CAPÍTULO XXVI "Padre e hijo"

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Mahiru salió corriendo de la casa. Después de constatar que Kuro no estaba, y Lawless estaba profundamente dormido, Shirota siguió su instinto de correr y perseguir la sombra de Tetsu. Algo en su interior le decía que debía alcanzarlo. De alguna manera debía tener al semi-humano cerca. ¿Se estaría volviendo paranoico? No sabía, solo de pronto sentía que todos sus amigos debían permanecer juntos.

Una parte de él tiraba por perseguir a Tetsu, y otra por ir a buscar a Kuro. Pero su lado racional le dictaba que fuera por quien aun mantenía relativamente cerca.

Corría tratando de alcanzar la sombra del niño, chocando de vez en cuando con los pueblerinos. Tan distraídos estaban en la celebración que a nadie le importaba ver a un semi-humano corriendo por las calles. Mahiru había olvidado su manta blanca en la casa, ya era tarde para devolverse y buscarla. Además, no es como si alguien prestara mucha atención en su persona. Habían otros semi-humanos en las calles, aunque pocos. No era algo ajeno.

Mahiru llegó a un cruce de calles. Mucho mas adelante el pequeño Tetsu parecía buscar algo, o alguien. Mahiru se detuvo a una distancia prudente, debatiéndose si debía alcanzarlo, o ver qué estaba planeando...

Tetsu volvió a correr, y nuevamente Mahiru sintió la necesidad de correr tras de él. A medida que se alejaban de la fiesta en la zona central del reino, las voces y la música se iban disipando, dejando las calles desoladas y en silencio. Aun así sus pasos no alertaron a Tetsu. El chico parecía frenético en seguir corriendo. Hasta que eventualmente salió de los límites del reino, llegando al prado de flores que habían visitado esta tarde.

Mahiru se detuvo tomando aliento y ocultándose en una pila de barriles de madera. Si seguía a Tetsu a campo abierto, no había nada en donde esconderse. Mahiru sintió un pequeño malestar de estar espiando al niño. Hizo una mueca por su propia actitud, pero lo dejó de lado cuando distinguió que otra figura se alzaba en la oscuridad.

Mahiru no había notado que había alguien más en el lugar. Tetsu se acercó y la persona se quito el velo que ocultaba su rostro. Mahiru quedó levemente impresionado al ver que se trataba de Misono.

Tetsu había perseguido la figura de Misono por el reino. ¿Se habían llamado? Eso era imposible teniendo en cuenta que Misono no parecía querer hablarle al chico. ¿Tetsu lo sintió? Mahiru sabía que cuando un semi-humano sentía atracción por su compañero, era eventual que sintiera un lazo invisible que lo guiaba a encontrar a su pareja. Donde quiera que esté.

Él mismo incluso ahora. Si se concentraba era capaz de sentir la presencia de Kuro en alguna parte del reino.

Pero, aquella acción dejó desconcertado a Mahiru. Ser capaz de sentir la presencia del otro, solo era si esa persona correspondía el lazo. Mahiru era capaz de sentir a Kuro, porque sabe que Kuro quiere protegerlo y lo acepta como compañero.

Tetsu logró sentir a Misono. ¿Entonces, Misono no era del todo reacio a los sentimientos de Tetsu? Misono sentía algo por el chico, por eso Tetsu fue capaz de encontrarlo, de sentirlo. Si no fuera así. Misono desprendería repulsión, y eso haría que los instintos semi-humanos de Tetsu no lograran encontrarlo.

Pero no fue así. ¿Porque Misono lo acepta?

Mahiru estaba haciendo conjeturas tan rápidas en su cabeza que se sintió mareado. Se preguntó si aquella pequeña acción de encontrar su compañero, le dio indicios a Tetsu de que quizás tenía una posibilidad con Misono. En el fondo, Mahiru deseaba que ellos pudieran permanecer juntos. Lograba sentir el dolor de Tetsu, y por alguna razón, lograba ver en los ojos de Misono que anhelaba lo mismo. Aun si su actitud lo negara.

— Es increíble que hayas logrado encontrarme... De nuevo.— La voz de Misono era casi un susurro. Algo confidencial, emitido solo para Tetsu, sino fuera porque Mahiru tenía los sentidos bastante agudos por ser mitad animal, no lo habría escuchado. —El vínculo de los semi-humano es aterrador. Sendagaya.

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