Capítulo 21. Relaciones que terminan, otras que comienzan

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De vuelta en el hospital... En la sala de Emergencias se situaban los dos Agentes de SHIELD que formaban parte del equipo Vengador. Así también como el Capitán América y la pareja del hombre en "coma".

—No quiero ser una molestia, pero de verdad me cuesta entender todos estos temas tan... —se encogió de hombros el hombre de familia, Clint.

—No te preocupes, muchas veces es mejor ni siquiera meterse con ellos —apoyó Nat, dándole una palmada en la espalda a forma de compañerismo—. Sin ofender, Step.

—Las Artes Místicas no son para todos —mencionó asintiendo con su cabeza, aprobando las palabras de su querida amiga pelirroja—. Por lo tanto, he llamado a Wong para que cuide de Tony y ustedes puedan irse a descansar.

—¿Y qué harás tú? —cuestionó Rogers, de brazos cruzados. Totalmente desencantado por la situación actual. Dos muertes en menos de seis meses iba a dar resultados fatales— Al menos, yo no puedo quedarme sin hacer nada.

—Comprendo su sentir, Capitán —Strange estaba adolorido, en demasía; pero tampoco podía mostrarse de tal manera frente a los demás si él era el único que podía arreglar las cosas—. Tony también es especial para mí. Y créame cuando le digo que lo más prudente que puede hacer es quedarse en casa descansando.

Rogers asintió, colocándose ligeramente cabizbajo. Estuvo conforme con aquellas palabras.

—Y respondiendo a su pregunta —suspiró, echándole una mirada breve a los tres restantes miembros de los Vengadores—: Trataré de sacar a Tony del sueño profundo en el que se encuentra.

Doctor Strange no podía encontrar mejores palabras que esas, trataré sonaba inseguro, pero tampoco debía proclamar victoria si no había indicios de una. Solamente, muy en sus adentros, exaltaba el nombre de los Vishanti para que las cosas dieran un resultado espléndido.

Por último, Clint se desapareció por un rato mientras esperaban la llegada del sirviente del Hechicero Supremo. Cuando Wong llegó, Romanoff fue la primera en divisarlo y por eso mismo se colocaron de pie para recibirlo.

—Es un gusto conocerlos —saludó, siendo correspondido con palabras similares y sonrisas amistosas—. Ya pueden ir a sus casas a descansar, han hecho demasiado. Creo que es turno de los hechiceros.

—Agradecemos lo que hacen por nosotros —comentó Steve, quien luego comenzó camino hacia la salida topándose con Clint.

Wong también adelantó sus pasos hacia la recepción de la sala, y Stephen iba a seguirle hasta que Natasha le detuvo tomándole del antebrazo.

—Sé cuán importante es esto para ti, Step —dijo la pelirroja, percatándose de los brillosos ojos bicolores del hechicero. Ante ella, nadie era capaz de mentir—. Confío en ti, en tus métodos, y en que si ves a Tony en esa dimensión...probablemente planearán la boda antes de llegar aquí.

Strange sonrió cabizbajo, enternecido por la idea de tan solo imaginarla.

—Si ese es el resultado, lo haré con devoción.

Más risas entre dientes se escucharon entre ambos; Natasha deseaba que su amigo hechicero no pasara por lo que ella estaba pasando, no se lo deseaba ni a su peor enemigo.

—Cuídate, Stephen —pidió entre susurros, optándose por darle un apapacho que la orilló a esconder su rostro en el pecho del más alto.

Él también la abrazo, dejándose proteger por esas sutiles palabras llenas de ternura que le recordaban que la amistad con la pelirroja era aún más apreciada.

—Tú también, Nat —murmuró, y con ello despegaron sus cuerpos marcando distancia.

Se regalaron una sonrisa y con ello cada uno se fue a su lugar correspondido. Wong ya no estaba en recepción, por lo tanto, le tocó suponer a Strange que se encontraba al menos en los pasillos buscando el cuarto de Stark.

PESADILLA | IRONSTRANGE, MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora