CAPÍTULO XXI "Wonderland"

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De un momento a otro todo se había vuelto un caos en la casa. Tan pronto Lawless había llegado con la partera -una señora de bastante edad- ésta llego gritando y dando órdenes a diestra y siniestra. Como Mahiru y lo demás eran solo invitados, al querer ayudar en lo más posible, chocaban unos con otros al correr de un lado a otro. Totalmente perdidos en la casa.

Bueno, los que más ayudaban eran naturalmente, Mahiru y Tetsu. Licht trataba de ayudar, pero los gemidos adoloridos de Halia lo terminaban desconcentrando. Lawless había salido a buscar leña desde que llegó, y desde entonces no había aparecido. Kuro simplemente iba de un lado a otro, arrastrando sus pies, siguiendo los pasos de Mahiru. Y ayudando en nada.

— Tu.—La partera señaló a Mahiru desde el cuarto de Halia.— Entra. Y tú también.— Y luego señaló a Kuro. 

El pecho de Mahiru se agitó confundido. Él no sabía nada de partos, así que no sabía para qué lo necesitaban. Cuando entraron, el aroma a hierbas e incienso era fuerte. La anciana posicionó al marido en un costado y a Kuro en otro. Halia había tomado las manos de ambos como apoyo. Y Kuro hizo una mueca. Aquella mujer tenía fuerza.

— Pon tu mano en su vientre. Le calmará el dolor.— Mahiru hizo lo que la anciana le dijo. El vientre abultado, aun sobre la tela, era sorprendente sentir el movimiento debajo de ésta. Mahiru no solo lograba sentir al futuro bebé, sino que también la propia energía de éste. Era pequeño y sutil. Era extraño sentir una vibra de energía distinta al de la madre.

El trabajo de parto había comenzado y Kuro no podía sentirse más extraño. La anciana le hablaba a la mujer, y Mahiru ayudaba en lo que podía sin quitar una de sus manos del vientre de Halia. En todo ese momento, el demonio había notado que parte de la energía de Mahiru, estaba siendo consumida. Seguramente, sin que éste se diera cuenta. Pues después de unos minutos, la faceta de Mahiru comenzó a tornarse cansada. Como agitado.

Kuro mantuvo siempre la mirada en él. Siendo ajeno a lo alaridos de la mujer y la tensión del cuarto.

Licht y Tetsu se habían mantenido fuera del cuarto esperando. Ni siquiera se dieron cuenta que ya había amanecido cuando escuchan un último gemido adolorido de la mujer, y luego el grito de un bebé. Después de aquello, el silencio de la casa solo era opacado por el llanto del recién nacido.

A Licht no le apetecía levantarse del sillón en donde habían permanecido, de todas maneras no conocía aquella familia. Pero se sorprendió cuando Kuro y Mahiru salieron del cuarto con caras cansadas. Especialmente Shirota, la faceta en su rostro daba ánimo que en cualquier momento caería al suelo.

Mahiru entró al cuarto en donde habían dormido, y se tiró a la cama. Kuro entró con el pero simplemente lo observó desde la puerta sin decir nada. Sabía que el demonio quería preguntar algo, aunque no se atrevía a hacerlo.

— No pensé que el bebé robaría parte de mi magia. — Mahiru susurró, indicándole a Kuro que se acercara. Éste lo hizo después de cerrar la puerta.

— Es una criatura que solo comerá lo que tiene a su alrededor. —Kuro se sentó en el borde de la cama. — Mahiru, ¿tú no eres consciente de que la gente puede consumir tu energía?

Mahiru se mantuvo callado, aun recostado sobre la cama. La mano de Kuro estaba cerca, y la tocó con suavidad. Intentó entrelazar sus dedos de manera vaga; pensando. No es como si supiera controlar su energía. Sabía que cuando un semi-humano estaba con su pareja, éste podía desprender buena vibra, o magia, y las personas a su alrededor tenían mejor ánimo.

Él por si mismo se siente feliz. Es agradable estar junto a Kuro. Pero no sabe con exactitud cómo se sienten los demás a su alrededor. ¿Lawless y Licht son capaces de sentir su felicidad? Nunca ha experimentado eso de otro semi-humano, así que era difícil para él darse cuenta el cómo se siente su energía.

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