Capítulo 9. Se trata de Rogers

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 —¡Viernes! —exclamó el científico en robótica al día siguiente, viendo a su Holo-I.A siendo un gran éxito.

Cubrió su boca con ambas manos, dejando que la puerta cerrara tras su espalda.

Buen día, jefe —saludó amigable el holograma de Viernes, tan precioso y femenino como su sola voz computarizada indicaba—. ¿Pasó una buena tarde? Noté su ausencia aún prometiendo llegar para ver el proceso del proyecto —mencionó enseguida, colocando sus manos hacia al frente mientras que Tony le miraba de pies a cabeza con tanto asombro y a su vez con tanto orgullo.

—Fue una excelente tarde, Viernes. Gracias por preguntar —Stark dirigió su mirada a los ojos del femenino holograma—. Y tú acabas de finalizar la excelente tarde de ayer —dijo encogiéndose de hombros, mordiéndose el labio inferior.

Me da gusto saber eso, señor —respondió Viernes. Pronto Tony prosiguió su camino hacia la computadora principal de su taller, la Holo-I.A le seguía los pasos—. Sin embargo, debido a esta actualización sistemática, me gustaría saber cuáles son los próximos planes —decía con la intención de ser organizada, cosa que Tony entendía por completo—. En pocas palabras, ¿cuál es el siguiente paso?

Stark encendió el computador y, mientras la pantalla mostraba el escritorio del sistema, el científico en robótica liberó la seriedad que, desde la cita con el hechicero, había dejado atrás.

—Una empresa —dijo dándole la espalda a la mujer holográfica, misma que dejó su mirada sobre él incluso cuando este volteó a verla—. ¿Qué te parece, eh? Te tengo ahora, podríamos manejarla juntos.

No me había contado esta parte del plan, Jefe. ¿Es una idea reciente?

—Um, bueno —se cruzó de brazos a su vez el entrecejo se le vio fruncido.

Su mente divagó un poco al recordar la noche anterior cuando le dijo a Strange que ya son adultos y que debían vivir el momento. Lo sintió como una promesa.

No soy nadie para juzgarlo, señor —comentó Viernes con una sonrisa de tal amabilidad que sorprendió a Tony, ¿él dio los protocolos para que sonriera? ¡Ni siquiera lo recordaba!—. Usted dígame cuál será la misión y visión de este nuevo proyecto, el nombre también será necesario.

No tengo el nombre todavía —murmuró para sí mismo, mordiéndose el labio inferior—...pero yo te aviso, V —añadió, encaminándose hacia la salida. De pronto había sentido un rugir en su estómago.

De acuerdo, Tony —respondió la Inteligencia Artificial.

Estremeció los sentidos del aludido, recordando con brevedad los días en que su asistente era la señorita Pepper Potts. Sin embargo, la brevedad de su pensamiento fue todavía menor cuando al salir de su taller se topó con el susodicho de la noche anterior en el pasillo.

—Buenos días —saludó el castaño en un suspiro, recibió la fija mirada del hechicero.

—Buen día, ¿cómo dormiste? —devolvió el saludo matutino, detuvieron su caminar para verse mutuamente a los ojos.

Y en aquel ataque de miradas, Tony sintió cómo sus piernas empezaban a temblar como gelatina. Vaya, ahora se sentía intimidado por esos bellos ojos bicolores. Indudablemente culpó a Strange y su habilidad con la hechicería que lo trasladó a un precioso lugar.

—Mejor que nunca —respondió Stark finalmente, agachó la vista y continuó su camino hacia la cocina. Stephen seguía sus pasos—. Ese lugar al que me llevaste es realmente hermoso y no sabía que había algo más hermoso que yo.

PESADILLA | IRONSTRANGE, MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora