Paso el sábado jugando a la play y esperando con ansias a que Jisung me llame. Si no lo hace, juro por Dios que lo haré yo mismo, y me da igual si todavía continúa en su cita con Minho.
Estoy igual de nervioso que si fuera yo el que ha quedado, pero es casi mejor. Jisung y yo hablamos esta mañana un rato y traté de calmarlo. Me encanta verlo así de asustado, porque seguro que en cuanto ha saludado a Minho se le ha ido todo el miedo. Estoy tan contento por ellos...
Sigo disparando a un montón de muñequitos, pero empiezo a aburrirme y de verdad que necesito dejar de pensar en esos dos, así que llamo a Chan para saber si necesita ayuda con algo.
—Pues no me vendrías mal. ¿Puedes pasarte por mi casa un rato?
Digo que sí y en menos de una hora estoy allí. La casa de Chan es la más grande y es de dos pisos. ¡Incluso tiene una piscina!
—Pasa, pasa —me dice. El aire acondicionado se nota desde el rellano, y menos mal, porque empiezo a morirme de calor—. No contaba con eso de que somos nueve durmiendo en la misma casa. Tengo los dos colchones individuales de mis hermanos y los dos de matrimonio de mis padres y mío, así que seis de nosotros estamos cubiertos. Tengo tres sacos de dormir, así que nos tendremos que apañar con ellos y con el sofá. Oh, también tenemos que ir a por la bebida. ¿Crees que es buena idea si dormimos todos juntos en el salón?
—Sí —respondo.
—Perfecto. Entonces también hay que bajarlos. ¿Vas a ayudarme?
—Sí —repito.
—Pues pongamos música y empecemos por bajarlos. Después iremos a la tienda a por el alcohol.
—¿Alcohol?
—No te hagas ilusiones, no voy a dejar que tú o los demás pequeños bebáis de eso. Para vosotros hay zumos de frutas.
Pone la música por los altavoces y nos pasamos un buen rato cantando y tratando de bajar los colchones por las escaleras. Los individuales son bastante fáciles, pero con los de matrimonio nos surgen algunos problemas. Al terminar, me invita a un zumo de piña y me lo bebo en un momento. Después quita la música y el aire acondicionado y vamos a comprar la bebida.
Nos hemos tenido que traer un carro de la compra para guardar todas las botellas de licor y las latas de cerveza que ha comprado. Por suerte, me deja que compremos refrescos también. No creo que a Jisung o a Hyunjin le haga ilusión pasarse la noche bebiendo zumitos. Pero no puedo decir lo mismo de Seungmin y Jeongin...
Un rato después volvemos a su casa y guardamos todo en la nevera. Chan siempre se sienta en la encimera de la cocina cuando estamos solos.
—¿Dónde vas a dormir esta noche? —le pregunto—. ¿En uno de los colchones del suelo?
—Eh... no. Un amigo me ha invitado a su casa.
—¿Sí? ¿Quién?
No es que tengamos muchos más amigos fuera de nuestro grupo, pero sin duda Chan es uno de los que más tiene, aparte de Minho y Changbin.
—Woojin —dice bajando la voz.
Y de entre todos los amigos que tiene, lo último que esperaba es que fuera él.
—Pero si mañana también viene, ¿no?
—Sí, pero... no sé, me ha dicho que podría ir esta noche, ya que se ha cambiado la fecha y eso.
Asiento mientras me pasa otro zumo de piña.
—¿Quieres que beba más?
—Es bueno para ti. Bebe.
Hago caso y hablamos un rato más. No menciona lo que sucedió el otro día, cuando le soltó a Jisung que estoy enamorado de Changbin, ni lo que dijo respecto a eso. Pero casi lo prefiero.
Justo mientras pienso en ello, mi teléfono empieza a vibrar. Doy un salto en la silla, sabiendo perfectamente de quién se trata. Me levanto y le digo a Chan que ya llego tarde a casa.
Cuando he conseguido marcharme, me pongo los auriculares y le devuelvo la videollamada a Jisung mientras voy hacia el tren.
—Bro, ¿no me quieres?
—¿Por qué dices eso? Te acabo de llamar.
Jisung se ve resplandeciente, por lo que asumo que ha ido genial.
—Venga, cuéntamelo todo.
—Me ha besado, Lix. Nos hemos besado en el parque.
Me río.
—¿Te ha besado?
—¡Me ha besado!
—¡Te ha besado! —digo, y él da palmaditas.
—En el cine me ha cogido de la mano. Dios, Minho es perfecto. Luego me ha comprado un helado en el parque, y allí ha pasado. Casi me muero de la vergüenza, pero ha sido increíble.
—¿Tu primer beso?
—Mi primer beso.
Me apoyo en el cristal de la estación de trenes y dejo de hablar en coreano. Nunca me ha gustado que la gente pueda cotillear sobre las conversaciones de los demás, y Jisung entiende el inglés, así que no hay problema.
—¿Entonces confirmas? ¿Minsung es real?
—¿Minsung? —pregunta frunciendo el ceño.
Pongo los ojos en blanco. Hay que explicarle todo siempre.
—Minho y Jisung, minsung. ¿Lo pillas? Es vuestro nombre de pareja.
—Estás tonto, mate.
—Y mañana vas a verlo —digo emocionado—. ¿Vais a anunciarlo? Por favor, di que sí.
—No lo creo. Quiere hablarlo primero con Changbin hyung... Ya sabes que son muy amigos. Además, quizá es mejor que yo se lo diga al resto en vez de que se enteren todos a la vez.
Asiento. Tiene razón. A mí me ha hecho ilusión ser el primero en saberlo, pero en caso de no serlo, preferiría que me lo contara él mismo y estando más a solas.
—El tren está llegando. Hablamos mañana, Hannie.
—Felix... ¿Seguro que estarás bien con Changbin allí?
—Sí —digo sin estar demasiado seguro. Ya no es momento de echarse atrás ni de negarle la entrada al chico por mi culpa. Además, seguro que no es tan malo—. No te preocupes.
—Está bien, love ya.
—Yo también te quiero —le digo en coreano y colgamos.
Me encanta que Jisung me hable en inglés de vez en cuando, incluso cuando yo no le respondo en ese idioma. Pero sobre todo me encanta mezclarlos.
Subo al tren, me siento y me pongo a escuchar música durante el trayecto. Estoy relajado hasta que recibo un mensaje y su nombre vuelve a ocupar la pantalla después de tanto tiempo.
«Minho me ha dicho que mañana dormimos en casa de Chan. ¿Quieres que pare en tu piso y vayamos juntos?».
Dudo durante unos instantes, pero no tiene ningún sentido decirle que no cuando vivimos en el mismo edificio y vamos a la misma casa.
«Está bien».
«Estaré allí a las seis. Tengo caramelos para ti».
El corazón me late más deprisa cuando sonrío.
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He's in the rain [Changlix]
Fiksi PenggemarDesde que Lee Felix abandonó su vacía vida en Australia, Seo Changbin llamó su atención. Llegó a Corea del Sur durante el verano, y desde entonces ha pasado casi un año y las cosas han cambiado por completo. Tanto, que Felix podría asegurar que llev...