Heaven Land

CAPÍTULO IV "Bienvenido al mundo humano"

Mahiru tomó con cuidado la taza de sopa. Hacía tanto frío afuera que algo caliente le vendría bien a su estómago. Dio un sorbo al caldo y sonrió satisfecho. El muchacho que los había acogido fue amable y les dio de comer. No habían cruzado muchas palabras, salvo el decir que necesitaban pasar la noche y descansar. Inmediatamente el chico hizo fuego y comenzó a preparar una pequeña comida -claro, después de explicar el mal entendido de Kuro sobre Mahiru-.

— La sopa está deliciosa. Gracias, Hanae-san. — Al menos sabían el nombre del chico. Y aunque éste les sonrió igualmente, Kuro hizo una mala mueca al probar la sopa. Quizás para el demonio estaba un poco insípido.

— Es raro encontrar personas por estos lares. ¿Están perdidos?

— Algo así...— Mahiru le dio un sutil codazo a Kuro cuando el demonio intentó quitar algunas verduras de la sopa. — Es difícil explicar, pero me gustaría saber en qué lugar estamos.

El muchacho los miró como dubitativo. Quizás encontraba extraño que no supieran en dónde estaban, pero así era la historia. No tenían idea de en dónde estaban parados, y explicarle a un extraño que acababan de llegar de un extraño mundo podría espantarlo.

— Estamos en Acaya.

Mahiru casi suelta el cuenco de sopa por el nombre familiar. Kuro a su lado mantuvo una mirada discreta en su persona.

— ¿Acaya? — Mahiru susurró. Aquello no tendría sentido. Estaban literalmente al otro lado del continente de su reino. ¿Habían cruzado incluso el mar?. Esa información lo había dejado aturdido. Bastante, pero Mahiru trató de sorber su sopa y pensar.¿Porque estaba el paisaje nevado? Si cuando desapareció estaban cruzando el verano.

Si bien, Acaya como continente, estaba cruzando el mar. Las estaciones de su propio reino y Acaya era relativamente similares. No tenían una gran diferencia horaria. Solo estaban a un par de días en barco. ¿Entonces, porqué nevaba?, ¿Cuánto tiempo pasó realmente...? 

— ¿Sucede algo?

— ¿Por qué estamos en invierno?— Mahiru preguntó directamente. Era mejor sacarse la duda.

— ¿De qué hablas?— Hanae ladeo el rostro confundido. — Es obvio que después del otoño, venga el invierno.

El muchacho sonrió sin tomarle real atención a sus palabras. Mahiru comprendió que Hanae no entendía su duda. Y aunque miró a Kuro por una ayuda, el demonio sorbía su sopa desinteresado. Comenzaba a sospechar que el mundo donde estaba Kuro encerrado, transcurría a un tiempo diferente al suyo.

Si así estaba el asunto, entonces su tío debe estar más que preocupado. Necesitaba contactar lo antes posible, y regresar a la seguridad de su pueblo.

— No tenía previsto una visita, no tengo mucho que ofrecerles para dormir.

Mahiru se masajeó el puente de su nariz . Tenía que poner sus pensamientos en orden. Aun debía de ocultar a Kuro de la vista de guardianes reales. Sabía muy bien que exponer al demonio sería un castigo severo para ambos. Visitar aldeas y conseguir caminos confiables parecía lo más seguro por el momento. No podrían adentrarse a una ciudad y correr peligro.

— Hanae-san, dijiste que tu aldea era pequeña. No quiero abusar de tu amabilidad, pero cuando lleguemos, ¿Podrías mostrarme algún mapa de los alrededores?

El muchacho asintió. Luego de guardar los cuencos y acomodarse en el suelo, dejaron que la pequeña fogata se apagara con cautela. La choza era tan pequeña que el calor de las llamas se mantuvo por varias horas. Los acompañó hasta que tanto Kuro como Hanae se durmieron.

Aunque el demonio prefirió acomodarse en una esquina y dormir cruzado de piernas. Parecía estar más en vigilancia que descansar. Mahiru se preguntó si el demonio se había acostumbrado de dormir en esa postura por su encierro.