¿Cómo pude ser tan tonto?
Ellas dos tenían parecidos físicamente, pude haberme dado cuenta... aunque hubiera sido difícil porque en realidad, de maneras de ser y de sentir, modales y actitudes, eran polos opuestos.
<<La noche antes de que hablara con Abigail, recibí una llamada desconocida pidiéndome verme en un café.
Asistí pensando que sería de trabajo, pero entonces la vi. Allí estaba Carolina, sentada con una copa de vino en mano. Pensaba dar media vuelta e irme, pero entonces me vio y me invitó a sentar:
-Corazón, hace tanto sin vernos-me sonrió con mirada lasciva.
-Me llamo Armando- corregí. Digo, por si no se acordaba.
-¿Todavía no me perdonas? Te he extrañado- hizo pucheros pero al instante su sonrisa maliciosa escapó de sus labios rojos. Como un diablo sin querer ser domado.
Antes eso me hubiera excitado.
-¿Para qué me citaste?
Puso los ojos en blanco.
-Me enteré que mi prima se vino para acá- se acercó a mí y en susurros me "advirtió":- No quiero que te haga daño, ella se te puede meter sin más y hacerte mucho daño, cariño, no quiero que te pase nada.
-No sé de qué me estás hablando, no tiene sentido. No hay ninguna chica con parecido al tuyo, ya lo habría notado- continué con decisión:- Nadie me hace daño, ni siquiera tú lo has hecho.
Y era verdad.
Aquí el que lo hizo fue mi hermano.
-Pues estás equivocado, porque está trabajando en NUESTRA empresa.
-Estás loca, cariño- me acerqué a ella, pegando ligeramente mis labios contra su oreja, y murmuré:- Y un tanto necesitada.
Me alejé dispuesto a abandonarla cuando pronunció el nombre de Abigail.
-¿Abigail?-repetí.
¿De ella es de quien hemos estado hablando?
-Entonces sí la conoces-sonrió satisfecha-. Ten cuidado, ella no es buena.
Sabe que no le creo y se explica mejor:
-Ella roba. Haría cualquier cosa por ganar dinero sin hacer nada porque no tiene ni en qué caerse muerta.
Comencé a reír, negando con la cabeza sin poder creer en lo bajo que ha caído.
Se remueve en su asiento y con brillo en los ojos prosigue:
-Por lo que veo ahorita su plan va de maravilla. Estás enamorado de ella y harías cualquier cosa por agradarle, ella se irá cuando lo obtenga todo y en ti no quedará más que un corazón roto.
Abandó el lugar después de eso.>>
Abigail no era así, era una tontería. Ella no sería capaz de herir a nadie. De herirme.
Sin embargo, dudé un poco.
Quería hacerle muchas preguntas, pero no me sentía bien de hacérselas. Era como demostrarle que yo no confiaba en ella. Se daría cuenta de que Carolina y yo llegamos a ser algo, si no es que ya lo sabía.
Además, yo ya no confiaba en Carolina.
Ella sí me había mentido. Ella había obtenido la mitad de mi dinero y luego se metió con mi hermano. Sigue metida.