo, cosa que para Loki era muy odioso y hastiado, no porque golpeara su orgullo sino porque no quería que Thor sufriera.

─A ver, hechicero ─habló Tony Stark, dirigiéndose al recién llegado─. ¿Dijiste que tú fuiste el resplandor o algo así? ─cuestionó, haciendo que los restantes en la sala regresaran a la realidad.

─Sí, el resplandor fue mi manera de entrar en la mente de Bruce Banner pero a ti no te miré allí dentro ─respondió Doctor Strange, ignorando la poca amabilidad del científico en robótica.

─Y, ¿y cómo fue que viste que estaba sufriendo? ¿Cómo lograste llegar ahí? ─dudó Banner de inmediato, las preguntas estaban siendo tan bien planteadas que los demás en aquella gran sala solo se disponían a escuchar.

PESADILLA | IRONSTRANGE, MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora