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¿Algunas vez has visto las llamas caer del cielo? Cerca. Tan cerca que te sofocas, y el brillo naranja traspasa tus párpados. Cierras tus ojos, pero es imposible escapar. El infierno se está levantando... y el cielo cayendo.

:::***:::

Hace mucho tiempo, los más ancianos -los más sabios- habían predicho que el castigo caería sobre todos. Que el ser humano estaba hecho a base de pecados, que nadie quedaría exento. Ni los más jóvenes. Ni los más viejos.

Todos serían juzgados. 

Pero por supuesto, eran pocos los que creían.

Era por el contexto en que atravesaba la humanidad. La época en que el más fuerte sobrevivía. Reinos que se aliaban para fomentar la guerra. Ganar territorios y expandir lo más que pudieran.

El más rápido era proveedor de mejor recursos.

En un mundo donde la avaricia del hombre llevaba las riendas. La clase alta mejor posicionada recibía de los lujos que ofrecía un Reino. La brecha de clase marcaba mucho el estilo de vida.

Hasta que la primera caída del cielo llegó.

Seres de luz, dotados de una fuerza inimaginable pisaron la tierra. Y el ser humano, por primera vez, se sintió amenazado. Prepararon las mejores tropas. Guerreros de cada Reino aliado marcharon a una lucha innecesaria...

Dicen que la lucha se extendió por años. Un enemigo en común hizo que el hombre estrecharan sus manos como hermanos. Los reinos se habían unificado y resguardados en la lejanía del sur. Lugar donde los seres de luz no lograban sobrevivir. Hasta entonces, el ser humano ignoraba la causa. Pero aún así, aún teniendo territorios con ventajas, el contrincante lograba manipular los elementos de la naturaleza, y el ser humano se vio obligado a retroceder.

Cuando la causa estaba perdida. Fue la alianza final que dio paso a una tregua. Fue una doncella de ese tiempo que se ofreció a entablar un diálogo pacífico. Por primera vez desde el conflicto. Alguien quiso buscar la paz por medio del dialogo...

Nadie se opuso a que la dama marchara sola.

La muchacha estaba dotada de una pureza tal, que al caminar por el campo de batalla, a paso firme hacia el enemigo, es como si la paz reinara sobre ella.

De atuendo blanco y cabellos dorados, la doncella tuvo cuidado de no pisar a ningún soldado muerto mientras avanzaba descalza. Los seres de luz se habían mantenido atento a la presencia de la mujer. Cuando ella pisaba el ensangrentado terreno, es como si la noche se hiciera día. El sol -oculto en la nubes- salió, iluminándola radiante.

Fue su suave sonrisa y mirada amable lo que hizo que lo seres de luz bajaran sus armas.

Nadie sabe qué fue lo que ella propuso. Nadie sabe cómo ella fue capaz de comunicarse con ellos. Pero los pocos soldados moribundos del lugar afirman haber visto que las extrañas entidades-después de tanto tiempo en guerra- al fin mostraban su apariencia.

Algunos dicen que los seres de luz adoptaron la apariencia de la doncella. Humanos, de belleza sobrehumana, y una extraña luz en sus espaldas que parecían alas...

Fue la primera vez que veían algo similar. Tan hermoso y temerario. Y la doncella desapareció junto a ellos.

La ligera paz y desaparición del enemigo hizo una pausa en la guerra. El Reino se estaba preparando y reuniendo recursos, porque no sabían si la tregua había funcionado. No tenían noticia de la doncella, y los seres de luz habían desaparecido.

Hasta que un día, en pleno centro del Reino, volvieron.

El Rey de ese entonces logró comprender el dialogo de las entidades. Y comprendieron la tregua que se había forjado.

Convivir ambos en el mismo mundo.

Por supuesto, fue una reunión extenuante de varios días donde los líderes trataban de llegar al mejor consenso posible, por el bien de ambas razas.

El ser humano proveería de sus riquezas y recursos, y los seres de luz enseñarían y protegerían. Porque ellos, no eran la única raza que deseaban la tierra. Habían entidades oscuras y temibles que deseaban de igual forma la fuerza vital de ese mundo. Solo que aún no se habían manifestados.

Fue así como todos comenzaron a llamarlos Ángeles. Seres que dotaron al ser humano del conocimiento de la magia. Hechicería tanto para destruir, como para sanar ...(...)

Esas eran las historias que su madre cada noche le contaba antes de dormir. El origen del don de los magos. Fuerza vital que la enriquecía a ella como una de las más excelentes magas del Reino.

Y como una más que abandonaban esta tierra para nunca más volver...

Su querida madre, al igual que cientos de magos, estaba siendo enterrada en un cofre de madera mientras el sacerdote del Reino recitaba la oración de paz y descanso eterno.

El pequeño mantuvo siempre su cabeza agachada, tratando de permanecer tranquilo a las voces ajenas, e ignorando el agarre firme de su tío sobre su mano. Llovía, pero su rostro se sentía caliente por las pequeñas lágrimas que derramaba en silencio.

Sólo era un niño, así que no lograba comprender, por qué su madre había fallecido.


:::***:::

Empecemos con una nueva historia!

Es corta, lo sé. Es más que nada una introducción~ También, el hecho que haya vuelto no dice que estaré muy activa~ perdón nuevamente~ Sigo estando ocupada, pero al menos ahora si tengo algo de tiempo para escribir. No como antes que apenas respiraba(?)

De cualquier manera, espero tener cap lo más seguido que me sea posible~

También si no entendieron ni pepa del cap(?) Es un AU fantasía. Creo que es todo lo que pueden saber xP (hace tiempo quería escribir algo así)

En fin! Nos vemos en el siguiente!

Bye bye~ 

Heaven LandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora