EXTRA 2: El amigo que me ha invitado a casa

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CAPÍTULO 11: ¿Minsung es real? [Woochan]

Chris~

Estaba acojonado por si Felix hacía más preguntas de las necesarias, así que le lancé un zumo para que tuviera la boca ocupada en beber.

Y ha funcionado, la verdad, porque se ha marchado sin más. Demasiado rápido, eso sí.

Llamo a Woojin para que pase a recogerme. Ha oscurecido y no me hace nada de gracia tener que coger el tren para ir a su casa, y sé que a él nunca le molesta venir a por mí, que incluso le hace ilusión.

Normalmente nos quedamos en mi casa cuando mi familia no está, pero esta vez ha coincidido que sus padres están en Bucheon ocupándose de la oficina que tienen allí. Son los fundadores de una empresa de cosméticos y suelen viajar bastante. Además, mi casa está hecha un desastre y no me gustaría tener que dormir en el salón rodeado de colchones mientras abrazo a Woojin.

Llaman al timbre e inmediatamente sé que es él. Por unos momentos me pongo tan feliz que me siento tonto e infantil, pero trato de disimularlo y voy a abrir.

En cuanto me ve se lanza a mis labios y me sujeta de la cintura cuando doy un paso atrás por la sorpresa.

—Te echaba tanto de menos —dice tras apartarme el flequillo.

—Y yo a ti.

—Me alegro de que los planes se hayan cancelado y podamos ir a mi casa. Coge tus cosas.

Voy deprisa a mi cuarto para coger la bolsa que me he preparado antes de que llegara Felix y bajo. Woojin está observando el salón lleno de colchones.

—También nos lo podríamos pasar bien aquí...

—Ni de broma —respondo—. Mañana vienen los niños y no quiero pensar que los estoy dejando dormir en un lugar en el que... No.

Woojin me sonríe divertido y me coge la bolsa.

—Pues vámonos a casa. Vamos a pedir la cena a domicilio mientras vemos la televisión en el sofá.

Me encanta ese plan porque siempre es él el que está en el sofá, yo siempre estoy sentado en su regazo. Y lo mejor de todo es lo que viene después.

Sonrío.

Ya en el coche enciende el aire acondicionado y pone la radio. Instintivamente lleva la mano a mi pierna. Algo que me fascina de él son sus manos, son gigantes y bonitas.

Coloco la mía sobre la suya.

—¿Qué tal las clases? —me pregunta.

—Bien —respondo—. Terminamos con los exámenes el jueves pasado, así que esta y la siguiente semana ya son libres antes de verano. No hacemos demasiado, la verdad. ¿Y tú, qué tal el trabajo?

—Cansado, pero muy bien. La cafetería siempre está llena.

—Es normal. No cualquiera tiene una en Insadong.

No tardamos más de diez minutos en llegar a su casa. Nada más entrar, Woojin va a por el teléfono para encargar la cena y viene directamente al sofá. Se da unas palmaditas en las piernas y en seguida estoy sentado en ellas.

—¿Y los chicos qué tal?

—Bien...

Woojin me lanza una mirada confusa.

—No sé cómo explicar lo que pasó.

—Dilo conforme lo estás pensando.

Me acaricia el brazo y yo apoyo la cabeza en su pecho.

—Felix me dijo que está enamorado de alguien del grupo. —Después de haberlo soltado delante de Jisung me arrepentí de haberlo hecho. Sé que eso iba a hacerle daño, pero estaba tan enfadado en ese momento que no pude evitarlo. Es por eso que ahora omito el nombre de Changbin—. Yo no reaccioné bien.

—¿Por qué?

—Porque soy estúpido y me asusté.

—¿De qué?

—Ese chico puede hacerle mucho daño y...

—Cualquiera puede hacerle mucho daño, Channie.

Suspiro. Changbin tiene novia, ni siquiera le gustan los chicos.

—Ya lleva tiempo pasándolo mal por él. Además... Bueno, me da miedo que el grupo se desuna por lo que él siente.

—¿A qué te refieres?

—Ya ha evitado juntarse con nosotros cuando él está. Lo evita siempre. Ellos dos ya se han separado, y no me gusta que corra peligro el grupo. Ya sabes que son lo más importante para mí.

—¿Y tú y yo?

Sí, soy un poco hipócrita. Tengo miedo de que Felix sienta cosas por Changbin, lo tendría de cualquiera que sintiera algo por alguno de nuestro grupo, pero yo fui el primero en hacerlo. Y Woojin también.

Escondo mi cara en su cuello y él suspira.

—Channie, no puedes evitar que Felix lo pase mal. Él o el resto del grupo. Así es la vida, el dolor forma parte de ella, pero puedes intentar redimirlo.

—¿Cómo?

—Tratando bien sus sentimientos, respetándolos. Has dicho que no reaccionaste bien, ¿te has disculpado por ello?

Niego con la cabeza, todavía incapaz de mirarlo.

—Pues es lo primero que tienes que hacer.

Me besa la frente y me obliga a mirarlo.

—Y deja de estar tan pendiente del grupo. No depende de ti. —Me sujeta la cara y me besa.

Sé que tiene razón. Woojin siempre sabe lo que hacer y trata de ayudarme, por eso me enamoré de él al poco de conocerlo.

Me quita la camiseta y me besa el cuello y entre tanto yo intento quitársela sin mucho éxito. Se ríe contra mi piel, se aparta, y se la quita él.

Woojin sin camiseta es un espectáculo.

Esta vez soy yo el que le besa, y luego bajo a su hombro mientas siento sus manos por todas partes. Es tan perfecto que nunca me parece real. No podría cansarme de estos momentos.

—Hoy lo haremos bien, ¿vale? Iremos a mi cama.

—Me da igual —le digo—. Donde tú quieras.

Me desabrocha el botón de los vaqueros y justo cuando mis pensamientos empiezan a ir a mil, suena el timbre de casa.

—Lo dejamos para después, Channie. —Me besa una última vez y se levanta.

Me vuelvo a abrochar los pantalones y observo cómo abre la puerta sin camiseta. Espero poder mirarlo cada día de mi vida.

He's in the rain [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora