Capítulo 20. Entre líneas

312 46 19
                                    

Olía extraño, el ambiente se sentía tenso combinado con el frío del lugar pero el sol seguía siendo tan caliente como de costumbre...pero no lo suficiente para hacer que Clint y Steve dejaran de observar.

—No puedo explicarme cómo esto pudo pasar —comentó Barton al lado del rubio, ambos caballeros estaban de pie frente a Tony Stark con una ventana dividiéndolos.

Rogers pudo escucharlo, mas no era su voluntad dar respuesta a ello. Estaba dolido, probablemente más que eso. El ahora paciente Stark, en la camilla, con cables y máquinas conectadas a su cuerpo, le entristecían en demasía. Justo cuando comenzaban a mejorar las cosas, pensaba con frecuencia el supersoldado.

—Yo puedo explicártelo —dijo una reconocida voz, la de la Agente Romanoff acercándose al punto de encuentro junto a sus otros dos compañeros.

Clint y Steve dirigieron su mirada hacia ella de forma inmediata, percatándose que llevaba un par de moretones en el rostro y tal vez otros más bajo la chaqueta que vestía. Natasha lucía cansada aunque también bastante sana.

—¿Estás bien? —preguntó Clint con suma preocupación.

—Lo suficiente —respondió ella con los brazos cruzados y frente al ventanal. Echó un suspiro al ver al científico en robótica en deplorables condiciones.

Fue un cambio bastante repentino. Primero fue alegre, después nostálgico y, finalmente, preocupante y problemático. Si tan solo Viernes hubiera avisado un par de minutos antes las cosas hubieran sido distintas ahora.

—¿Qué fue lo que pasó, Romanoff? —Steve se colocó a su lado con la espalda recta, dispuesto a recibir más palabras y noticias hirientes.

La interrogada humedeció sus labios preparándose para hablar de lo sucedido, ni siquiera quería recordarlo.

—Estábamos charlando en la cocina, sobre la fiesta, sobre nosotros...sobre Bruce —mencionó con dificultad, provocando que los otros dos se colocaran cabizbajos—. Nos quedamos en silencio por breves segundos y Viernes entró a la cocina, advirtiéndonos sobre un aterrizaje de algo o alguien con la intención de hacer daño a la Torre —Natasha mantenía sus cristalinos ojos hacia el frente, miraba a Tony y volvía a vivir aquel fatídico momento—...y entonces pasó.

—El doctor nos dijo que se mantendrá dormido al menos los próximos seis días —comentó Barton, mirando de reojo al multimillonario. No era divertido cuando a las personas le pasaban cosas malas.

La pelirroja ya había oído de esos seis días, pero también ha escuchado sobre que esos seis días pueden volverse semanas, meses o años. Tal vez, para siempre.

—Tony puede despertar en menos de seis días —dijo Steve, frunciendo el ceño poco a poco. No quería fantasear pero tampoco quería desacreditar al encamado—. Él es fuerte.

—Por eso —Romanoff secó las pequeñas lágrimas que derramó— no me preocupo demasiado. Tony puede levantarse en cualquier momento solo para comerse un par de donas —comentó positiva, haciendo que Rogers dibujara una sonrisa en sus labios—... Lo que realmente me preocupa es el cómo vamos a decirle a Stephen.

—Es un mago —Barton dijo—, es obvio que ya sabe. Hasta SHIELD sabe.

—Yo notifiqué a SHIELD —asintió Nat.

—¿Y quién notificará a Doctor Strange? —cuestionó Steve, mirando a ambos compañeros como si aquello fuera más una orden a voluntad que un simple favor.

—No hay necesidad, Capitán.

Los tres Vengadores voltearon enseguida al dueño de aquella reconocida voz. Barton tenía razón; las vestiduras civiles del hechicero les hizo extrañarse, estaban más acostumbrados a verlo con su habitual "uniforme".

PESADILLA | IRONSTRANGE, MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora